Cada uno tenía una visión parcial. Sólo conocían aquella parte de la canción que habían compuesto. Al final Eru les enseñó el conjunto, satisfactorio y armónico, en el que Melkor había tomado parte.
Aunque todos hubieran sabido o supuesto que Melkor iba a seguir siendo malvado, sus actos eran necesarios para la formación y desarrollo de su obra. El único que conocía el todo era el propio Eru, que permitió que Melkor tomara parte, e incluso le dijo en presencia de todos los ainur que nada podía hacer en Su contra, porque cualquier cosa que Melkor intentara tenía su origen en el propio Eru.
¿Quiénes eran ellos para decidir quién debía o no estar? Hasta que las cosas llegaron demasiado lejos, lo que ya estaría previsto en los planes de Eru aunque los ainur no lo supieran.