Pues resulta que cuando era yo pequeño (allá por el pleistoceno) mi madre siempre nos comprava libros típicamente juveniles a mi hermano y a mí para distraernos. Un día, en una librería, vi uno llamado "El hobbit", donde aparecían en la portada un bicho severamente esquelético y otro más bien horondo y con cara de no saber muy bien que hacía delante del tipo escuálido. El caso es que le pregunte a mi madre que era un hobbit, y ella me contestó que le sonaban de que eran una especie de "bichos" (sic) que salían en un libro que ella había intentado leer de joven pero que no pudo acabar por lo extenso y farragoso que le resultaba (por no hablar de que se enteraba la misa la mitad con tanto nombre y lenguaje raro-raro). El mamotreto en cuestión se llamaba "El señor de los Anillos" y debía de estar cultivando polvo en algún lugar de las estanterias de mí casa.
Años más tarde, al inicio de la adolescencia, mi hermano mayor intentó leerlo y, como mi madre, cayó vencido y no consiguió acabarlo. Aún así, pudo llegar hasta "Las dos torres" (mí madre no pasó de "La comunidad del Anillo"). Yo seguía indiferente al tema, pero, poco a poco ,un libro tan "heavy" como parecía ser auqel fue formando una aureola mítica en mí mente, reforzada por los libros que veía sobre el tema (en concreto los primitivos libros de ilustraciones que recogían el trabajo de gente como Alan Lee y demás, las cuales veía esporadicamente, pero que me pusieron al corriente del épico y mítico mundo que trataban).

Años después, en el instituo, una compañera informó a un colega y a mí de que se estaba preparando una película sobre el "El señor de los Anillos", ese libro "maldito". Allí fue cuando dije: "de éste curso no pasa, ¡ pongo a Dios por testigo que voy a leerme ESDLA!". Esa mimsa tarde fui a la librería a acompañar a mí amigo que había hecho el mismo juramento que yo. La dependienta, saviamente, nos informó de que existía un libro, casi un cuento, más oscuro y desconocido que ESDLA , que parcía ser una precuela del mismo. Fue así como me volví a reecontrar con la portado del hobbit desconcertado y el hobbit famélico y maldito por la fuerza de un Anillo de Poder. Así, cada viernes leía un capítulo de "El hobbit" y para finales del curso ya lo había terminado. "El señor de los Anillos" me lo leí en un solo verano, superando a mi madre, hermano y amigo. Éste último acaba de empezar "El retorno del rey" y jura no ver la peli hasta terminarlo (sí, no fue al estreno de la peli las Navidades pasadas ni tampoco quiere verla en DVD... Sí eso no es fuerza de voluntad ).