Ver publicación (Fëanor y su maldición)
Ver tema#18 Respondiendo a: Ricardo
Dudas existenciales
Bueno, definitivamente se maneja unas bolas ese desgraciado... pero tomemos en cuenta que si las bolas las usas sin pensar para algo que no te va a favorecer. Bueno, no sirven de nada las bolas. Se convierte en un "pelotudo malusado". Aparte, recuerden que se dejó influenciar...
Dudas existenciales
Intentaré responderte de acuerdo a lo que en mi opinión son las respuestas a algunas de las preguntas que planteas:
Sobre Morgoth:
¿por qué su deseo de acrecentar la gloria de la parte que le había sido asignada en la Gran Música se convirtió en el desastre y el Mal?¿Dónde está el límite entre la creatividad/inquietud por mejorar y el deseo de imponer las propias ideas a los demás por la fuerza?
En este caso, creo que el símil musical que utiliza Tolkien es muy gráfico. Intenta cantar en un coro, por mucho que tengas una voz mejor y más potente que el resto de los integrantes del coro, si te dedicas a pisar al resto del coro con tu voz y te inventas notas y melodías que el resto no va a seguir, lo que consigues no es un canto más harmonioso sino un perfecto desastre, una cacofonía horrorosa. El límite, en este símil es claro: el límite está allí donde se pasa de la harmonía a la cacofonía. Esto es lo que hace Morgoth al principio, no sabe trabajar en equipo y desea destacar tanto por encima del resto de los Ainur que al final sólo consigue una cacofonía donde debiera imperar la harmonía. Y después de un tiempo, tal como dice Tolkien, Morgoth se convierte en un nihilista movido por el odio, cuyo único objetivo es destrozar todas las obras creadas por el resto, ya ni siquiera le mueve el deseo de dominar, sinó el de destrozar. Yo me lo imagino (a una escala mayor, por supuesto) como el crío que destroza el juguete de su hermano porque es de su hermano y no suyo, y si no puede ser suyo, que tampoco lo sea de su hermano.
¿Cómo un Valar en presencia de Eru puede cruzar ese límite sin ser consciente de ello de antemano y prevenirlo?
Creo que la única respuesta posible a como prevenir esto está en la humildad. La humildad no entendida como el creerte inferior a lo que eres, sinó basada en que sabes que eres parte de un plan mayor (del concierto, en el símil musical), y una vez conoces ese plan (esa partitura), y conoces tus puntos fuertes dar lo mejor de tí siempre encaminado a conseguir la mejor ejecución de ese plan (de esa obra musical). Al fin y al cabo, eso es lo que es el trabajo en equipo.
Sobre Fëanor:
¿cómo es que Fëanor en ningún momento reconoce que se ha equivocado? ¿Acaso no era Fëanor el más inteligente de los Eldar? ¿Cómo no comprendió nunca que se estaba metiendo de cabeza en el hoyo?
Pues creo que simplemente no se detiene a reflexionar, no se para a pensar en sus actos ni en las consecuencias. Siempre va hacia delante, deprisa, sin parar ni un momento, siempre actúa 'en caliente' y de forma impulsiva, hasta su muerte. A mi también me pasa, muchas veces no me doy cuenta de las cosas hasta un tiempo después de hacerlas, cuando reflexiono calmadamente sobre ellas y recapacito. Es muy difícil darse cuenta (al menos para mí) de los fallos que se comenten de forma impulsiva en el momento en que se comenten. Darte cuenta de estos fallos no es cuestión de más o menos inteligencia, de hecho, creo que contra más inteligente es uno, más probabilidades tiene de pecar de soberbia y por lo tanto de no reconocer los fallos propios (piensa en Saruman, por ejemplo, para mí uno de los ejemplos más claros de soberbia).
Y si no se arrepintió, ¿cómo podría ser perdonado en el Fin de los Tiempos?
Se supone que sí se arrepiente en Mandos. Las estancias de Mandos, para los elfos, son bastante similares a la idea del Purgatorio cristiano. El tiempo allí pasado, es un tiempo de preparación para el renacer del elfo en Arda, una vez purgadas sus faltas. Con todo el tiempo que pasa en Mandos Fëanor, tiene tiempo suficiente para reflexionar por sus actos, arrepentirse y purgarlos. Como Tolkien dice que al final de la Última Batalla sí que se aviene a entregar los Silmarils a Yavanna, para mí está claro que finalmente se arrepiente y llega a purgar totalmente sus acciones.
Sobre Morgoth:
¿qué pasa con Morgoth? ¿Acaso no ha pecado exactamente de lo mismo, incluyendo el empecinamiento?
Exactamente lo mismo no, aunque en la teología de la Tierra Media, a diferencia de la cristiana, Morgoth sí puede arrepentirse, la realidad es que nunca se arrepiente. Y como te comentaba, entrará en Arda dispuesto a arrasar con todo y acabar con su obra de destrucción, y esto provocará la última batalla (sobre este tema, hay una FAQ: http://www.elfenomeno.com/tolkien/faq/ver_faq.php?id=38)
Así que la diferencia es subtancial: Fëanor se arrepiente y purga sus acciones, Morgoth continúa con su afan destructivo, y no se arrepiente nunca.
¿No dice el mismo Eru que todo lo que se haga -aunque sea malo- al fin no hace más que aumentar la gloria de su Creación (en alusión a Melkor y su disonancia en la Gran Música)? Entonces podríamos pensar que Melkor será perdonado cuando, al fin de todas las cosas, descubra que todas sus obras sólo han servido para que la Historia de Eä tenga culpa y redención, Mácula y recuperación final.
Pues no. Por que, por mucho que Ilúvatar utilice el mal para conseguir un bien mayor, no por ello el mal deja de ser mal, y de ser contrario al plan y la voluntad de Ilúvatar, tal como Tolkien escribe en el diálogo del Silmarillion entre Fëanor y Mandos
Así sea! Caras se pagaran esas canciones, pero buena será la compra. Pues no hay otro precio. Así, pues, como Eru dijo, no antes de concebida llegará a Eä la belleza, y bueno será que haya habido mal.
Sin embargo, Mandos dijo: - Con todo, seguirá siendo el mal
Sobre la libertad:
¿O acaso Fëanor es menos libre y consciente que Melkor, que es un Vala? ¿Acaso el Vala no se dejó llevar por sus deseos, igual que Fëanor?
Sí, los dos son igual de libres y conscientes. La diferencia está en el arrepentimiento (también, por supuesto, los dos son iguales de libres para arrepentirse o no). Morgoth no se arrepiente nunca, y Fëanor sí. Esa es la diferencia.
Felices Navidades desde altamar
Intentaré responderte de acuerdo a lo que en mi opinión son las respuestas a algunas de las preguntas que planteas:
Sobre Morgoth:
¿por qué su deseo de acrecentar la gloria de la parte que le había sido asignada en la Gran Música se convirtió en el desastre y el Mal?¿Dónde está el límite entre la creatividad/inquietud por mejorar y el deseo de imponer las propias ideas a los demás por la fuerza?
En este caso, creo que el símil musical que utiliza Tolkien es muy gráfico. Intenta cantar en un coro, por mucho que tengas una voz mejor y más potente que el resto de los integrantes del coro, si te dedicas a pisar al resto del coro con tu voz y te inventas notas y melodías que el resto no va a seguir, lo que consigues no es un canto más harmonioso sino un perfecto desastre, una cacofonía horrorosa. El límite, en este símil es claro: el límite está allí donde se pasa de la harmonía a la cacofonía. Esto es lo que hace Morgoth al principio, no sabe trabajar en equipo y desea destacar tanto por encima del resto de los Ainur que al final sólo consigue una cacofonía donde debiera imperar la harmonía. Y después de un tiempo, tal como dice Tolkien, Morgoth se convierte en un nihilista movido por el odio, cuyo único objetivo es destrozar todas las obras creadas por el resto, ya ni siquiera le mueve el deseo de dominar, sinó el de destrozar. Yo me lo imagino (a una escala mayor, por supuesto) como el crío que destroza el juguete de su hermano porque es de su hermano y no suyo, y si no puede ser suyo, que tampoco lo sea de su hermano.
¿Cómo un Valar en presencia de Eru puede cruzar ese límite sin ser consciente de ello de antemano y prevenirlo?
Creo que la única respuesta posible a como prevenir esto está en la humildad. La humildad no entendida como el creerte inferior a lo que eres, sinó basada en que sabes que eres parte de un plan mayor (del concierto, en el símil musical), y una vez conoces ese plan (esa partitura), y conoces tus puntos fuertes dar lo mejor de tí siempre encaminado a conseguir la mejor ejecución de ese plan (de esa obra musical). Al fin y al cabo, eso es lo que es el trabajo en equipo.
Sobre Fëanor:
¿cómo es que Fëanor en ningún momento reconoce que se ha equivocado? ¿Acaso no era Fëanor el más inteligente de los Eldar? ¿Cómo no comprendió nunca que se estaba metiendo de cabeza en el hoyo?
Pues creo que simplemente no se detiene a reflexionar, no se para a pensar en sus actos ni en las consecuencias. Siempre va hacia delante, deprisa, sin parar ni un momento, siempre actúa 'en caliente' y de forma impulsiva, hasta su muerte. A mi también me pasa, muchas veces no me doy cuenta de las cosas hasta un tiempo después de hacerlas, cuando reflexiono calmadamente sobre ellas y recapacito. Es muy difícil darse cuenta (al menos para mí) de los fallos que se comenten de forma impulsiva en el momento en que se comenten. Darte cuenta de estos fallos no es cuestión de más o menos inteligencia, de hecho, creo que contra más inteligente es uno, más probabilidades tiene de pecar de soberbia y por lo tanto de no reconocer los fallos propios (piensa en Saruman, por ejemplo, para mí uno de los ejemplos más claros de soberbia).
Y si no se arrepintió, ¿cómo podría ser perdonado en el Fin de los Tiempos?
Se supone que sí se arrepiente en Mandos. Las estancias de Mandos, para los elfos, son bastante similares a la idea del Purgatorio cristiano. El tiempo allí pasado, es un tiempo de preparación para el renacer del elfo en Arda, una vez purgadas sus faltas. Con todo el tiempo que pasa en Mandos Fëanor, tiene tiempo suficiente para reflexionar por sus actos, arrepentirse y purgarlos. Como Tolkien dice que al final de la Última Batalla sí que se aviene a entregar los Silmarils a Yavanna, para mí está claro que finalmente se arrepiente y llega a purgar totalmente sus acciones.
Sobre Morgoth:
¿qué pasa con Morgoth? ¿Acaso no ha pecado exactamente de lo mismo, incluyendo el empecinamiento?
Exactamente lo mismo no, aunque en la teología de la Tierra Media, a diferencia de la cristiana, Morgoth sí puede arrepentirse, la realidad es que nunca se arrepiente. Y como te comentaba, entrará en Arda dispuesto a arrasar con todo y acabar con su obra de destrucción, y esto provocará la última batalla (sobre este tema, hay una FAQ: http://www.elfenomeno.com/tolkien/faq/ver_faq.php?id=38)
Así que la diferencia es subtancial: Fëanor se arrepiente y purga sus acciones, Morgoth continúa con su afan destructivo, y no se arrepiente nunca.
¿No dice el mismo Eru que todo lo que se haga -aunque sea malo- al fin no hace más que aumentar la gloria de su Creación (en alusión a Melkor y su disonancia en la Gran Música)? Entonces podríamos pensar que Melkor será perdonado cuando, al fin de todas las cosas, descubra que todas sus obras sólo han servido para que la Historia de Eä tenga culpa y redención, Mácula y recuperación final.
Pues no. Por que, por mucho que Ilúvatar utilice el mal para conseguir un bien mayor, no por ello el mal deja de ser mal, y de ser contrario al plan y la voluntad de Ilúvatar, tal como Tolkien escribe en el diálogo del Silmarillion entre Fëanor y Mandos
Así sea! Caras se pagaran esas canciones, pero buena será la compra. Pues no hay otro precio. Así, pues, como Eru dijo, no antes de concebida llegará a Eä la belleza, y bueno será que haya habido mal.
Sin embargo, Mandos dijo: - Con todo, seguirá siendo el mal
Sobre la libertad:
¿O acaso Fëanor es menos libre y consciente que Melkor, que es un Vala? ¿Acaso el Vala no se dejó llevar por sus deseos, igual que Fëanor?
Sí, los dos son igual de libres y conscientes. La diferencia está en el arrepentimiento (también, por supuesto, los dos son iguales de libres para arrepentirse o no). Morgoth no se arrepiente nunca, y Fëanor sí. Esa es la diferencia.
Felices Navidades desde altamar

"Turgon había estado a punto de morir en las aguas amargas cuando intentó salvar a Elenwë y a su hija, Itaril, que habían caído a las crueles aguas del mar al romperse el hielo traicionero. Salvó a Itaril, pero el cuerpo de Elenwë quedó sepultado por el hielo."
Orgulloso miembro de los Istari, la...
Orgulloso miembro de los Istari, la...