La obra de Tolkien es muy triste, tremendamente triste, precisamente por eso. Todo va perdiendo su brillo, la magia va muriendo, cada vez más descolorida, nos vemos inmersos en un cntinuo adios. Y los adioses siempre son tristes. En El Silmarillion, ciertamente, la decadencia se ve a gran escala. Tomemos como ejemplo a Morgoth y Sauron; el segundo es una sombra del primero, pálida al compararse con él. O los dragones; Glaurung, Ancalagon y Smaug, cada uno más débil que su ancestro. No son más que gotas en un océano, podría hablarse de los Elfos, de las grandes casas de los Hombres, de las creaciones de las forjas, de los enfrentamientos, de la belleza del mundo... Todo va muriendo . En ESdlA, como la historia contada transcurre en un período de tiempo mucho menor (hay que recordar que en El Silmarillion ocupa diez o doce páginas, si no me equivoco) quizás parezca menos evidente, pero aún así está: continuas evocaciones al pasado, en el Concilio, e la canci´n de Aragorn, en los Ents y sus desaparecidas mujeres, en las personas de Arwen o Galadriel, la prmera vivo retrato de la legendaria Lúthien, la segunda portadora directa en su blanco manto del paso de las Edades... Y al final del libro, la muerte de la Tercera Edad, los Puerts Grises, otra despedida...
Pero a pesar de toda la decadencia siempre quedan sorbos del pasado, ecos en salones vacíos de las arpas que cuentan las leyendas antiguas... Creo que la decadencia es la esencia de la obra de Tolkien, pero no aparece per se, sino para despertar nuestra memoria, nuestra añoranza, para evitar qe olvidemos, para instarnos a mantener vivo el fuego de las leyendas. La decadencia en Tolkien, creo, enmascara un deseo de vida, de consciencia de lo que ha existido, de lucha por mantener viva la historia y la magia. Pues por much que todo se vuelva gris siempre quedan restos de color no del todo desvaídos. En fin, creo que la lánguida decadencia que Tolkien nos presenta es un grito de lucha.

(Mensaje original de: Daeránen)