Todos somos víctimas

en mayor o menor medida, pero todos lo somos, sin excepción. Desde aquí, una y otra vez, y desde toda España, nuestra condena al mayor de los sinsentidos que, desgraciadamente, tan a menudo hace tan inhumano este que es nuestro mundo. Porque es la más aberrante e inhumana de las acciones del hombre el arrebatar el derecho a la vida y a la libertad. Y me siento incapaz de considerar como personas humanas a los culpables de esta monstruosidad.

Yo no me siento atado a nación ni nacionalismo alguno, sólo puedo experimentar sentimientos -cualesquiera que sean- hacia a los seres humanos como personas individuales; hoy, quisiera que mi solidaridad, toda la que puedo ofrecer, y en la medida en que pueda servir de algo, es para todos y cada uno de vosotros. Ojalá estuviera en nuestra mano, en la de todos y cada uno, el poder acabar con tanta miseria humana... Ojalá.

Antes me preguntaba qué clase de ideas puede justificar para alguien la muerte de otra persona. Quizá mejor deba preguntar qué clase de "personas" es capaz de encontrar justificación en cualquier idea para traer muerte y tanta desesperación a siquiera una sóla persona en este mundo.

Lamento no poder hacer más que esto, escribir estas pobres palabras, desde la distancia.

Un gran abrazo