Ver publicación (Derechos y familia Tolkien)
Ver tema#25 Respondiendo a: Anónimo
Pues sí, seguro
¿Sabes que al principio, cuando sólo había unas fotos de la peli, se decía que Arwen seguía en secreto a la Comunidad? ¿Sabías que se decía, y esto me lo creo, que Arwen iba a Helm y echaba un duelo de espadas con Eowyn por Aragorn?
¿Quieres que siga o ya has vomitado las golosinas...
Derechos y Familia Tolkien
Aiya!
Al igual que Iker_Bolson doy por concluído el luto, pero el paso de los días no mitiga mi dolor, ni la frustración y la indignación que siento, pero creo que eso nos pasa a todos. Me alegra que esteis todos ahí y me encanta saludaros de nuevo.
Dicho lo anterior, quiero expresar mi opinión sobre lo que aquí se discute. En primer lugar debo manifestar que soy, técnicamente, miembro de la afamada Estrella de la Muerte, pero me gustan muchísimo las películas, las tres. No obstante, considero que se podrían haber hecho bastante mejor, y en este punto le asigno gran parte de responsabilidad a la Familia de Tolkien, especialmente a su hijo Christopher.
Me explico: desde el principio J.R.R. Tolkien manifestó su interés porque su obra (El Señor de los Anillos) fuese llevada al cine. En vida, Tolkien abordó repetidamente esta posibilidad aportando sus opiniones y mostrandose participe en tales proyectos. Esto es absolutamente cierto por evidente. Su decisión de vender los derechos cinematográficos de su obra partieron de una reflexión personal, consciente y libre, independientemente de cuales fueran sus motivaciones. Quiero decir con ello que en la escala de valores del autor se establecieron mecanismos de permisividad con la instrumentalización de sus textos, consciente de que él mismo o quienes mantuviesen su legado, colaborararían en el engrandecimiento del resultado final de la posible película. En ese sentido, la postura del Tolkien State siempre me ha parecido inconsistente y en algún caso mezquina, por contradictoria con la voluntad del autor, que además nos ha privado de un competente asesoramiento que, sin duda, habría mejorado ostensiblemente la culminación del proyecto.
Según nos consta a todos, el equipo de Peter Jackson ha hecho todos los esfuerzos posibles por contar para la realización de su trabajo con los mejores especialistas en cada uno de los campos en que se distribuye la realización de una película. Los resultados en certámenes y los galardones recibidos así lo avalan. Por otro lado, todos los que han participado en la empresa han manifestado el intenso clima de satisfacción que se percibía en todos los aspectos de la producción. Renombrados artistas plásticos especializados en la obra de J.R.R. Tolkien no han dudado en participar, aportando imágenes que dificilmente olvidaran nuestras retinas y que se complementan perfectamente con las que teníamos en nuestra imaginación. La aportación del Tolkien State habría producido idéntico efecto, y en ese aspecto, su cicatera posición nos ha dejado huerfanos de plenitud.
Por otro lado, no coincido en asignar a Christopher Tolkien el apelativo de "el más purista entre los puristas". Nunca me cansaré de agradecerle el trabajo realizado para la divulgación de los ecritos de su padre, pero no nos engañemos, siendo un brillante filólogo, posiblemente de la misma altura que su progenitor, emprendió la "construcción" de El Silmarillion con un afán no exento del presumible rendimiento económico, y que la publicación de textos posteriores (Cuentos Inconclusos, La Historia de la Tierra Media, etc.) no deja de atender a esa circunstancia. Y es lícito. Además del estudio detenido de los escritos de Tolkien, se desprende en innumerables momentos un irritante sentimiento de que Christopher se ha entometido más de lo que prudentemente debía en interpretar a su padre. Su contribución, por tanto, está mediatizada por su propia expeculación y así lo reconoce abiertamente, siendo este un gesto que le honra.
Desgraciadamente la decisión del Tolkien State, sin conocer con certeza las razones que les condujeron a tomarla, nos ha privado de obtener mayores satisfacciones. Lo siento, nos tenemos que contentar con lo que el de Nueva Zelanda nos ha hecho; lo que no nos impide ponerle "a caldo" por sus excéntricas e innecesarias modificaciones.
Un saludo desde Minas Ithil.
Namárië.
Aiya!
Al igual que Iker_Bolson doy por concluído el luto, pero el paso de los días no mitiga mi dolor, ni la frustración y la indignación que siento, pero creo que eso nos pasa a todos. Me alegra que esteis todos ahí y me encanta saludaros de nuevo.
Dicho lo anterior, quiero expresar mi opinión sobre lo que aquí se discute. En primer lugar debo manifestar que soy, técnicamente, miembro de la afamada Estrella de la Muerte, pero me gustan muchísimo las películas, las tres. No obstante, considero que se podrían haber hecho bastante mejor, y en este punto le asigno gran parte de responsabilidad a la Familia de Tolkien, especialmente a su hijo Christopher.
Me explico: desde el principio J.R.R. Tolkien manifestó su interés porque su obra (El Señor de los Anillos) fuese llevada al cine. En vida, Tolkien abordó repetidamente esta posibilidad aportando sus opiniones y mostrandose participe en tales proyectos. Esto es absolutamente cierto por evidente. Su decisión de vender los derechos cinematográficos de su obra partieron de una reflexión personal, consciente y libre, independientemente de cuales fueran sus motivaciones. Quiero decir con ello que en la escala de valores del autor se establecieron mecanismos de permisividad con la instrumentalización de sus textos, consciente de que él mismo o quienes mantuviesen su legado, colaborararían en el engrandecimiento del resultado final de la posible película. En ese sentido, la postura del Tolkien State siempre me ha parecido inconsistente y en algún caso mezquina, por contradictoria con la voluntad del autor, que además nos ha privado de un competente asesoramiento que, sin duda, habría mejorado ostensiblemente la culminación del proyecto.
Según nos consta a todos, el equipo de Peter Jackson ha hecho todos los esfuerzos posibles por contar para la realización de su trabajo con los mejores especialistas en cada uno de los campos en que se distribuye la realización de una película. Los resultados en certámenes y los galardones recibidos así lo avalan. Por otro lado, todos los que han participado en la empresa han manifestado el intenso clima de satisfacción que se percibía en todos los aspectos de la producción. Renombrados artistas plásticos especializados en la obra de J.R.R. Tolkien no han dudado en participar, aportando imágenes que dificilmente olvidaran nuestras retinas y que se complementan perfectamente con las que teníamos en nuestra imaginación. La aportación del Tolkien State habría producido idéntico efecto, y en ese aspecto, su cicatera posición nos ha dejado huerfanos de plenitud.
Por otro lado, no coincido en asignar a Christopher Tolkien el apelativo de "el más purista entre los puristas". Nunca me cansaré de agradecerle el trabajo realizado para la divulgación de los ecritos de su padre, pero no nos engañemos, siendo un brillante filólogo, posiblemente de la misma altura que su progenitor, emprendió la "construcción" de El Silmarillion con un afán no exento del presumible rendimiento económico, y que la publicación de textos posteriores (Cuentos Inconclusos, La Historia de la Tierra Media, etc.) no deja de atender a esa circunstancia. Y es lícito. Además del estudio detenido de los escritos de Tolkien, se desprende en innumerables momentos un irritante sentimiento de que Christopher se ha entometido más de lo que prudentemente debía en interpretar a su padre. Su contribución, por tanto, está mediatizada por su propia expeculación y así lo reconoce abiertamente, siendo este un gesto que le honra.
Desgraciadamente la decisión del Tolkien State, sin conocer con certeza las razones que les condujeron a tomarla, nos ha privado de obtener mayores satisfacciones. Lo siento, nos tenemos que contentar con lo que el de Nueva Zelanda nos ha hecho; lo que no nos impide ponerle "a caldo" por sus excéntricas e innecesarias modificaciones.
Un saludo desde Minas Ithil.
Namárië.
Nic-bric, bric-nic, ...