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Ver tema#6 Respondiendo a: Leandro
Pues... precisamente
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Precisamente porque le oye a Bilbo decir "my preciousss". Quien decía eso es Gollum, así que, al oírlo de boca de Bilbo, su sorpresa es mayúscula, pues ve que el Anillo está influyendo sobre Bilbo de la misma forma que influyó sobre Gollum, con lo que no se trata de un anil...
Pues... precisamente
Aunque Leandro te ha respondido muy bien, aqui te pongo un extracto del primer capitulo:
-¿Todo? -dijo Gandalf-. ¿También el Anillo? Dijiste que se lo dejarías.
-Bueno... sí, supongo que sí -tartamudeó Bilbo. -¿Dónde está?
-Ya que quieres saberlo, en un sobre -dijo Bilbo con impaciencia-. Allí, sobre la
repisa de la chimenea. Bueno, ¡no! ¡Lo tengo aquí, en el bolsillo! -Titubeó y murmuró entre dientes- ¿No es una tontería ahora? Después de todo, sí, ¿por qué no? ¿Por qué no dejarlo aquí?
Gandalf volvió a mirar a Bilbo muy duramente, con un fulgor en los ojos. -Creo,
Bilbo -dijo con calma-, que yo lo dejaría. ¿No es lo que deseas?
-Sí y no. Ahora que tocamos el tema, te diré que me disgusta separarme de él. Y no sé por qué habría de hacerlo. Pero ¿qué pretendes? -preguntó Bilbo y la voz le cambió de un modo extraño. Hablaba ahora en un tono áspero, suspicaz y molesto-. Tú estás siempre fastidiándome con el Anillo y nunca con las otras cosas que traje del viaje.
-Tuve que fastidiarte -dijo Gandalf-. Quería conocer la verdad. Era importante.
Los anillos mágicos son... bueno, mágicos; raros y curiosos. Estaba profesionalmente interesado en tu Anillo, puedes decir, y todavía lo estoy. Me gustaría saber por dónde anda, si te marchas de nuevo. Y también pienso que lo has tenido bastante. Ya no lo necesitarás, Bilbo, a menos que yo me equivoque.
Bilbo enrojeció y un resplandor colérico le encendió la mirada. El rostro bondadoso se le endureció de pronto. - ¿Por qué no? - gritó -. ¿Y qué te importa saber lo que hago con mis propias cosas? Es mío. Yo lo encontré. El vino a mí.
-Sí, sí -dijo Gandalf- ; no hay por qué enojarse.
-Si me enojo es por tu culpa. Te vuelvo a repetir que es mío. Mío. Mi tesoro. Sí,
mi tesoro.
La cara del mago seguía grave y atenta y sólo una luz vacilante en los ojos
profundos mostraba que estaba asombrado, y aun alarmado.
-Alguien lo llamó así -dijo-, y no fuiste tú.
-Pero yo lo llamo así ahora. ¿Por qué no? Aunque una vez Gollum haya dicho lo
mismo. Ya no es de él, sino mío y repito que lo conservaré.
Gandalf se puso de pie. Habló con severidad.
-Serás un tonto si lo haces, Bilbo - dijo -. Cada palabra que dices lo muestra más
claramente. Tiene demasiado poder sobre ti. ¡Déjalo! Entonces podrás irte y serás
libre.
Esto es del libro por lo tanto no veo ninguna licencia en la pelicula.
Espero haberte ayudado.

Aunque Leandro te ha respondido muy bien, aqui te pongo un extracto del primer capitulo:
-¿Todo? -dijo Gandalf-. ¿También el Anillo? Dijiste que se lo dejarías.
-Bueno... sí, supongo que sí -tartamudeó Bilbo. -¿Dónde está?
-Ya que quieres saberlo, en un sobre -dijo Bilbo con impaciencia-. Allí, sobre la
repisa de la chimenea. Bueno, ¡no! ¡Lo tengo aquí, en el bolsillo! -Titubeó y murmuró entre dientes- ¿No es una tontería ahora? Después de todo, sí, ¿por qué no? ¿Por qué no dejarlo aquí?
Gandalf volvió a mirar a Bilbo muy duramente, con un fulgor en los ojos. -Creo,
Bilbo -dijo con calma-, que yo lo dejaría. ¿No es lo que deseas?
-Sí y no. Ahora que tocamos el tema, te diré que me disgusta separarme de él. Y no sé por qué habría de hacerlo. Pero ¿qué pretendes? -preguntó Bilbo y la voz le cambió de un modo extraño. Hablaba ahora en un tono áspero, suspicaz y molesto-. Tú estás siempre fastidiándome con el Anillo y nunca con las otras cosas que traje del viaje.
-Tuve que fastidiarte -dijo Gandalf-. Quería conocer la verdad. Era importante.
Los anillos mágicos son... bueno, mágicos; raros y curiosos. Estaba profesionalmente interesado en tu Anillo, puedes decir, y todavía lo estoy. Me gustaría saber por dónde anda, si te marchas de nuevo. Y también pienso que lo has tenido bastante. Ya no lo necesitarás, Bilbo, a menos que yo me equivoque.
Bilbo enrojeció y un resplandor colérico le encendió la mirada. El rostro bondadoso se le endureció de pronto. - ¿Por qué no? - gritó -. ¿Y qué te importa saber lo que hago con mis propias cosas? Es mío. Yo lo encontré. El vino a mí.
-Sí, sí -dijo Gandalf- ; no hay por qué enojarse.
-Si me enojo es por tu culpa. Te vuelvo a repetir que es mío. Mío. Mi tesoro. Sí,
mi tesoro.
La cara del mago seguía grave y atenta y sólo una luz vacilante en los ojos
profundos mostraba que estaba asombrado, y aun alarmado.
-Alguien lo llamó así -dijo-, y no fuiste tú.
-Pero yo lo llamo así ahora. ¿Por qué no? Aunque una vez Gollum haya dicho lo
mismo. Ya no es de él, sino mío y repito que lo conservaré.
Gandalf se puso de pie. Habló con severidad.
-Serás un tonto si lo haces, Bilbo - dijo -. Cada palabra que dices lo muestra más
claramente. Tiene demasiado poder sobre ti. ¡Déjalo! Entonces podrás irte y serás
libre.
Esto es del libro por lo tanto no veo ninguna licencia en la pelicula.
Espero haberte ayudado.