Con los elfos, claro. Por su belleza, su sabiduría, su instinto, su destreza con las armas, su misticismo,...

Y hablando en serio, diría que tengo parte de hobbit (tranquilos, buenas comidas), de hombre (imperfecto, impredecible, capaz de la mejor y de lo peor), de enano (terco, orgulloso a veces); pero supongo que me gustaría ser como un elfo, por todo lo de arriba, aunque, claro está, sin el sentimiento de que mi época llega a su fin y debo abandonar estas tierras, que no veas que palo sería eso, ¿a donde iría yo? ¿al Oeste? ¿a América? No está la cosa como para cruzar el charco.