Ver publicación (Tolkien: 50 Aniversario de La Comunidad del Anillo)
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Hoy es un día para sonreir, para pensar, para recordar. El 29 de julio de 1954 salía a la venta el primer volumen de una novela que iba a cambiar las vidas de mucha gente. Con el título de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, su autor J.R.R. Tolkien publ...
La Comunidad Del Anillo
Hola,
Lo bueno que tiene el participar en la gymkhana es que hace que se relean muchos pasajes (algunos, más que releerlos, es darles mil vueltas como a la lista de los reyes de Gondor
), pero de La Comunidad no recuerdo haber mirado nada, así que hoy he tomado el libro, y más que leer un capítulo, he mirado por encima, y me he parado en aquellos sitios que me “han llamado”, de los cuales destaco dos:
Frodo se volvió y vio a Trancos, y sin embargo no era Trancos, pues el curtido Montaraz ya no estaba allí. En la popa venía sentado Aragorn hijo de Arathorn, orgulloso y erguido, guiando la barca con hábiles golpes de pala; se habla echado atrás la capucha, los cabellos negros le flotaban al viento y tenía una luz en los ojos: un rey que vuelve del exilio.
-¡No temas! -repitió-. Durante muchos años anhelé contemplar las imágenes de Isildur y Anárion, mis señores de otro tiempo. A la sombra de estos señores, Elessar, Piedra de Elfo, hijo de Arathorn de la casa de Valandil hijo de Isildur, heredero de Elendil, ¡no tiene nada que temer! (El río grande)
Cruzaban aún el umbral cuando una voz clara entonó una canción.
A Elbereth Gilthoniel,
silivren penna míriel
o menel aglar elenath!
Na-chaered palan-díriel
o galadhremmin ennorath,
Fanuilos, le linnathon
nef aear, sí nef aearon!
Frodo se detuvo un momento volviendo la cabeza. Elrond estaba en su silla y el fuego le iluminaba la cara como la luz de verano entre los árboles. Cerca estaba sentada la Dama Arwen. Sorprendido, Frodo vio que Aragorn estaba de pie junto a ella. Llevaba recogido el manto oscuro y parecía estar vestido con la cota de malla de los elfos y una estrella le brillaba en el pecho. Hablaban juntos. De pronto le pareció a Frodo que Arwen se volvía hacia la puerta y que la luz de los ojos de la joven caía sobre él desde lejos y le traspasaba el corazón. (Muchos encuentros)
Aparte, tengo predilección por la siguiente frase: El arco de Legolas cantaba. (Un viaje en la oscuridad), una maravillosa forma de hacer ver que Legolas disparaba sin cesar en el ataque de los huargos.
Y como buena nique-brique que soy
, me permito recordar en forma de cita de La Comunidad del Anillo que no somos moscas como algunos se han empeñado en llamarnos:
Las moscas empezaron a atormentarlos y en el aire flotaban nubes de mosquitos minúsculos que se les metían por las mangas y pantalones y en el cabello.
-¡Me comen vivo! - gritó Pippin-. ¡Moscagua! ¡Hay más moscas que agua!
-¿De qué viven cuando no tienen un hobbit cerca? -preguntó Sam rascándose el cuello.
Pasaron un día desdichado en aquella región solitaria y desagradable. El sitio donde acamparon era húmedo, frío e incómodo y los insectos no los dejaron dormir. Había también unas criaturas abominables que merodeaban entre las cañas y las hierbas y que por el ruido que hacían parecían parientes endemoniados del grillo. Había miles de ellos, chillando todos alrededor, nic-bric, bric-nic , incesantemente, toda la noche, hasta poner frenéticos a los hobbits.
El día siguiente, el cuarto, fue poco mejor, y la noche casi tan incómoda. Aunque los nique-brique (como Sam los llamaba) habían quedado atrás, los mosquitos todavía los perseguían. (Un cuchillo en la oscuridad)
Saludos desde Moscagua
(Mensaje original de: gilraen_egr)
Hola,
Lo bueno que tiene el participar en la gymkhana es que hace que se relean muchos pasajes (algunos, más que releerlos, es darles mil vueltas como a la lista de los reyes de Gondor

Frodo se volvió y vio a Trancos, y sin embargo no era Trancos, pues el curtido Montaraz ya no estaba allí. En la popa venía sentado Aragorn hijo de Arathorn, orgulloso y erguido, guiando la barca con hábiles golpes de pala; se habla echado atrás la capucha, los cabellos negros le flotaban al viento y tenía una luz en los ojos: un rey que vuelve del exilio.
-¡No temas! -repitió-. Durante muchos años anhelé contemplar las imágenes de Isildur y Anárion, mis señores de otro tiempo. A la sombra de estos señores, Elessar, Piedra de Elfo, hijo de Arathorn de la casa de Valandil hijo de Isildur, heredero de Elendil, ¡no tiene nada que temer! (El río grande)
Cruzaban aún el umbral cuando una voz clara entonó una canción.
A Elbereth Gilthoniel,
silivren penna míriel
o menel aglar elenath!
Na-chaered palan-díriel
o galadhremmin ennorath,
Fanuilos, le linnathon
nef aear, sí nef aearon!
Frodo se detuvo un momento volviendo la cabeza. Elrond estaba en su silla y el fuego le iluminaba la cara como la luz de verano entre los árboles. Cerca estaba sentada la Dama Arwen. Sorprendido, Frodo vio que Aragorn estaba de pie junto a ella. Llevaba recogido el manto oscuro y parecía estar vestido con la cota de malla de los elfos y una estrella le brillaba en el pecho. Hablaban juntos. De pronto le pareció a Frodo que Arwen se volvía hacia la puerta y que la luz de los ojos de la joven caía sobre él desde lejos y le traspasaba el corazón. (Muchos encuentros)
Aparte, tengo predilección por la siguiente frase: El arco de Legolas cantaba. (Un viaje en la oscuridad), una maravillosa forma de hacer ver que Legolas disparaba sin cesar en el ataque de los huargos.
Y como buena nique-brique que soy

Las moscas empezaron a atormentarlos y en el aire flotaban nubes de mosquitos minúsculos que se les metían por las mangas y pantalones y en el cabello.
-¡Me comen vivo! - gritó Pippin-. ¡Moscagua! ¡Hay más moscas que agua!
-¿De qué viven cuando no tienen un hobbit cerca? -preguntó Sam rascándose el cuello.
Pasaron un día desdichado en aquella región solitaria y desagradable. El sitio donde acamparon era húmedo, frío e incómodo y los insectos no los dejaron dormir. Había también unas criaturas abominables que merodeaban entre las cañas y las hierbas y que por el ruido que hacían parecían parientes endemoniados del grillo. Había miles de ellos, chillando todos alrededor, nic-bric, bric-nic , incesantemente, toda la noche, hasta poner frenéticos a los hobbits.
El día siguiente, el cuarto, fue poco mejor, y la noche casi tan incómoda. Aunque los nique-brique (como Sam los llamaba) habían quedado atrás, los mosquitos todavía los perseguían. (Un cuchillo en la oscuridad)
Saludos desde Moscagua

(Mensaje original de: gilraen_egr)