Me gustaría compartir con ustedes estas magnificas líneas de Michael Ende en su libro “La Historia Interminable”, las cuales siempre me han encantado, y que creo que a más de uno de por aquí le caerá como anillo al dedo:

Quien no haya pasado nunca tardes enteras delate de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado..

Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse temprano...

Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido..

Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces.

Pues más palabras que esas no me quedan que decir, ¿una brisa fresca y maravillosa la que posee un buen libro no? Y más cuando es el Profesor Tolkien quien lo escribe.

Un saludo a Todos!