Bueno, he puesto el turno tres pero se ha pasado de página, así que lo pongo aquí abriendo un nuevo post para seguir la partida. A este turno ya me han respondido Rene, Mainlord y Saniwan. A los otros dos que quedáis os dejo un par de días porque puede que no hayais visto el pos, así que aqui lo copio, y dentro de un par dias sigo.

Kitsune, toda inocente, levanta la calavera decidida a apropiarse de lo que hay debajo. Al ver que debajo hay una palanca se asombra, pero su determinación la lleva a intentar coger la palanca arrancándola del suelo. Evidentemente son esfuerzos en vano, y no puede hacer nada. Faramir, al ver el peligro que corren, pues no sabe qué tipo de mecanismo puede activar esa palanca, grita desesperadamente a kitsune para impedirlo. Sin embargo su advertencia llega tarde, y la palanca ya ha sido girada.
Inmediatamente por los agujeros salen disparadas cual rayo flechas, que os pillan desprevenidos por supuesto. Mainlord, al estar examinando esos agujeros, es atravesado en una mano por un proyectil. Carantir consigue escapar por muy poco tirándose al suelo, pero a Faramir y a Kitsune la sorpresa les supera y reciben sendos golpes. Al primero se le clava la flecha en el hombro, y a la culpable de que haya saltado la trampa se le clava una flecha en el muslo.
René, tras el susto inicial, coge el libro que kitsune dejó para intentar coger la palanca. Es un diario del cadáver, un tal Halbarad
Este era un dúnedain que fue capturado por una horda de orcos en un bosque, y conducido a esta habitación. Allí se vio atrapado junto a otros guerreros. Activó la palanca, y saltaron las flechas. Las siguientes lineas fueron escritas casi ilegiblemente, pero dice algo de que ya habían encontrado la solución.

Cuando termina de leer, Carantir se da cuenta de que la zona de piedra que estaba hueca ha desaparecido, y hay un largo pasillo detrás de ese hueco. Pero también empezáis oír al otro lado de la puerta pasos apresurados y pesados....


(Mensaje original de: ^Campeador^)