De nuevo, diferencias

Supongo que estamos aquí ante el eterno debate de las diferencias entre orcos normales, de los de Sauron de toda la vida, y los Uruk-Hai "creados" por Saruman. Bueno, en realidad no es una creación de Saruman, sino un experimento que se monta el mago, mezclando orcos con isengardos, haciéndoles perrerías y vete a saber qué hechizos, y consiguiendo una raza superior en muchos sentidos a los orcos tradicionales.
Según algunos eruditos de Tolkien, los Uruk-Hai de Saruman son más similares a los humanos que los orcos de Moria, Mordor y demás sitios conocidos. Está bien claro que no son iguales: Aragorn, todo un erudito en orcología, no reconoce esa clase de orcos cuando los ve caídos alrededor de Boromir. Y las descripciones de las dos razas de orcos que se llevan a los pobres Merry y Pippin tampoco dejan lugar a dudas.
De las películas, los orcos que hemos visto hasta ahora, eran orcos, y no Uruk-Hais, pese a que - mea culpa - hemos puesto en más de una ocasión que eran "uruk-hai", cuando en realidad eran "uruks" (orcos) a secas. Ahí están los orcos que hemos visto en los trailers, y en las figuras de Sideshow/Weta; esos que son tan feos, con las orejas tan puntiagudas y los dientes salidos (entre estos orcos también hay distintas razas: los de Moria y los de Mordor no son iguales... pero podemos dejarlos como "un tipo de orcos concreto", bien distintos de los Uruk-Hais de Saruman).
Y ahora han aparecido los Uruk-Hais de Saruman. Ya vísteis a Lurtz: tienen aspecto más o menos humanoide, aunque podrían pasar por zombies: nariz hundida, piel de aspecto quemado, musculosos, pelo raído y otros detalles por el estilo.
Esto es así también en el libro. Eso sí, cada uno tiene su interpretación de cómo son unos orcos y otros. Desde luego, el trabajo de maquillaje en las películas es brutal. A mí me parece que no estamos valorando realmente la cantidad de trabajo y de horas que hay ahí invertidas. Pero sí está clara una cosa: dejando a un lado las interpretaciones personales de si "a mí me gusta" o "a mí no", la distinción entre un tipo de orcos y otro que nos contaba Tolkien en los libros, quedará bien patente en la película.
Para mí, ésto es lo más importante, y Peter Jackson lo ha conseguido. Ahora, que si a Manolito no le gustan las orejas de los orcos, o si a Juanito los Uruk-Hais le parecen cebollas con patas, eso es ya cuestión de gustos.
Perdonad por el rollo. Saludos.