Vaya, qué coincidencia

Esta misma tarde he estado hablando de esto mismo con una amiga que ha vivido la creación del libro en primera persona, y ambos coindimos en lo que sentimos.

¿Estoy ilusionado? Sí, claro que lo estoy, y orgulloso; pero no estoy ansioso, no desde hace tiempo. Lo estaba cuando estábamos rematando el original para entregarlo, hace ya tantos meses, pero no ahora. La sensación es muy similar, en efecto, a la que tuve cuando acabé mis libros: una vez acabado el trabajo, parece que todo se disipa, que pierde importancia.

Queda un vacío enorme. Melancolía incluso.

Por suerte, y como dice mi madre, soy "culo de mal asiento", y no tardo en entusiasmarme con otra cosa, con otro proyecto.

De todas formas, ya veremos que sucede cuando vea el libro en una estantería. Es una sensación totalmente nueva. Me imagino que algo parecido a ser padre.