Sí que hay reglas

El problema con la fantasía es que mucha gente confunde dos conceptos: verdad y verosimilitud. Una historia fantástica puede ser completamente irreal, pero debe ser verosímil, es decir, guardar cierta congruencia. En nuestra realidad, por ejemplo, no existen las criaturas aladas que montan los Nazgûl, así que en teoría Tolkien pudo inventárselas a su gusto (y aun así, al igual que otra criatura fantástica, no están creadas a partir de la nada, sino de una combinación de elementos reales: los pájaros, para volar, necesitan alas, así que estas criaturas también poseen alas para volar), pero los seres humanos son humanos en la realidad y la ficción: si en nuestro mundo real un ser humano no es físicamente capaz de correr tantos metros envuelto en llamas, en la ficción tampoco puede, salvo que se dé una explicación coherente a ese hecho dentro de la propia historia: por ejemplo, puedes decir que ese ser humano puede arder como una tea durante kilómetros porque, por ejemplo, sufre un hechizo, o es un ser humano con poderes fuera de lo común: no es cierto, en nuestra realidad no sería posible, porque no existen los hechizos ni las personas con poderes sobrehumanos, pero es verosímil porque es congruente dentro de esa historia ficticia. Pero aquí no es ése el caso: en la película, Denethor corre cientos de metros ardiendo, y en ningún momento se ha explicado que por alguna circunstancia o porque tenga una cualidad fuera de lo común sea capaz de hacer eso. Y dicho todo esto, perdona por el ladrillo .