Ver publicación (Hoy hablamos de... La religiosidad en la obra de Tolkien)
Ver tema#80 Respondiendo a: Eldaron de Eldamar
Dios y Tolkien (y propuesta)
Por mi parte, no voy a escandalizarme ni nada por el estilo, cada cual tiene sus creencias y son siempre válidas con un buen razonamiento, que por algo somos libres :P . De lo que me escandalizo es de la gente que critica sin argumentar nada, o critica con mal tono, des...
Dios y Tolkien
Desde luego, el poder captar la presencia de Dios en la belleza de la Creación, en los colores del amanecer y atardecer, en la fisonomía de las hojas de un frondoso árbol, el susurro de las olas sobre las playas de la Tierra Media, y un sinfin de ejemplos más, ciertamente es una de las mejores maneras de llegar a conocer a Dios.
Esto es, en esencia, lo que he escrito en otro post acerca de Tolkien y el don de contemplación. Si tú, Haradrim, dices que has visto a Dios en la mirada de un niño y en el nevado pico de una montaña, en principio, yo te comprendo perfectamente. Pero también te comprendaría los grandes místicos cristianos de todas las épocas, pues es muy "católico" llegar a un conocimiento de la belleza de Dios por analogía de la belleza de sus obras. Esto es "teología natural" que la Iglesia Católica siempre ha sostenido y valorado, y que Tolkien conocía extremadamente bien por propia experiencia.
Ahora bien, si quieres referirte a que la naturaleza se identifica con Dios, estaríamos ante un panteísmo, que yo no puedo compartir, ni Tolkien tampoco. Bien es verdad, no obstante, que Tolkien, con su genialidad, asume elementos y valores paganos y los recrea, dándoles moral o ética cristiana antes del advenimiento de Cristo.
Dios se nos ha revelado, según creemos los católicos, como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo. La existencia histórica de Jesucristo no creo deba suponer más duda que cualquier otro personaje histórico, sinceramente. No soy experto ni mucho menos en historiografía, pero aparte del testimonio de los libros del Nuevo Testamento (que aunque "divinamente inspirados", no por ello dejan de ser libros históricos!), están otras fuentes como por ejemplo los escritos de Flavio Josefo.
Me temo que voy a ser un poco teológico y filosófico, pero lo siento: no sé expresarme de otra manera para explicar las grandes vivencias que Tolkien y los católicos disfrutamos. La Encarnación del Hijo de Dios (cosa que Tolkien no quería afrontar en su obra por ser algo tan sublime) marca claramente un antes y un después en la historia. Nuestra relación con Dios, aunque nos servimos de mediaciones (=sacramentales) como la belleza de la naturaleza (sí, la belleza de la naturaleza es, en el pensameinto cristiano de la Iglesia, sacramental también), siempre ha sido "personal", nunca "impersonal." Y esto de "persona" y "personal", para nosotros algo normal y corriente, ¡es una aportación extremadamente novedosa del cristianismo en su día hace muchos siglos! Pero desde la Encarnación además es una relación personal con rostro visible. No quiero ahora referirme a su Resurrección y Ascensión y la relación con los signos sacramentales específicos, aunque sería muy interesante... ¡para otra vez será, quizá!
Creo entender, aunque no comparto, tu negativa reacción a religiones institucionalizadas, por sus limitaciones, etc., pero insisto, como he dicho en otro momento en este foro, vivmos unos tiempos demasiado atentos a lo que hacemos las personas o las instituciones religiosas, cuando resulta mucho más consolador contemplar lo que ha hecho, hace y hará, Dios, para salvarnos... ¡de nosotros mismos!
Pero, ¡adelante contemplando a Dios en la hermosura de sus obras! Es una manera preciosa de acercarse más a Él. En Tolkien, tenemos un extraordinario ejemplo...
(Mensaje original de: Ithilien)
Desde luego, el poder captar la presencia de Dios en la belleza de la Creación, en los colores del amanecer y atardecer, en la fisonomía de las hojas de un frondoso árbol, el susurro de las olas sobre las playas de la Tierra Media, y un sinfin de ejemplos más, ciertamente es una de las mejores maneras de llegar a conocer a Dios.
Esto es, en esencia, lo que he escrito en otro post acerca de Tolkien y el don de contemplación. Si tú, Haradrim, dices que has visto a Dios en la mirada de un niño y en el nevado pico de una montaña, en principio, yo te comprendo perfectamente. Pero también te comprendaría los grandes místicos cristianos de todas las épocas, pues es muy "católico" llegar a un conocimiento de la belleza de Dios por analogía de la belleza de sus obras. Esto es "teología natural" que la Iglesia Católica siempre ha sostenido y valorado, y que Tolkien conocía extremadamente bien por propia experiencia.
Ahora bien, si quieres referirte a que la naturaleza se identifica con Dios, estaríamos ante un panteísmo, que yo no puedo compartir, ni Tolkien tampoco. Bien es verdad, no obstante, que Tolkien, con su genialidad, asume elementos y valores paganos y los recrea, dándoles moral o ética cristiana antes del advenimiento de Cristo.
Dios se nos ha revelado, según creemos los católicos, como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo. La existencia histórica de Jesucristo no creo deba suponer más duda que cualquier otro personaje histórico, sinceramente. No soy experto ni mucho menos en historiografía, pero aparte del testimonio de los libros del Nuevo Testamento (que aunque "divinamente inspirados", no por ello dejan de ser libros históricos!), están otras fuentes como por ejemplo los escritos de Flavio Josefo.
Me temo que voy a ser un poco teológico y filosófico, pero lo siento: no sé expresarme de otra manera para explicar las grandes vivencias que Tolkien y los católicos disfrutamos. La Encarnación del Hijo de Dios (cosa que Tolkien no quería afrontar en su obra por ser algo tan sublime) marca claramente un antes y un después en la historia. Nuestra relación con Dios, aunque nos servimos de mediaciones (=sacramentales) como la belleza de la naturaleza (sí, la belleza de la naturaleza es, en el pensameinto cristiano de la Iglesia, sacramental también), siempre ha sido "personal", nunca "impersonal." Y esto de "persona" y "personal", para nosotros algo normal y corriente, ¡es una aportación extremadamente novedosa del cristianismo en su día hace muchos siglos! Pero desde la Encarnación además es una relación personal con rostro visible. No quiero ahora referirme a su Resurrección y Ascensión y la relación con los signos sacramentales específicos, aunque sería muy interesante... ¡para otra vez será, quizá!
Creo entender, aunque no comparto, tu negativa reacción a religiones institucionalizadas, por sus limitaciones, etc., pero insisto, como he dicho en otro momento en este foro, vivmos unos tiempos demasiado atentos a lo que hacemos las personas o las instituciones religiosas, cuando resulta mucho más consolador contemplar lo que ha hecho, hace y hará, Dios, para salvarnos... ¡de nosotros mismos!
Pero, ¡adelante contemplando a Dios en la hermosura de sus obras! Es una manera preciosa de acercarse más a Él. En Tolkien, tenemos un extraordinario ejemplo...
(Mensaje original de: Ithilien)