pues no te hagas lios XD

En "El Silmarillion" podemos leer lo siguiente:

“Mientras que los Elfos permanecerán en el mundo hasta el fin de los días, y su amor por la Tierra y por todo es así más singular y profundo, y más desconsolado a medida que los años se alargan. Porque los Elfos no mueren hasta que no muere el mundo, a no ser que los maten o los consuma la pena (y a estas dos muertes aparentes están sometidos); tampoco la edad les quita fuerzas, a no ser que uno se canse de diez mil centurias; y al morir se reúnen en las estancias de Mandos, en Valinor, de donde pueden retornar llegado el momento.”
(El Silmarillion, “Del Principio De Los Días”)

A ver... el tema de la reencarnación de los Elfos lo trató Tolkien de forma bastante extensa tanto en El Anillo de Morgoth como en Los Pueblos de la Tierra Media. En un primer momento, Tolkien se plantea la opción de la reencarnación de los elfos como un renacimiento, en el cuerpo de un niño. Pero, se da cuenta que esto no puede ser así, precisamente por lo que dices tu. Ya que si los Elfos tienen parte del fëar de sus padres, pues menudo lío con las familias

Por lo tanto, Tolkien adopta la idea la reencarnación en el propio cuerpo, una vez pasado un tiempo en las estancias de Mandos. Una vez que se han "purgado" las culpas , a los Elfos se les permite decidir si desean reencarnarse o no.

"Los Valar, o Mandos como portavoz de sus mandatos y en muchos casos como su ejecutor, recibieron el poder de convocar, con completa autoridad, a todos los fëar sin hogar de los Elfos a Mandos. Allí se les ofrecía la alternativa de seguir sin hogar o (si así lo deseaban) de ser realojados en la misma forma y cuerpo que tenían antes. No obstante, normalmente debían permanecer en Aman."
(El Anillo de Morgoth, "Athrabeth Finrod ah Andreth")

El destino de los elfos es durar mientras dure Arda... y no son por lo tanto inmortales en el sentido estricto de la palabra. (Si habitan en las Tierras Imperecederas, el tiempo transcurre de otra forma, por lo que su desgaste físico es menor.)

A finales de la Tercera Edad, la mayoría de los elfos parten a las Tierras Imperecederas, pues su tiempo ha acabado en la Tierra Media, y además han cumplido la misión para la que estaban en ella:

"El hado de los Elfos es ser inmortales, amar la belleza del mundo, llevarla a pleno florecimiento mediante sus dones de delicadeza y perfección, durar mientras ella dura, no abandonarla nunca ni aún cuando se los 'mata', sino retornar; y, sin embargo, cuando los seguidores llegan, enseñarles, abrirles camino, 'desvanecerse' a medida que los seguidores crecen y absorben la vida de la que ambos proceden."
(J.R.R. Tolkien, Cartas, carta nº 131)

Un saludo, desde la casita de Illuin