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Rúmil Är-Feinield
Rúmil Är-Feinield
Desde: 13/05/2005

#63 Respondiendo a: burzumgad

Acción.

La llegada de aquella carta en la que se me citaba para el cumplimiento de una misión en tierras norteñas y remotas me sorprendió al punto de que decidí viajar a Minas Tirith para intentar entrevistarse con el mismísimo rey.
Nuestra llegada a la capital fue grata para mi, pues muchos en...

Acción

Estando en mi reino de Herindat en las lejanas tierras de Ianna, una carta procedente de la Tierra Media nos llego a mí y a Aikanáro. Se nos convocaba para una nueva misión. Pocos años habían pasado de la ultima vez que estuvimos allí, cuando la sombra de Sauron toco a su fin. La carta estaba escrita por Gandalf, el mago blanco. Aikanáro y yo debatimos la situación pues en los lindes de nuestros Bosques de Heridant recientemente habíamos tenido varias escaramuzas contra orcos, por lo cual nuestro reino estaba bajo alerta de un posible ataque enemigo. Tras varios días de deliberaciones entre Aikanáro, yo y nuestro mas fiel consejero Amlach, el cual siempre que nos ausentábamos del reino hacia las veces de regente, decidimos que yo partiría hacia el Bosque Verde mientras Aikanáro se quedaría para supervisar el reino con Amlach.
Así pues al día siguiente prepare mi equipaje para el largo viaje y lo cargue en mi corcel. Varios días viaje sin descanso hasta que observe que mi blanco amigo cuadrúpedo necesitaba un ligero descanso, esa noche acampe y reorganice mis provisiones. Al salir el sol proseguí mi viaje y pocas horas después me encontraba ya en Tierra Media en la orilla este del río Carnen, o río Rojo, que desciende de las Colinas de Hierro, busque un lugar poco hondo en el río por el cual cruzar con mi caballo y al anochecer ya me aproximaba al gran Bosque Verde. Por fin llegue y los élfos silvanos de allí me atendieron y dirigieron al lugar donde Thranduil se encontraba.
Sorpresa fue la mía al ver que allí muchos de mis viejos camaradas se encontraban, también había nuevas caras para mí, parecían ser hombres de Rohan y Gondor, y también un medio-élfo. Pronto fui a saludar a mis viejos amigos de los cuales hacia tiempo no tenia noticias, vi a Burzumgad, Abârmil, Adan, Lancelot, Barin, Dimasalang y Elder. Entre abrazos y demás les explique a todos la ausencia de Aikanáro.
[quote]Lastima que Aikanáro no halla podido venir para volver a disfrutar de la compañía de estos fieles amigos. El me ha deseado suerte para todos, pues no puede venir porque nuestro reino se encuentra en un estado de alerta frente a un posible ataque de los orcos de aquellas tierras. Así pues decidimos que uno vendría hasta aquí y el otro se quedaría allí para supervisarlo todo.[/quote]
Pregunte por los nuevos compañeros a los cuales no conocía, Abârmil me dijo que efectivamente uno de ellos era un rohirrim, Serke; otro un gondoriano del cual no se sabia su nombre, solo que era primo del rohirrim; y el tercero un medio-elfo llamado Inglor. Los dos hombres parecían mirar con cara de desconfianza a Burzumgad y me recordaron el primer día que la vieja compañía compartió un fuego en el camino del Bosque Negro, nombre que tenia antes, y yo también desconfiaba de él; y pensé para mi: veréis como dentro de poco lo mirareis con otros ojos y os convertiréis en buenos amigos como hicimos todos nosotros.
Entre el barullo que montamos todos al contarnos nuestras vidas y demás aventurillas desde la última vez que nos vimos, nadie se percato de que Thranduil llegaba a la mesa y él al encontrarse tal bullicio puso la voz en alto y dijo:
[quote]¡Basta![/quote]
Todos miramos hacia donde él se encontraba e hicimos silencio rápidamente. El rey élfo nos explico cuales eran los objetivos de la misión y todos aceptamos, menos Dimasalang, Elder, Lancelot y Adan, los cuales no podían ir por asuntos que requerían su atención, pero aun así vinieron ese día para desearnos toda la suerte del mundo. Los élfos silvanos nos dieron como regalos: pan de Lembas, magnificas cuerdas élficas y una paloma para mantenernos en contacto con Thranduil durante nuestro viaje.
Ya era de día y la nueva compañía nos disponíamos a partir siguiendo el cauce del río del Bosque hacia el norte, por el camino deberíamos encontrar una posada en la cual recibiríamos más información. Todos iban muy callados y rompí el silencio con unas palabras para intentar animar la marcha:
[quote]¡Me alegra volver a caminar junto a todos vosotros! ¡También al lado de nuestros nuevos compañeros: Inglor, Serke y el gondoriano sin nombre! Nuevas aventuras nos esperan amigos y tengo el presentimiento de que serán muy emocionantes. [/quote]
Luego me acerque a Burzumgad y converse con el sobre como marchaba el nuevo hogar de los orcos libres, la conversación fue larga y entretenida y así el tiempo en el camino se corría mas amenamente.
Rey elfo, junto a su amigo Aikanáro Telrunya, de los Bosques de Herindat en las lejanas tierras de Ianna. (Virreinato entre la Primera y la Segunda edad, segun el computo de Ianna)