Ver publicación (El nuevo Tolkien)

Ver tema

Leandro
Leandro
Desde: 04/11/1999

#3 Respondiendo a: Anónimo

Y que lo digas

¿Nuevo Tolkien? ¿Puede haber otro escritor como Tolkien o como cualquier otro conocido? Es un recurso típico para vender una obra no muy conocida. Si con ello quieren decir que sus novelas son de una calidad tan alta como las de Tolkien, tengo algo que añadir:
"El rango de nuevo To...

El nuevo... "marketing"

No estoy en contra de leer a las nuevas generaciones de escritores. Más bien al contrario, me parece maravilloso poder disfrutar de nuevas historias ambientadas en mundos distintos, así como disfruto de nuevas historias ambientadas en nuestro mundo.

Pero de ahí, a decir que alguien puede ser el "nuevo Tolkien"... bueno, creo que más bien estamos ante el "nuevo Marketing", que permite utilizar el éxito de otros escritores/cineastas/cantantes/autores en general para promocionar a los nuevos. Estoy totalmente de acuerdo con Warren.

Y es que lo de "joven promesa" ya no llama la atención. Hay que buscar otras formas de intentar dar a conocer a un autor. Por muy bueno que sea su libro, no se va a vender solo. No sé si estos nuevos autores que están apareciendo serán buenos o malos, o si en el futuro se les recordará desde una página web dedicada a su obra pero... por el momento, decir que alguien es "el nuevo Quiensea" no es más que una forma más de promoción. Injusta, pero tristemente inevitable. Hoy es "el nuevo Tolkien". En otro tiempo sería "el nuevo Shakespeare" o "el nuevo Asimov", o "el nuevo Cervantes".

¿O no hemos oído, en otros campos, contínuamente lo de "el nuevo Induráin", "el nuevo Pelé", "los nuevos Beatles"...? Hay ejemplos para dar y tomar, pero sólo son campañas de marketing. Eso sí, que esto no nos impida disfrutar de estos autores, porque seguro que algo bueno puede salir de alguno de ellos, y el que algún desafortunado periodista o promotor les haya comparado con alguien ya consagrado, no debe hacernos rebajar su mérito.

Saludotes
El corazón de los hombres a menudo no es tan malo como sus actos, y rara vez tan malo como sus palabras. (J.R.R. Tolkien)