La Gymkana de los 5 Cazadores (4)

(de nuevo en El Dragón Verde)

Durin: ¡Perrro bueno!. La prrróxima vez no vengo a esta taberrrna. ¡Mi cerrrveza tiene “barrrquitos”!
Prima: ¡Aaagh! No, por favor, no me recuerdes los barcos… ¡No quiero volver a saber nada de barcos nunca “mais”!
Hara: Prima, lo tuyo es un caso… ¡Nunca he visto a nadie que lo pasara tan mal en un barco como tú!
Nigro: Es cierto, prima, hasta Durin, que es un enano, no tuvo problemas y tú te tiraste toda la travesía inclinada sobre la borda XD.
Prima: Eso, eso, restriégamelo… ¡Yo qué culpa tengo de ser una hobbit!. Ya es bastante que sea capaz de subirme a un bote de remos sin caerme…
Javis: (Con cara de alelado) El mar, la mar… Gaviooootaaaaa…
Todos: ¿¿¿¿¿¿??????
Hara: Estooo..., Javis…, ya vale, ¿eh, bonito?. Tranquilo, que ya haremos una excursión a los Puertos Grises otro día, pero ahora cálmate, ¿vale?
Nigro: Si llegamos a saber la perra que le iba a dar con el mar, no le llevamos.
Durin: Sí, mejorrr le hubiérrramos dejado en tierrrra. Desde luego, estos orrrejas picudas no tienen rrremedio…
Javis: Perdónenme, no puedo evitarlo… Es la nostalgia del mar que sufren todos los de mi raza.
Prima: Pues, chico, no será porque no tuviste una buena ración de mar… ¡Dos veces que nos tuvimos que embarcar! ¡Qué horror!. Y encima, en la primera no conseguíamos hundir ni un barquito de papel, qué mal se nos dio.
Hara: Bueno, Prima, no te quejes. La segunda vez nos fue mejor.
Durin: Sí, je, je, yo me lo pasé muy bien, a pesarrr de todo. ¿Os acorrrdáis de cuando…?

(Pasamos a una escena en altamar. Nuestros héroes se encuentran en medio del mar, embarcados en un pequeño navío con forma de cisne que Galadriel les ha prestado para la ocasión, tras vencer las protestas iniciales de Haradrim, que no se fía un pelo de esa “bruja teñida”. Como es obvio, El_Nigromante ejerce de vigía porque su Ojo es el que alcanza a ver a mayor distancia.)

Hara: Nigro, ¿ves algo?
Nigro: De momento, nada… ¿Pongo las luces largas, a ver si así consigo ver más lejos?
Durin: No, que entonces nos van a verrr a nosotrrros y se nos van a escaparrr todos los barrrcos.
Nigro: Sí, tienes razón. Javis, ¿tú ves algo?

(Javis, con expresión ausente, está apoyado sobre la barandilla de proa, sin prestar atención a nada.)

Nigro: Javis, ¿no me oyes?
Hara: Déjalo, está así de embobado desde que embarcamos.
Durin: Pues vaya plan; la Prrrima tampoco nos sirrrve de mucho, todavía no se terrrmina de recuperrrar del marrreo.

(La Prima ha estado inclinada sobre la borda casi desde el principio del viaje, echando hasta la primera papilla.)

Hara: ¿Pero cómo puede seguir vomitando?, ¡no es posible que todavía le quede algo en el estómago!
Nigro: Nunca subestimes el estómago de un hobbit…
Hara: ¿Qué, sigues sin ver nada, Nigro?
Nigro: Bueno, creo que veo algo… pero, no, no es una nave corsaria de Umbar. De hecho, ni siquiera es una nave.
Durin: ¿Eh?, ¿entonces, qué es?
Nigro: Parecen unos náufragos. ¡Qué grupito tan extraño!. Uno de ellos parece un habitante del Lejano Harad, por el color de su piel; otro lleva un casco con cuernos, un parche en el ojo, y tiene la barba pelirroja; y el tercero también lleva un casco parecido, pero es un anciano… Los tres se aferran a unas tablas. Debieron de hundirles el barco hace poco, pero no me parece que sean corsarios de Umbar. ¿Qué hacemos, les rescatamos?
Hara: (mmmmm...., se me está ocurriendo algo....) No, déjalos… Creo que ya sé quiénes son, y están acostumbrados a esta situación, sabrán arreglárselas solos. No nos podemos distraer de nuestra misión. Prima, ¿cómo lo llevas? ¿Te encuentras mejor?
Prima: Un poco, pero… ¡Buaaarrgh!
Durin: No mejorrra, pobrrre. Javis, ¿ves algo?
Javis: Nada…, no consigo distinguir las blancas playas de Tol Eressëa…
Hara: Otro que también está a lo suyo...
Nigro: ¡Un momento!, ¡ahora sí que veo un barco!, pero… Prima, ¿qué hace tu primo Pippin en él?, ¡lo estoy viendo sobre la cubierta!
Hara: ¿Pippin en un barco?, no puede ser... ¿¿¿sin vomitar???
Prima: Bueno, ya sabes que a algunos hobbits no les desagrada navegar, y mi primo Pippin siempre ha sido un poco inconsciente. ¿Con quién va, Nigro?
Nigro: Hum…, espera…, son todos Hombres. Ahora mismo estoy viendo a un tipo grandote con casaca y coleta que está discutiendo a grito pelado con otro flacucho que lleva unos papeles en una mano y una jaula de pájaros en la otra.
Durin: ¡Qué!, ¿les tirrrramos un cañonazo?
Prima: ¡No, ni se os ocurra!. Ése tiene que ser el barco del capitán Jack Aubrey. ¡Como le toquemos un pelo, Aelin nos hundirá a ladrillazos!
Todos: ¡Uuuuy..., qué miedo...! Mejor les dejamos marchar...

(Pasan las horas, los Cazadores continúan sin avistar ningún barco y empiezan a desesperar.)

Hara: Esto es un rollo, a este paso no vamos a hundir ni una cáscara de nuez.
Javis: Yo ya he visto pasar cinco veces a la misma gaviota.
Durin: Prrrima, ¿ya te encuentrrras mejorrr?
Prima: Bueno, ya he dejado de vomitar, supongo que no me queda nada dentro del cuerpo.
Todos: ¡Menos mal! (en voz baja: jamás, jamás, jamás volveré a embarcar con un hobbit, ¡menudo viajecito!).
Nigro: ¡Veo otro, veo otro...!, pero…, ¿desde cuándo los corsarios de Umbar se maquillan los ojos de esa manera?
Prima: ¿Eh?, ¿qué quieres decir?, ¿estás viendo a un corsario con los ojos pintados?
Nigro: Sí, en cubierta hay un tipo raro contoneándose de forma extraña; más que un pirata parece un hippy fumado, y lleva los ojos tan pintados que parece un mapache.
La Prima y Hara (babeando con los ojos en blanco): ¡El capitán Jack Sparrow...!, ¡ni se os ocurra tocarle!
Durin (mirando a Hara con cara de pocos amigos): ¿Porrr qué no, vamos a verrr?
Hara: Ejem…, luego te explico, Durin…
Nigro: ¡Chicos, atención!, ¡esta vez sí es un navío de Umbar!
Todos: ¿Sí?, ¿qué ves, qué ves?
Nigro: Sí, no hay duda. La nave está pintada de negro. Los tripulantes tienen una pinta bastante patibularia, y el que parece ser el capitán va ataviado de una manera extraña... ¿Qué es eso que lleva?, ¿¿bermudas??
Durin: ¡Ja, ja, ja, ja!, ¡es Castamirrr de Umbarrr, muchachos!. ¡Si hundimos este barrrco, el rrresto de la flota no puede andarrr muy lejos!, ¡a los cañoneees...!
Hara: ¿Es necesario?, ¿no podríamos hundir otro barco en vez de ése?. A mí ese Castamir no me cae mal, sólo es un honrado corsario que trata de ganarse el pan con sus saqueos…, ¿qué tiene eso de malo?
Nigro: ¡Muy bien dicho, Hara!
Javis (con gesto muy serio): Compañeros Cazadores, les recuerdo que nuestra misión está por encima de nuestras preferencias personales. ¡Debemos hundir los barcos ya!
Prima: Eso, eso, cuanto antes los hundamos, antes volveremos a tierra. ¡A por ellos!
Durin (corriendo con entusiasmo hacia los cañones): ¡A porrr elloooooos...!
Todos: ¡A por ellooooos...!

(Volvemos a la taberna, donde nuestros héroes aún se están riendo a mandíbula batiente mientras recuerdan sus aventuras navales.)

Hara: Nos lo pasamos bien, ¿eh, chicos?
Durin: Sí, yo sólo eché de menos no poderrr incrrrustar mi hacha en algún casco. Es lo malo que tiene la lucha en altamarrr. ¡Si me hubiérrrais dejado aborrrdar algún navío, como yo querrría…!
Prima: Sabes que de lo que se trataba era de hundir los barcos, no de asaltarlos. Nos superaban en número y el rey Elessar no quiso seguir reservando al ejército de los mocos verdes, quiero decir..., de los muertos, para ocasiones parecidas.
Durin: Mala idea. ¡Nos podrrían haberrr venido muy bien esos camarrrradas!
Nigro: Quita, quita, cualquiera se fía. Primero traicionaron a Isildur y luego me traicionaron a mí. ¡Qué poco sentido del honor!, ¡ya no se puede confiar en nadie!

Los demás callan y ponen cara de póquer o se dedican a observar fijamente su jarra de cerveza...

Javis: Bueno, muchachos, al final conseguimos superar el torneo. ¡Brindemos por ello!
Todos: ¡Eso, brindemos!, ¡por los Cinco Cazadores!, ¡otra ronda, Taberneras!
Taberneras: ¡Marchando! (hablando entre ellas por lo bajini: Ya veréis cuando vean la cuenta, la gracia que les va a hacer......)

(Continuará...)