Lo que yo se del Anillo - 1

Pues ahi va el ladrillo. Y si con esto no quedas satisfecho hay más ))

Llamado también Anillo Regente y Anillo Soberano, aunque normalmente en los escritos de la Tercera Edad sólo aparece en sus dos formas abreviadas: El Anillo y El Único.

* El origen del Anillo:
En el año 1200 de la Segunda Edad llegó a Eregion -último reino Noldorin en la Tierra Media- un señor de aspecto noble y hermoso que se hacía llamar Annatar, "Señor de los Dones". Pero Annatar no era otro que Sauron disfrazado, y los Elfos no lo reconocieron. Los Gwaith-i-Mírdain -pues así se llamaban los Elfos de Eregion- eran un pueblo de consumados orfebres, y su señor Celebrimbor el de mayores habilidades. La destreza de los Elfos aumentó con las enseñanzas de Sauron, y no tardaron en comenzar la que habría de ser la mayor de sus obras; y también su perdición. En el año 1500 se inició la forja de los Anillos del Poder, y en año 1590 el propio Celebrimbor terminó los Tres Anillos de los Elfos: Narya, Nenya y Vilya. El propósito de Sauron era controlar a los Elfos por medio de esos Anillos, e hizo entonces un Anillo Único en los fuegos de Orodruin, en el corazón de Mordor. En la construcción de ese Anillo tuvo que poner gran parte de su fuerza y voluntad, pues su poder debía ser mayor que el de los Tres que habían hecho los Elfos. Cuando el Anillo Único ceñía el dedo de Sauron todos los demás Anillos le obedecían: podía ver lo que ocurría allí donde estaban, obedecían sus deseos y controlaba las mentes de quien los llevaban puestos.
Pero los Elfos no eran tan fáciles de engañar como creía Sauron. Cuando en el año 1600 el Anillo Único estuvo concluido descubrieron que bajo el disfraz de Annatar se escondía Sauron y escondieron los Tres Anillos para que nunca cayesen en manos del Señor Oscuro. Sauron asoló Eregion y recuperó todos los Anillos del Poder, excepto los Tres, y los entregó a los otros pueblos de la Tierra Media: Siete a los Señores Enanos y Nueve a los Hombres mortales de voluntad débil. Los Enanos eran firmes y no se los podía controlar fácilmente, y con el paso del tiempo algunos de los Siete Anillos fueron devorados por los Dragones y el resto los recuperó Sauron. Pero la voluntad de los Hombres sí logró doblegarla, y pronto se convirtieron en sus más fieles servidores: los Nazgûl, los Espectros del Anillo, atados al poder del Único.

* Sauron pierde el Anillo:
Durante casi dos mil años ciñó el Anillo el dedo de Sauron, hasta el año 3441 de la Segunda Edad, cuando fue derrotado por la Última Alianza de Elfos y Hombres. Isildur, hijo de Elendil -que había muerto junto con Gil-galad luchando contra Sauron-, recogió los trozos de Narsil, la espada de su padre, y cortó el Anillo de la mano de Sauron. El poder del Señor Oscuro desapareció en aquel entonces y durante muchos años no volvió a tener forma visible.
Isildur se quedó con el Anillo como indemnización por la muerte de su padre, y por eso no escuchó las palabras de Elrond y Círdan que le aconsejaban arrojar el Anillo a las profundidades de Orodruin, el lugar donde había sido forjado.
Pero el Anillo tenía voluntad propia, y no tardó en traicionar a su nuevo propietario. En el año 2 de la Tercera Edad Isildur marchó de Gondor hacia el norte con sus tres hijos mayores; y cuando estaban acampados en los Campos Glauros, entre el Bosque Verde y el Anduin, fueron atacados por una hueste de Orcos que descendió de las Montañas Nubladas. Sus tres hijos murieron pero Isildur escapó gracias a la mediación del Anillo, porque cuando se lo ponía se volvía invisible a todas las miradas. Cuando llegó al río se zambulló en él, pero entonces el Anillo lo traicionó y se deslizó de su dedo. Quedó entonces a la vista de los Orcos, y mientras se esforzaba por huir le dispararon flechas hasta darle muerte.
Durante mucho tiempo descansó el Anillo en el fondo del río Anduin, y durante todo ese tiempo muchos lo buscaron. Sauron había vuelto a la Tierra Media y sus sirvientes montaban guardia a lo largo del río; los Sabios y los principales de entre los Elfos esperaban que se hubiese perdido para siempre, pero en el fondo de sus corazones sabían que volvería a parecer. Pero había otro que lo buscaba con ansia: Curunír, al que los Hombres llamaban Saruman, el más poderoso de los Istari; pero los motivos que lo movían eran oscuros y su traición tardó mucho en ser descubierta.

¿Continuará?...