Ver publicación (Emulando a Michael Ende)
Ver tema#1 Respondiendo a: René
Me gustaría compartir con ustedes estas magnificas líneas de Michael Ende en su libro “La Historia Interminable”, las cuales siempre me han encantado, y que creo que a más de uno de por aquí le caerá como anillo al dedo:
Quien no haya pasado nunca tardes enteras delate de un libro, con las orejas...
Muy bonito y muy cierto
Y tienes mucha razón en lo que dices..... porque tengo muchísimos recuerdos de libros leídos, y esos momentos con aquellos personajes, en otros mundos o épocas diferentes, corriendo aventuras, descubriendo sensaciones de amor, odio.... y todo esto con solo unas simples letras...
Esa es la magia de la literatura..... que te regala esos momentos en los que desconectas de todo, y te metes en la piel de otros, te creas tu propia película y sobre todo lo vives......
Gracias a todos aquellos escritores y escritoras que han conseguido que con sus palabras hayan tenido momentos tan agradables.... algunos de ellos inolvidables, porque sus personajes no se me olvidarán nunca
Saludos desde Hobbiton de la Llanada
Y tienes mucha razón en lo que dices..... porque tengo muchísimos recuerdos de libros leídos, y esos momentos con aquellos personajes, en otros mundos o épocas diferentes, corriendo aventuras, descubriendo sensaciones de amor, odio.... y todo esto con solo unas simples letras...
Esa es la magia de la literatura..... que te regala esos momentos en los que desconectas de todo, y te metes en la piel de otros, te creas tu propia película y sobre todo lo vives......
Gracias a todos aquellos escritores y escritoras que han conseguido que con sus palabras hayan tenido momentos tan agradables.... algunos de ellos inolvidables, porque sus personajes no se me olvidarán nunca
Saludos desde Hobbiton de la Llanada
Allá, asomando entre las nubes por encima de un peñasco sombrío en lo alto de los montes, Sam vio de pronto una estrella blanca que titilaba. Tanta belleza, contemplada desde aquella tierra desolada e inhóspita, le llegó al corazón, y la esperanza renació en él. Porque frío y nítido como una sae...