Ahora te he comprendido mejor...

ruego me disculpes, pues, Haradrim.

Me entristece mucho darme cuenta que a menudo, en general, no somos tan solidarios y conscientes (no digo todos, pero sucede) hasta que ocurren las cosas... Y entonces abrimos los ojos, aunque sólo sea, desgraciadamente, a veces por un tiempo... Es triste darse cuenta de que a menudo lo más profundo de nuestra humanidad no se rebela desde dentro de nosotros hasta que los actos de la más repugnante y dantesca inhumanidad se hacen realidad. Hoy he dicho y pensado muchas veces "ojalá...". No puedo evitarlo. Y lo digo una vez más... Ojalá, con más frecuencia nos diéramos cuenta de que de Barcelona a Madrid, de Bilbao a Sevilla, de Valencia a Cáceres, da igual... no somos tan diferentes. En absoluto. Aquí, donde sea, y en el otro lado del mundo seguimos siendo seres humanos. Seres humanos en un mismo mundo, aunque haya quién se empeñe en hacer distinciones.