Ver publicación (El Señor de los Anillos 2)
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¿Sabíais que en Rusia se publicó hace unos años la segunda parte de ESDLA (no oficial, por supuesto) y que alcanzó un gran éxito de público.
Supongo que los incondicionales de la STE sí que lo saben, pues en el ESTEL 13 apareció un suplemento que trataba sobre este tema.
El autor es Nik Perúmov y, desgraciadamente, la edición original es una trilogía en cirílico, aunque en Rusia se hizo tan famoso como ESDLA, llegando a rivalizar en popularidad con el propio Tolkien. Sus editores nunca reconocieron este libro como "legal" y se mantuvo circunscrito dentro de los límites eslavos.
Se llama "El Anillo de la Oscuridad". Os incluyo el inicio del primer capítulo, que fue traducido amablemente por una moscovita. Sólo conservo tres capítulos traducidos, desconozco si se continuó la traducción. De ser así, me gustaría que la gente de la STE me dijera cómo conseguir el resto (en inglés o castellano).
Saludos.
EL ANILLO DE LA OSCURIDAD
La Espada Élfica
Primera parte
Capítulo 1. El hobbit y el enano.
Al anochecer, las nubes que cubrían todo el cielo se disolvieron inesperadamente. El disco escarlata del sol, como en un colchón, bajaba entre la neblina que en el horizonte se mezclaba con las ténuas y pequeñas nubes. Sobre el fondo carmesí del cielo se perfilaban muy nítidamente los negros y agudos picos de las Montañas de Lhûn. Se aproximaba esa hora corta en la que el día estival aún no cedía ante las tinieblas, pero los contornos de los objetos ya adquirían una borrosidad inexplicablemente misteriosa. En momentos así, los árboles se presentaban como extraños animales, los arbustos como enanos agachados y el bosque lejano adquiría el aspecto maravilloso de un castillo élfico. Incluso los cacareos vespertinos de los gallos se hacían más suaves y melódicos.
Sobre los campos recién cosechados se arrastraba una ligera y plateada neblina. Ascendiendo desde bajíos y barrancos, se esparcía por doquier, convirtiendo los ancianos robles en islas oscuras sobre un mar espectral y blanquecino. En las ventanas de las poblaciones que salpicaban el horizonte iban apagándose las luces. La gente se acostaba ya. Ululó el búho, voló la sombra veloz de un chotacabras. En el puente del Brandivino se cerraron las puertas. En el patio de Casa Brandi, en Los Gamos, trepaba a la torre de vigía un hobbit con su arco y el carcaj lleno de flechas. Se colocó bien el cuerno de alarma en su cinturón y empezó a medir con sus pasos el techo de la torre, almenado con troncos gruesos.
A unas millas de distancia se oscurecía el lóbrego muro del Bosque Viejo que se perdía en el sur y el este. El centinela se abrigó mejor en su capa de lana y se apoyó sobre el parapeto, escudriñando la lejanía. Detrás de los primeros árboles todavía se divisaba el Claro de la Hoguera, pero la oscuridad lo llenaba con rapidez. El cielo empezaba a llenarse con las estrellas brillantes del otoño.
De sopetón, en el patio sonaron unos pasos ligeros. El centinela se dio la vuelta, y vió una silueta, pequeña incluso para las medidas hobbit. Las puertas del establo se abrieron de par en par y el hobbit desapareció dentro. Pronto salió llevando un poney ensillado, lo montó y se dirigió sin prisas a tomar el sendero que iba al norte. La niebla lo engulló enseguida...
(Mensaje original de: Halbrecht)
Supongo que los incondicionales de la STE sí que lo saben, pues en el ESTEL 13 apareció un suplemento que trataba sobre este tema.
El autor es Nik Perúmov y, desgraciadamente, la edición original es una trilogía en cirílico, aunque en Rusia se hizo tan famoso como ESDLA, llegando a rivalizar en popularidad con el propio Tolkien. Sus editores nunca reconocieron este libro como "legal" y se mantuvo circunscrito dentro de los límites eslavos.
Se llama "El Anillo de la Oscuridad". Os incluyo el inicio del primer capítulo, que fue traducido amablemente por una moscovita. Sólo conservo tres capítulos traducidos, desconozco si se continuó la traducción. De ser así, me gustaría que la gente de la STE me dijera cómo conseguir el resto (en inglés o castellano).
Saludos.
EL ANILLO DE LA OSCURIDAD
La Espada Élfica
Primera parte
Capítulo 1. El hobbit y el enano.
Al anochecer, las nubes que cubrían todo el cielo se disolvieron inesperadamente. El disco escarlata del sol, como en un colchón, bajaba entre la neblina que en el horizonte se mezclaba con las ténuas y pequeñas nubes. Sobre el fondo carmesí del cielo se perfilaban muy nítidamente los negros y agudos picos de las Montañas de Lhûn. Se aproximaba esa hora corta en la que el día estival aún no cedía ante las tinieblas, pero los contornos de los objetos ya adquirían una borrosidad inexplicablemente misteriosa. En momentos así, los árboles se presentaban como extraños animales, los arbustos como enanos agachados y el bosque lejano adquiría el aspecto maravilloso de un castillo élfico. Incluso los cacareos vespertinos de los gallos se hacían más suaves y melódicos.
Sobre los campos recién cosechados se arrastraba una ligera y plateada neblina. Ascendiendo desde bajíos y barrancos, se esparcía por doquier, convirtiendo los ancianos robles en islas oscuras sobre un mar espectral y blanquecino. En las ventanas de las poblaciones que salpicaban el horizonte iban apagándose las luces. La gente se acostaba ya. Ululó el búho, voló la sombra veloz de un chotacabras. En el puente del Brandivino se cerraron las puertas. En el patio de Casa Brandi, en Los Gamos, trepaba a la torre de vigía un hobbit con su arco y el carcaj lleno de flechas. Se colocó bien el cuerno de alarma en su cinturón y empezó a medir con sus pasos el techo de la torre, almenado con troncos gruesos.
A unas millas de distancia se oscurecía el lóbrego muro del Bosque Viejo que se perdía en el sur y el este. El centinela se abrigó mejor en su capa de lana y se apoyó sobre el parapeto, escudriñando la lejanía. Detrás de los primeros árboles todavía se divisaba el Claro de la Hoguera, pero la oscuridad lo llenaba con rapidez. El cielo empezaba a llenarse con las estrellas brillantes del otoño.
De sopetón, en el patio sonaron unos pasos ligeros. El centinela se dio la vuelta, y vió una silueta, pequeña incluso para las medidas hobbit. Las puertas del establo se abrieron de par en par y el hobbit desapareció dentro. Pronto salió llevando un poney ensillado, lo montó y se dirigió sin prisas a tomar el sendero que iba al norte. La niebla lo engulló enseguida...
(Mensaje original de: Halbrecht)