Ver publicación (Athrabeth Finrod ah Andreth)
Ver tema#12 Respondiendo a: Eviore
Pues algo tan gordo como...
... renunciar a Eru para venerar a Morgoth. Claro que engañados por este último por supuesto.
No sé yo si los tiros van por ahí
Piensa que el propio Finrod trata de razonar con Andreth acerca de lo positivo del Don de los Hombres. En esto Tolkien nos deja un poco en ascuas (y hace bien: la leyenda se rompería su tuviésemos todos los porqués al alcance de la mano).
Los elfos entendían que los hombres tenían una corta vida en Arda, pero los segundos nacidos tenían una gran ventaja sobre los primeros: los elfos estaban atados al destino de Arda, y sucumbirían con ella, mientras que el destino de los hombres sólo lo conocía el propio Eru. Los elfos veían esto de forma positiva, al menos inicialmente: ellos tenían la Estel, la esperanza más allá de toda esperanza, de que Eru haría que los mismos elfos volverían a la vida cuando Arda volviese a renacer. De tal modo que para ellos el destino de los hombres, en manos de Eru, tenía que ser algo así como un regalo inesperado.
Los hombres, sin embargo, no eran capaces de ver más allá del final de sus vidas en Arda. Quizás el problema de los hombres no sería su mortalidad, sino su ceguera para poder ver más allá del momento de la muerte. Sólo así se entiende (por eso me referí a él antes) el modo en que Aragorn afronta el momento de su muerte. Aragorn es para mí el más digno representante de la raza humana que aparece en las historias de la Tierra Media.
Si además quereis enlazar esto con el pensamiento de Tolkien, entonces se puede entender lo que señalaba mi paisana Miruvor.
Un abrazo.
Namárië
P.D.: Ya le tenía yo ganas a un debate así de interesante en elfenomeno, como en los viejos tiempos
Piensa que el propio Finrod trata de razonar con Andreth acerca de lo positivo del Don de los Hombres. En esto Tolkien nos deja un poco en ascuas (y hace bien: la leyenda se rompería su tuviésemos todos los porqués al alcance de la mano).
Los elfos entendían que los hombres tenían una corta vida en Arda, pero los segundos nacidos tenían una gran ventaja sobre los primeros: los elfos estaban atados al destino de Arda, y sucumbirían con ella, mientras que el destino de los hombres sólo lo conocía el propio Eru. Los elfos veían esto de forma positiva, al menos inicialmente: ellos tenían la Estel, la esperanza más allá de toda esperanza, de que Eru haría que los mismos elfos volverían a la vida cuando Arda volviese a renacer. De tal modo que para ellos el destino de los hombres, en manos de Eru, tenía que ser algo así como un regalo inesperado.
Los hombres, sin embargo, no eran capaces de ver más allá del final de sus vidas en Arda. Quizás el problema de los hombres no sería su mortalidad, sino su ceguera para poder ver más allá del momento de la muerte. Sólo así se entiende (por eso me referí a él antes) el modo en que Aragorn afronta el momento de su muerte. Aragorn es para mí el más digno representante de la raza humana que aparece en las historias de la Tierra Media.
Si además quereis enlazar esto con el pensamiento de Tolkien, entonces se puede entender lo que señalaba mi paisana Miruvor.
Un abrazo.
Namárië
P.D.: Ya le tenía yo ganas a un debate así de interesante en elfenomeno, como en los viejos tiempos

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"¡Feliz o pobo dos hobbits por vivir preto da beira do mar!" (Haldir a Merri en Lothlórien. JRR Tolkien. O Señor dos Aneis. A Irmandade do Anel, capítulo 6)
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"¡Feliz o pobo dos hobbits por vivir preto da beira do mar!" (Haldir a Merri en Lothlórien. JRR Tolkien. O Señor dos Aneis. A Irmandade do Anel, capítulo 6)