Un secreto...

¿Sabéis qué? Voy a contaros un secreto:

Estoy escribiendo un libro. Y mi sueño sería, una vez que lo termine, que alguien me lo publicara. Y si no es pedir mucho, que alguien lo compre y lo lea. Y ya puestos a soñar, si se vende mucho mucho mucho pues mejor. ¡Qué diablos! ¡Quiero que me den un premio, y así poder vender millones de ejemplares! Y que se traduzca a 24 lenguas, y obtener el reconocimiento mundial.

Claro que, ya lo que sería la leche, es que alguien comprase los derechos para hacer la adaptación al cine. Tom Cruise sería productor ejecutivo, y aunque metería por imposición suya a su novieta de turno, el proyecto recaería en un director serio y solvente, con bastante libertad, que elegiría un reparto muy equilibrado entre estrellas y nuevos valores. La película se estrena y... ¡o, Dios mío! ¡Es un éxito absoluto de crítica y público! La llevamos a algún que otro festival, así como Cannes o Berlín o Venecia, que dan mucho prestigio, y arrasa. ¿Los Oscar? Si la película gana muchos, es la leche. Si gana pocos o ninguno, siempre podremos decir que los Oscar son una m... y responden a intereses comerciales, que no artísticos, etc, etc.

¿Además, que nos importa? Tardamos bastante tiempo en sacar el DVD (aprovechando las navidades, claro está), pero vendemos de nuevo millones y millones. Ya tendremos tiempo de sacar un DVD Mega Edición de Coleccionista unos años después, cuando haya terminado de escribir el segundo libro y el rodaje de la segunda película esté casi terminado...

Sí, amigos, ¡quiero forrarme! ¡Quiero tener éxito y que vuestro dinero pase a mi cuenta corriente! Y conmigo, estará forrado mi editor, mi agente (porque habré tenido que contratar a uno), estará aún más forrado Tom Cruise, el director y principales actores de las películas, qué decir de todos los directivos de editoriales, productoras, distribuidoras de por medio... ¡ah, y los de la casa que hace los muñecajos con los personajes de la película! También habremos dado de comer a cientos, miles de personas que trabajan en la editorial, o llevando un foco de aquí para allá en el rodaje, o retocando el maquillaje del monstruo de la última escena, o cogiendo el teléfono en la casa que hace los muñecos, o haciendo de acomodador en el cine que recibe la avalancha de espectadores ávidos de tragarse el último megaéxito, o vendiendo libros en la librería de turno...

Sería un éxito dulce, muy dulce. ¿Y sabéis por qué? Porque sería un éxito TRABAJADO. Los libros no se escriben solos, ni cualquier escupitajo sobre el papel se vende como rosquillas. Si conseguimos cautivar a cientos, miles, millones de lectores, durante generaciones, es porque hemos hecho algo BUENO, porque nuestro producto tiene CALIDAD. Lo mismo pasa con el cine. Si no es así, damos por hecho que la gente es subnormal, que se compra el DVD y luego el DVD Edición Especial porque no piensa. Y qué decir de los que compran los muñecos, esos sí que están tarados. Pues qué queréis que os diga: guardo los muñecos originales de Star Wars (míticos años 80) como uno de mis mejores tesoros.

Creo que debemos tener el criterio suficiente como para saber qué y qué no queremos comprar y en qué momento. Y si algo se pone a la venta es porque se espera que la gente lo compre, y como hace tiempo que abandonamos el trueque y utilizamos el dinero, irremediablemente alguien acabará forrándose con ello.

¡Y yo también quiero forrarme! Es que soy tan malvado...

Un saludo y perdón por el tostón.

(Mensaje original de: O-lorin)