Ver publicación (¿Dónde están los Puertos Grises?)
Ver tema#1 Respondiendo a: Elfa Árwena
¿Cómo se retoma el hilo de toda una vida? ¿Cómo seguir adelante cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no puede enmendar, aquellas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz?
Esta es, como supongo que sabréis, una de las frases que d...
En el corazón de cada cual...
En parte, los Puertos Grises pertenecen al corazón de cada persona, y en parte pertenecen al mundo de todos nosotros, de todos por más que en ocasiones no lo deseemos...
Pero desde cada Puerto Gris, si se alcanza a ver entre la bruma, en lontananza se puede avistar un horizonte más ancho y más diáfano de lo que a menudo alcanzamos a imaginar. Y en tanto que permanecemos en este mundo, en cada Puerto hay un billete de ida y vuelta, necesariamente, como apuntaba Amdriel.
Pero cada vez que yo he zarpado y cada vez que lo vuelva a hacer, desde mis Puertos Grises particulares, con todo el velámen desplegado voy a ir viento en popa a barlovento. Y en un horizonte que es mío los vientos y los caprichos del mundo no gobiernan ni las velas ni el timón de mi barco. Y cuando regrese de nuevo a los Puertos y a la parte del mundo a los que pertenecen, sabré que más allá de la bruma puedo encontrar un horizonte distinto, porque si lo busco con voluntad de hallarlo lo lograré, y mientras tanto permanezcamos aquí, siempre tendremos el recuerdo de ése lugar íntimo y personal.
Y cada esquirla dorada de sol que vi reflejada en ése mar personal iluminará, aunque sea, una pequeña parte de mi vida, y cada azul de cielo y aire, y blanco de radiante nube que vi me servirá cuando una vez más los Puertos sean Grises y los días oscuros.
En parte, los Puertos Grises pertenecen al corazón de cada persona, y en parte pertenecen al mundo de todos nosotros, de todos por más que en ocasiones no lo deseemos...
Pero desde cada Puerto Gris, si se alcanza a ver entre la bruma, en lontananza se puede avistar un horizonte más ancho y más diáfano de lo que a menudo alcanzamos a imaginar. Y en tanto que permanecemos en este mundo, en cada Puerto hay un billete de ida y vuelta, necesariamente, como apuntaba Amdriel.
Pero cada vez que yo he zarpado y cada vez que lo vuelva a hacer, desde mis Puertos Grises particulares, con todo el velámen desplegado voy a ir viento en popa a barlovento. Y en un horizonte que es mío los vientos y los caprichos del mundo no gobiernan ni las velas ni el timón de mi barco. Y cuando regrese de nuevo a los Puertos y a la parte del mundo a los que pertenecen, sabré que más allá de la bruma puedo encontrar un horizonte distinto, porque si lo busco con voluntad de hallarlo lo lograré, y mientras tanto permanezcamos aquí, siempre tendremos el recuerdo de ése lugar íntimo y personal.
Y cada esquirla dorada de sol que vi reflejada en ése mar personal iluminará, aunque sea, una pequeña parte de mi vida, y cada azul de cielo y aire, y blanco de radiante nube que vi me servirá cuando una vez más los Puertos sean Grises y los días oscuros.
En pie, aventureros.