¡¡No os preocupéis, Heredelo!!

¡Aun contáis fieles entre las vuestras filas, Señor! Sabed que, como en los viejos tiempos, a vuestro lado necesitaréis un Mago, un Istar de los mejores, de los de raza... y ése no puede ser otro... Ya sabéis quién ¿no? (haciendo gestos con el dedo índice hacia mí mismo mientras silbo mirando a los pajaritos) ejemmm.. ejemmmm... Además, conmigo tengo a una cabra que en nada está a favor de estos insurgentes revolucionarios ¡Lola! ¡Demuéstrale tu lealtad al Sr. Heredelo! ¡Muerde, Lola, muerde! ¡Muerde y cornea, hija mía...! Muaaaajajajajahhh...

¡¡¡Beeeeeee!!! ¡¡Beeeeeee...!!

¡A mí no, maldita...! ¡A mí no! ¡¡A mí no...!! ¡Ahhhh...!

Se observa a una silueta oscura y alargada, que cae desde lo alto del séptimo nivel de Minas Tirith, en un magnífico salto estilo Denethor, impelida por una azuzada y encolerecida cabra Balar, ante la mirada asombrada de todos... Menos mal que por allí pasaba en ése preciso instante un objeto volador no identificado para recoger en plena caída al Mago que se precipitaba al vacío...

¿¿Eh?? ¿Qué me ha pasado...?

- Anda... ¿Tú también...?

¿¿Quién eres tú...??

- Brian, un peatón del Mar Rojo, encantado... ¿y tú...?