A ver, Raima

Se ve que eres nueva, si no, no dirías lo que dices, ya que muchas veces fui crítico conmigo mismo, pero siempre consecuente. No justifico lo que hice. Lee bien mi mensaje de tres renglones más arriba y lo verás. Una cosa es decir que algo es entendible, otra que está bien. El ser humano es complejo, y todos los que leímos el Silmarilion y tantas otras obras podemos comprender que hay situaciones trágicas en las que los personajes tienen contradicciones, defectos, errores, que son víctimas de situaciones límite, decisiones apresuradas, pero no por eso les vamos a poner un cartelito de “malos”, como si todo fuese blanco o negro. Una cosa es la cólera, sí, nunca lo negué. Pero . . . ¿codicia? No, no, no, eso no te lo acepto. Te recomiendo este post,
http://www.elfenomeno.com/foro/foro_cine.php?acc=2&t=&p=&m=39736&c=999999999999999999
(tienes que leerlo entero, para lo cual debes tomarte un día libre, je je)
para que veas cuánto se ha hablado aquí de la codicia, y no es mi defecto precisamente. Sí la ira y la sed de venganza y justicia (recuerda el asesinato, además del robo), así como la intransigencia con los traidores. Lo de los Teleri, ya lo dije, fue un choque de cabezones, si hubiesen vencido los Teleri, ¿qué habríais dicho? ¿Habríais hablado de “fratricidio” también? No lo justifico, pero es entendible, a ver si ahora también soy “entendible”, para ti y para los demás que me lean. Eso significa que no son actos de pura maldad, sino una resultante de muchas fuerzas: las expliqué más arriba (e infinidad de veces a lo largo de este último año); mi temperamento, los crímenes de Melkor, la soberbia y altanería de los Valar, el efecto casi mágico de la cizaña sembrada por Melkor (no me vengáis siempre con lo de campo abonado, que era el Vala más poderoso y Tolkien aclara que su mayor poder, el más maléfico, era ese, vamos, quiero ver quién podría ser inmune a eso), el hecho de que mi padre se haya casado nuevamente (Freud me ha explicado muchas cosas aquí en Mandos, como ya dije hace un año), y finalmente, ya que lo mencionas, la malicia de aquellos noldor que maldijeron mi nombre en Alqualonde: esa traición tuvo como consecuencia natural la quema de barcos; un comandante como yo no admite traidores. No lo justifico, todo fue muy arrebatado. Tan arrebatado que terminé con mi propia vida; si no me hubiera precipitado, las huestes de los Noldor a mi servicio habrían derrotado a los balrogs que me mataron, pero al adelantarme, llegaron tarde, cuando las heridas de muchos contra muy pocos ya eran definitivas. Entonces, eso es una prueba de que desde el juramento hasta mi muerte, fue una cadena de decisiones precipitadas, el fuego de mi ira, fuego que me caracterizó tanto desde darme mi nombre hasta la forma de morir, hizo que esa mezcla de circunstancias trágicas fuera mucho más inflamable de lo que podría haber sido. Por eso mi principal enojo, en realidad, a la distancia, no es contra Morgoth (a pesar de ser, obviamente, el que más odio); porque de él no se puede esperar otra cosa; es contra los Valar, que siendo tan sabios y poderosos no hayan podido evitar lo que ocurrió y hayan sido tan “blandos” con Melkor tantas veces (de eso se trata este post) y tan duros conmigo (maldición de Námo). No es justo. Es fariseo.
Saludos desde Mandos.
Hasta la victoria, siempre!