Perfiles...

Realmente, ni siquiera creo que el perfil que viene a especificar tu amigo encaje con el de la mayoría de amantes de la obra de Tolkien, sin ánimo de despreciar a los que, por casualidad, sí... Sólo hay que echar un vistazo a este foro para darse cuenta de la inmensa diversidad, en cuanto a edad, profesión, estudios, nivel cultural y social, de las muchísimas personas que aquí a menudo debaten y comentan acerca de dicha obra... Aquí he conocido a un piloto de aviación, arqueologas, médicos, matemáticos, historiadores, artistas, músicos, informáticos (como no ), enfermeros, profesores de distintas materias, entre muchos otros además de estudiantes de edades comprendidas entre los 12 y la irresponsable veintena o, simplemente, trabajadores de distintos ramos. No se nos puede encasillar tan fácilmente.

En cuanto a mi perfil, pues si bien me hallo en la veintena y pertenezco al sexo masculino, y aun teniendo por una de mis pequeñas aficiones el juego de rol de diversa temática (incluso histórica), no creo que pueda encajar en ése pérfil tan típico y manido en el que se nos ubica a groso modo. No soy estudiante de ciencias, sino de artes y letras puras, por ejemplo, además de aficionado al teatro y deportista. No soporto la música Heavy Metal, aunque respeto el gusto por ello de los demás, y la ciencia ficción no es cosa de mi devoción, precisamente, con escasa salvedad de alguna pieza maestra del género que sí me puede merecer la pena. En cuanto a la fantasía... Pues no cualquier fantasía, no trago cualquier cosa actualmente. Cuando de mucho más jovencito empecé mis lecturas, sí engullía casi todo lo que iba pillando que oliera al tema... Pero creo que gracias a éso he podido ir formándome las bases de un criterio al respecto. Y hoy día veo mucho fantasía cutre y pastelosa. Para acabar, respecto a la ideología política... bueno, no creo que se me pueda clasificar fácilmente en ése otro aspecto, cosa aparte aquí ¿ok?.

Solamente decir, con todo esto, que obras como la de Tolkien, tienen la capacidad de llegar a un público mucho más vasto, en todos los sentidos, de lo que muchos pueden imaginar. Pero ya sabemos todos lo que son los prejuicios y es una pena ver que, por ejemplo ya que nos toca, El Señor de los Anillos, como obra pueda ser medida por el mismo rasero que tantos otros libros de fantasía mediocre de consumo rápido, tan perfectamente olvidables para mi gusto como Dragonlance y demás pastiches infumables por el estilo.