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Ver tema#5 Respondiendo a: Aldo
Flaquezas
Pues yo cuando vi la foto me eché a llorar...Aunque luego empecé a pensar que efectivamente los harán engordar digitalmente (Con lo rico que es engordar a base de cordero)y tendrán el aspecto que al menos yo imagino para un hobbit. Pero lo que vi no me emocionó lo más mínimo.
Además, para...
Flaquezas
Amigo Aldo, creo que tú vas a disfrutar la película más que ninguno, a pesar de que no lo parezca. Estoy muuuy de acuerdo contigo. Mi comentario de que los cuatro hobbits se parecían a una escena de "La Casa de la Pradera" no era un elogio. Sí, la foto me gustó, pero tampoco es para tanto. Y también estoy de acuerdo en la delgadez de los hobbits, aunque para eso están los de la Weta, qué diantre.
A mí lo que no me terminó de convencer fue el vestuario. ¿No se supone que visten prendas de colores brillantes, preferiblemente el verde, el amarillo y no sé qué más? Porque a mí me parecen granjeros... eso sí, con los pies peludos (lo reconozco: los pies están GENIAL).
Una foto bonita, pero espero verlos en acción.
Un saludo.
Leandro.
PS: Ah, también estoy de acuerdo en lo del cordero... en eso más que en ninguna otra cosa.
Amigo Aldo, creo que tú vas a disfrutar la película más que ninguno, a pesar de que no lo parezca. Estoy muuuy de acuerdo contigo. Mi comentario de que los cuatro hobbits se parecían a una escena de "La Casa de la Pradera" no era un elogio. Sí, la foto me gustó, pero tampoco es para tanto. Y también estoy de acuerdo en la delgadez de los hobbits, aunque para eso están los de la Weta, qué diantre.
A mí lo que no me terminó de convencer fue el vestuario. ¿No se supone que visten prendas de colores brillantes, preferiblemente el verde, el amarillo y no sé qué más? Porque a mí me parecen granjeros... eso sí, con los pies peludos (lo reconozco: los pies están GENIAL).
Una foto bonita, pero espero verlos en acción.
Un saludo.
Leandro.
PS: Ah, también estoy de acuerdo en lo del cordero... en eso más que en ninguna otra cosa.
El corazón de los hombres a menudo no es tan malo como sus actos, y rara vez tan malo como sus palabras. (J.R.R. Tolkien)