Ver publicación (Párpados de dragones)

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Anónimo
Anónimo
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#15 Respondiendo a: Anónimo

Hola.

Ya verán este tema en el Foro de las Películas, como alguna vez lo fue '¿Tendrá alas el Balrog de PJ?'

En la adaptación del Hobbit "¿tendrá párpados el dragón de Peter Jackson?" Aunque yo propondría; '¿Es necesario filmar El Hobbit?' y respondería yo mismo: Por favor no.

Creo que...

Me puntualizo a mí mismo...

Que Glaurung y Smaug son dragones de órdenes distintos lo señala el propio Tolkien, y establece esta distinción en las clases de estas bestias desde el primer ezbozo de su mitología (véase "El Cuento de Turambar y el Foalokë" en "Los Cuentos Perdidos"). Glaurung, padre de dragones, es un urulóki, un dragón de fuego, así como Smaug. Pero Smaug es un dragón alado, de la misma prole con seguridad que el primero de los dragones alados, Ancalagon el Negro, cumbre de la "obra" iniciada por Morgoth con Glaurung. Es cierto que la otra división "taxonómica" de los dragones que menciona Tolkien es la de los Dragones del Frío, aquellos que habitaban más allá de las Montañas Grises y que durante siglos, molestaron los reinos enanos establecidos en aquella zona. Entre ellos es “célebre” Scatha el Gusano (sin duda un homenaje por parte de Tolkien al dragón de “Beowulf”).
Es cierto que según todo esto, Glaurung y Smaug pertenecerían al mismo grupo pero creo que las diferencias entre ambos son lo suficientemente numerosos para diferenciar un nuevo subgrupo.
Por otro lado también me gustaría matizar un poco lo que dije respecto de la caracterización psicológica de estos momstruos (que Tolkien veía tan necesarios en una narracaión, véase al respecto la conferencia “Beowulf: los monstruos y los críticos”). Sin duda Smaug es un dragón bien hecho en lo que se refiere a su propia psicología. Es un animal astuto, perverso, peligrosamente inteligente, brillante (siempre me gustó mucho este bicho) pero no pasa de ser una criatura propia de un ámbito infantil, atada al mundo infantil que constituye “El Hobbit”. No vá más allá de ser malicioso, una mala bestia, malo entre malos que todo un héroe como es Bardo, debe eliminar para recuperar la paz y el orden (todo muy en la línea del cuento tradicional). Smaug es una advertencia a los jóvenes lectores, un aviso de los malos hábitos que pueden tener los hombres y de los valores con los que se pueden combatir. Ojo que con todo esto no quiero resaltar ningún aspecto negativo de este maravilloso relato de Tolkien. Cada cosa en su sitio y Smaug cumple muy bien la función que tiene que cumplir. Por eso, y en respuesta a tar calion II me gustaría señalar la necesidad de “redescubrir” “El Hobbit” al menos como maravilloso cuento infantil. A mí, como la mayoría de cuentos infantiles (o no tan infantiles. Los cuentos de hadas de los que hablaba Tolkien son tan valiosos como intemporales), este libro me gusta cada vez más. Con las sucesivas relecturas he ido apreciando en mayor medida su valor y su belleza intrínseca.
Glaurung es otra cosa. Glaurung es la cima de la narrativa tolkieniana, el descubrimiento literario por excelencia. Por primera vez, un monstruo, un aparente recurso y complemento narrativo, necesario pero no capital en la obra, se convierte en una parte ensencial de ella, en un personaje más, el antagonista perfecto. ¿Qué sería de la Narn sin Glaurung? Glaurung es uno de los ejes fundamentales de este relato, la representación del destino malvado que lucha contra el Hombre, Túrin, y que le gana la partida. Es un Valor en sí mismo, el Lado Oscuro del Ser Humano hecho forma. Lo que no habían conseguido ni Polifemo el cíclope, ni Gréndel ni el dragón beowulfiano (pese a lo que opine Tolkien) ni ninguno otro, lo consigue este ser horripilante perversamente humano llamado Glaurung. Para apreciar a este “cínico con escamas” es necesario recurrir a los Cuentos Inconclusos. Sólo aquí se aprecia la calidad de esa maravillosa obra que es la “Narn i hîn Húrin”.
Después de este aburrido mensaje que podría titularse “Elogio (demasiado apasionano) de Glaurung (y por qué no, de Tolkien)” sólo me cabe despedirme. Siempre me ha llamado la atención lo bien que están trabajados los dragones del Profesor de Oxford. Decía Melian-Maia que Tolkien no había inventado los dragones. Evidentemente es así, pero Tolkien supo aportar, de su cosecha propia, ese toque humano que nos hace recordar la maldad latente que reside, escondida, en nuestra Mente

Un saludo desde Gondolin.

P.D.: Aunque sepamos que no es un recurso fiable, me gustaría comentar que en el Juego de Rol de “El Señor de los Anillos” que un principio editó Joc Internacional, y que reeditó hace 5 años La Factoria de Ideas, aparecía una clasificación de los diferentes tipos de dragones que aparecían en la Obra de Tolkien, nombrándose sus caractarísticas especiales (entre ellas su descripción) así como bonificaciones, daño y otros datos propios de estos juegos. Lo más curioso era la cantidad de “dragones nuevos” que se sacaron de la manga los creadores de este juego, “maravillosos creadores y enriquecedores” de la obra de Tolkien. Los nombres, hechos a imitación de los de Tolkien, estaban, aun así, bastante logrados. Algo así pasaba con el Juego de Cartas antiguo de SDLA (anterior al de Decipher) donde también se establecían diferentes tipos de dragones. Qué tiempos aquellos… en los que no escribía postdatas tan largos ...


(Mensaje original de: Pengolodh el Sabio)