Uno de los primeros días del año 2001, paseando por un centro comercial,

ví en una de las carteleras del cine algo que me llamó poderosamente la

atención: seres extraños, y un título más extraño aún "El Señor de los Anillos".

Algo inexplicable (magia, diría yo)se apoderó de mí e hizo que necesitara

ver de que se trataba. Ahí comenzó todo. Ese mundo fantástico, lleno de historias

y magia entró en mi vida. Desde ese momento siempre quize saber un poco

más...

Estoy más que segura de que Tolkien se ha ganado el cielo. Todavía (y

siempre lo haré) me emociono cuando leo el libro o veo en la mesa del comedor

mi BSO.No me considero una experta ni mucho menos. Me encantaría saber las

distintas lenguas, me gustaría tener cuanta cosa relacionada con Tolkien y su

creación. Pero realmente me basta saber que ese mundo lleno de elfos,

monstruos e historias se ha convertido en una de mis razones de vivir.

Me siento privilegiada por poseer los tres libros del Señor de los Anillos

(verdadero regalo de reyes, como antes se decía). Sinceramente, no tengo los

demás libros, ni el DVD versión extendida. Pero para mí es un honor haber

conocido, esa tarde, por casualidad, a lo que luego se convertiría en mi sostén

en tiempos difíciles, en mi guía en cuestiones de amistad y compañerismo.

No soy una fanática. Esa palabra es tan... cómo decirlo... fría. Soy sólo

una chica, que hace poco más de tres años encontró lo que necesitaba para

llenar un vacío. Y eso me ha ayudado (y tengo la certeza de que seguirá

haciendolo) en diferentes aspectos.

Siempre me sentiré orgullosa de decirle al mundo "me gusta Tolkien".

Pero esas tres palabras no encierran todo lo que siento...


Angélica Bolsón