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Ver tema#14 Respondiendo a: Bensakur
Vacío y "hambre"
Recuerdo perfectamente la noche del 16-17 de diciembre del año 2003, fecha en la que se emitió en mi ciudad (Málaga) la maratón de las películas del Señor de los Anillos con motivo del estreno del Retorno del Rey. Al finalizar ésta última parte, tras la escena en la que Frodo, Sam,...
Explosión de sentimientos
Mi historia con la obra de Tolkien, seguramente, es como la de muchos. Cuando me llevaron a ver La Comunidad del Anillo fue... por ir al cine a ver una película que a un colega le chiflaba, pero más que nada fue para matar el tiempo un martes. Y allá vamos a ver la peli, todos juntos, de cachondeo... y a los cinco minutos de película (por así decirlo), después de que mi colega me obligara a callarme y dejar de preguntar, quedé fascinada por algo que me embelesó desde el comienzo y que me sumergió en un mundo maravilloso, fabuloso, hermoso... en fin... me quedé encantada. Durante un mes no hubo otro tema de conversación, pero el albedrío juvenil de los dieciséis, a veces nos hace volar a miles de cosas y olvidar otras... y fue así que hasta pasados meses y meses, por casualidad me encontré Las Dos Torres para leer y ahí fue cuando, de verdad, comenzó mi pasión por la obra de Tolkien. Fue un empezar y no parar, convirtiéndose en algo especial. Los libros y las películas me llevaron a decidirme por algo que siempre soñé, escribir, y por algo que siempre quise descubrir, el cine. Y aquí estoy, cinco años después, estudiando Comunicación Audiovisual y, a la mínima, cada vez que puedo, menos que antes, eso sí, pillo los libros o me pongo a ver las películas, y cada vez que las veo descubro algo nuevo que no había visto antes, y no me refiero a gazapos (la parte técnica de mi carrera a veces la paso un poco por alto) sino a detalles del guión, de los decorados o el atrezzo, la parte artísitica me sigue fascinando de enorme manera...
Pero a lo que íbamos, que me voy por las ramas... cuando terminó El Retorno del Rey me quedé sentada viendo hasta el último título, observando tristemente que lo que tanto anhelaba se había terminado en menos de cuatro horas y que, ahora, ya no había más que esperar a la extendida. Me había quedado embobada pensando que todo terminaba, que aquel final, como muchos habéis dicho, fue uno de los más largos y los más melancólicos que había visto, pero fiel al libro. No lloré, aunque ganas no me faltaron, sí me emocioné en muchas partes de la película y, en la extendida sí tuve la ocasión de llorar.
Sentí una extraña sensación de vacío que se llenó un poquito cuando tuve en mis manos la extendida.
Pero en fin, es extraño que todo empezase por una tontería... ir al cine un martes para matar el tiempo... Las cosas importantes para muchos empiezan así, por una ocurrencia sin importancia.
Mi historia con la obra de Tolkien, seguramente, es como la de muchos. Cuando me llevaron a ver La Comunidad del Anillo fue... por ir al cine a ver una película que a un colega le chiflaba, pero más que nada fue para matar el tiempo un martes. Y allá vamos a ver la peli, todos juntos, de cachondeo... y a los cinco minutos de película (por así decirlo), después de que mi colega me obligara a callarme y dejar de preguntar, quedé fascinada por algo que me embelesó desde el comienzo y que me sumergió en un mundo maravilloso, fabuloso, hermoso... en fin... me quedé encantada. Durante un mes no hubo otro tema de conversación, pero el albedrío juvenil de los dieciséis, a veces nos hace volar a miles de cosas y olvidar otras... y fue así que hasta pasados meses y meses, por casualidad me encontré Las Dos Torres para leer y ahí fue cuando, de verdad, comenzó mi pasión por la obra de Tolkien. Fue un empezar y no parar, convirtiéndose en algo especial. Los libros y las películas me llevaron a decidirme por algo que siempre soñé, escribir, y por algo que siempre quise descubrir, el cine. Y aquí estoy, cinco años después, estudiando Comunicación Audiovisual y, a la mínima, cada vez que puedo, menos que antes, eso sí, pillo los libros o me pongo a ver las películas, y cada vez que las veo descubro algo nuevo que no había visto antes, y no me refiero a gazapos (la parte técnica de mi carrera a veces la paso un poco por alto) sino a detalles del guión, de los decorados o el atrezzo, la parte artísitica me sigue fascinando de enorme manera...
Pero a lo que íbamos, que me voy por las ramas... cuando terminó El Retorno del Rey me quedé sentada viendo hasta el último título, observando tristemente que lo que tanto anhelaba se había terminado en menos de cuatro horas y que, ahora, ya no había más que esperar a la extendida. Me había quedado embobada pensando que todo terminaba, que aquel final, como muchos habéis dicho, fue uno de los más largos y los más melancólicos que había visto, pero fiel al libro. No lloré, aunque ganas no me faltaron, sí me emocioné en muchas partes de la película y, en la extendida sí tuve la ocasión de llorar.
Sentí una extraña sensación de vacío que se llenó un poquito cuando tuve en mis manos la extendida.
Pero en fin, es extraño que todo empezase por una tontería... ir al cine un martes para matar el tiempo... Las cosas importantes para muchos empiezan así, por una ocurrencia sin importancia.
Los hobbits aún permaniecían en Minas Tirith, y con ellos Legolas y Gimli, porque Aragorn no se resignaba a que la Compañia se disolviera - Todo esto tendrá que terminar alguan vez - dijo-, peor me gustaría que os quedarais un tiempo más; la culminación de cuandto hemos hecho juntos no ha llegado aú...