Ver publicación (El ránking de errores y tonterías)
Ver tema#1 Respondiendo a: Elfa Árwena
Cotilleando por estos mundos interneteros de Eru me tropecé con un tema que me pareció interesante de plantear en elfenomeno: si hiciéramos un ránking de los mayores errores y/o de las peores tonterías cometidos por las criaturas de Ilúvatar (incluyendo a los Valar como hijos en su pensamiento
¡Yo me sé uno!
Hay una pifia monumental en mi cuento favorito de El Silmarillion:
A Beren, para conseguir la mano de Lúthien, su "suegro" le pide UNO de los Silmarils de la Corona de Hierro de Melkor.
Vale, pues después de pasar mil y una penurias, Lúthien logra dormir a Melkor, Beren arranca UNO de los Silmarils de su corona, que es todo lo que necesitaba y, ¿qué es lo que hace?
"Anda, pues ya que estoy aquí, voy a ver si le quito los otros dos. ¿Qué puede pasar?"
El cuchillo se rompe, Melkor despierta, Carcharoth los persigue y se come la mano y el Silmaril de Beren.
En un juego de Rol, si te ocurre eso es que has cometido la peor pifia de tu historia. Es sacar un 1 en una tirada de 1 a 99 puntos.
Aunque reconozco que la idea de Ar-Pharazôn de llevarse a Sauron a Númenor es antológica.
Saludotes
Hay una pifia monumental en mi cuento favorito de El Silmarillion:
A Beren, para conseguir la mano de Lúthien, su "suegro" le pide UNO de los Silmarils de la Corona de Hierro de Melkor.
Vale, pues después de pasar mil y una penurias, Lúthien logra dormir a Melkor, Beren arranca UNO de los Silmarils de su corona, que es todo lo que necesitaba y, ¿qué es lo que hace?
"Anda, pues ya que estoy aquí, voy a ver si le quito los otros dos. ¿Qué puede pasar?"
El cuchillo se rompe, Melkor despierta, Carcharoth los persigue y se come la mano y el Silmaril de Beren.
En un juego de Rol, si te ocurre eso es que has cometido la peor pifia de tu historia. Es sacar un 1 en una tirada de 1 a 99 puntos.


Aunque reconozco que la idea de Ar-Pharazôn de llevarse a Sauron a Númenor es antológica.


Saludotes

El corazón de los hombres a menudo no es tan malo como sus actos, y rara vez tan malo como sus palabras. (J.R.R. Tolkien)