Ver publicación (Una situación inverosímil)
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Hoy es lunes... y se nota ¿verdad?
Lo malo es que si lo quitasemos de los calendarios, el martes tomaría el relevo y pasaría a ser el día menos soportado de la semana, y así sucesivamente...
Así que estamos condenados al lunes sempiterno, omnipresente y omnifastidiante...
Jejeje... menudos ánimos ¿eh?
El caso es que un lunes cualquiera podría convertirse en un día de lo más fantástico si algo inverosímil nos sucediese.
¡Os propongo un pequeño juego!
(¡A ver si así animamos de una puñetera al cotarro! ¡que esto está más quieto que las pestañas de un galápago!)
Imaginad... uy, sí, qué esfuerzo tan grande, ¡usar la cabeza y además en lunes! ( ¡a que fastidia!
) Pues sí, primer paso: imaginar... segundo paso: ¿el qué? Pues la siguiente situación:
Os levantáis de buena mañana (esto es pura retórica... sobretodo para los que ya estamos bostezando a las seis de la madrugada), después de una breve pero intensa pelea a brazo partido, capa y espada con el despertador (¡ése ingenio del Diablo! :-/ ) y después de discutir con la amada almohada por tener que abandonarla, luego del aseo (¡porque supongo que os aseáis, no me seáis guarretes que os veo con mi palantir...!), os ponéis a desayunar tan tranquilos... pero ¡de repente algo os interrumpe! ¿qué es? ¡El timbre de la puerta! Alguien pica... entonces... abrís y ¡oh, surprise un señor con barba y sombrero puntiagudo acaba de llamar a vuestra puerta, y viene acompañado de una cuadrilla de Enano con sonrisas atravesadas en medio de la barba! (imaginad además que éste buen señor es Hiniglin jejejeje... y alguno de los enanos quizá podría ser Durin el Inmortal (¡qué nivelazo!) y otro Unkraut (el Enano de garrafón...
). ¡La aventura acaba de llamar a vuestra puerta!
Y la pregunta:
¿Qué hariáis?
A. ¿Cerrariáis la puerta de golpe y porrazo en las narices a los Enanos y diciendo que no compráis nada?
B. ¿Los dejariáis pasar?
Pues si no sóis unos rancios, les dejáis pasar. El mago y los Enanos no vienen vendiendo enciclopedias y ni excelentes alfombras o productos adelgazantes (en todo caso bien podrían adelgaros a golpe de hacha
), sino que os proponen ir de aventura ¡igual que a cierto Hobbit! ¿La misión?: Ir a por el tesoro de un dragón... ¿Cómo ir hasta allí? Fácil... ¡éso lo dejáis en mis manos!
¿Quién se atreve con ésta aventura? Imaginando que os véis envueltos en una aventura similar a la de Bilbo, metidos en situaciones paralelas a las vividas por él ¿qué hariáis? jejeje... no se vale decir ¡lo mismo que en el libro! Además, ¡aquí estaré yo para complicaros un poco el asunto!
Por cierto, antes de partir, más vale que hagáis un mínimo inventario, coged un máximo de tres objetos, libre elección.
Por cierto, haceros a la idea de que todos los que participéis iréis juntos




El caso es que un lunes cualquiera podría convertirse en un día de lo más fantástico si algo inverosímil nos sucediese.



Imaginad... uy, sí, qué esfuerzo tan grande, ¡usar la cabeza y además en lunes! ( ¡a que fastidia!

Os levantáis de buena mañana (esto es pura retórica... sobretodo para los que ya estamos bostezando a las seis de la madrugada), después de una breve pero intensa pelea a brazo partido, capa y espada con el despertador (¡ése ingenio del Diablo! :-/ ) y después de discutir con la amada almohada por tener que abandonarla, luego del aseo (¡porque supongo que os aseáis, no me seáis guarretes que os veo con mi palantir...!), os ponéis a desayunar tan tranquilos... pero ¡de repente algo os interrumpe! ¿qué es? ¡El timbre de la puerta! Alguien pica... entonces... abrís y ¡oh, surprise un señor con barba y sombrero puntiagudo acaba de llamar a vuestra puerta, y viene acompañado de una cuadrilla de Enano con sonrisas atravesadas en medio de la barba! (imaginad además que éste buen señor es Hiniglin jejejeje... y alguno de los enanos quizá podría ser Durin el Inmortal (¡qué nivelazo!) y otro Unkraut (el Enano de garrafón...


Y la pregunta:
¿Qué hariáis?
A. ¿Cerrariáis la puerta de golpe y porrazo en las narices a los Enanos y diciendo que no compráis nada?
B. ¿Los dejariáis pasar?
Pues si no sóis unos rancios, les dejáis pasar. El mago y los Enanos no vienen vendiendo enciclopedias y ni excelentes alfombras o productos adelgazantes (en todo caso bien podrían adelgaros a golpe de hacha








En pie, aventureros.