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Ver tema#188 Respondiendo a: Rúmil Är-Feinield
Acción
La noche transcurría para la compañía que se hallaba acampada al resguardo de una pequeña fogata. Abârmil estaba realizando la primera guardia, mientras el resto de la compañía dormía o al menos lo intentaba porque para Rúmil el sueño era difícil ya que miles de dudas le asaltaban la cabeza,...
Acción:
Abârmil comenzó a cumplir su turno de guardia con actitud solemne mientras yo ya limpiaba el hornillo de mi pipa y me aprestaba a entregarme al sueño. Mas apenas me volví entre mis mantas oí una voz grave.
[quote] –Hey, Burzumgad... [/quote]
Se trataba de Dimas, quién se sonreía enigmáticamente.
[quote] -¿Que sucede?
-Nada de importancia, gracias a Aulë. Solo para sugerirte... (rió silenciosamente) ¿que tal una bromilla al heroico centinela? [/quote]
El Peregrino Gris se acercó, dado su rango pensé que iba a amonestarnos por nuestra humorada, pero en cambio lo vi sonreír:
[quote]- Apenas para distender en algo el ambiente tenso de esta misión extraña- dijo- tenéis mi aprobación. [/quote]
Entonces Dimas y yo mudamos nuestras voces graves en murmullos atiplados:
[quote]-Abârmil...Abârmiiiiiiil.... [/quote]
El centinela miró a diestra y siniestra, azorado, y lo vimos manotear su arma; ante su cara absorta Dimas no pudo contener la risa, y yo tampoco.
[quote]- Excusa a los amigos, Abârmil- dijo el Peregrino Gris, riendo él también.- y ve a descansar, que ya es hora de la guardia de Inglor. Despertémoslo... [/quote]
Pero el medio-elfo ya se acercaba a nosotros.
[quote]-Ya estoy despierto- dijo, y comenzó a refunfuñar acerca de la poca seriedad de nuestra actitud.
Más la broma (“pesada” al decir de Inglor) había terminado despertando a todos, y eso al fin fue una suerte...
Es que entonces Abârmil dio un grito inarticulado, y miró a un costado, y entonces todos los vimos.
Era una multitud de aspecto doliente y a la vez amenazador, se diría horribles muñecos de rostros pálidos y cadavéricos al tiempo que desbordantes de malicia.
[quote]- ¡Espectros!- gritó alguien, y ya estaban sobre nosotros [/quote]
La batalla se desencadenó, las flechas élficas silbaban, esquivadas ágilmente por los fantasmas. Yo golpeé a uno como para partirlo en dos, pero esa cosa se escurrió como humo de mi filo. De pronto me vi cercado por lo que, clavando mis grandes uñas en el tronco retorcido de un árbol, trepé al mismo.
Desde las alturas pude ver bien a nuestros enemigos: eran centenares, y parecían fluir como miasmas infectas desde un lugar cercano.
Nuestro campamento ya estaba en movimiento: la activa Sárelle distribuía antorchas y todos tomaban sus armas. Pero no era cosa de embestir tan solo con bravura ¿de dónde venían esas criaturas? Agucé la vista y al cabo lo descubrí. De un salto bajé a tierra para decirlo a los míos.
[quote]- Hay una especie de dólmenes de los que están saliendo los espectros. Gandalf, quizás tu magia pueda hacer algo al respecto. [/quote]
La respuesta del mago no se hizo esperar: disparó sobre las construcciones cientos de esferas de fuego coloreado, a cuyo impacto varias piedras rodaron con estrépito ensordecedor.Los fantasmas se dispersaron, ululantes, mas el mago dijo:
[quote]- ¡Yo solo no puedo! ¡Apuntad los que tengáis arcos! En tanto ¡alejad a los espectros con las antorchas! [/quote]
Pues, en efecto, aunque aparentemente inmunes a los aceros, los aparecidos temían a las llamas.
Serke propuso que nos abriésemos paso entre los fantasmas moviéndonos como falange compacta, y así lo hicimos. Los enemigos eran de nuevo multitud, y avanzábamos en medio del aire enrarecido y sulfuroso, pues los seres parecían manar vapores de volcán de entre sus ropas desgarradas.
Metido en la lucha, oí de golpe la voz de Serke:
[quote]-¡Cuidado, maese orco! [/quote]
Giré sobre mí, y he aquí que Serke me libraba del ataque de algunos enemigos que pretendían pescarme a traición. Agradecí con apenas un guiño y una sonrisa, pues nada más se podía. Ya manifestaría yo luego mi consecuencia a aquel valiente soldado de rohan que en un primer momento me mirase tan torcido.
Rúmil disparó una flecha ardiente a los dólmenes, y algo se resquebrajó y cayó, pues la extraña substancia de que estaban hechos parecía sensible al fuego.
Al fin Dimas y Gilford, hachas en alto y dando gritos de guerra en su lengua, alcanzaron a la carrera los dólmenes y comenzaron a golpear los laterales. Los elfos disparaban flechas encendidas, y al fin y con el esfuerzo de todos, las piedras cayeron entre un despliegue de polvo gris y chispas, mas los aparecidos seguían allí, y fue necesaria dura lucha para ponerlos en fuga ya que ultimarlos no parecía posible.
Cuando todo peligro hubo sido conjurado, nos dejamos caer, uno tras otro, extenuados, pues aún los durísimos representantes del pueblo de Durin daban muestras de cansancio.
Yo apoyé mis espaldas en el tronco de un árbol y me deslicé hasta caer sentado en el suelo. A mi lado estaba Abârmil, y más allá descansaban Sárelle y Rúmil; mientras los soldados de rohan daban gritos de victoria con sus voces cansadas. Sólo Peregrino Gris se alzaba, imponente, en medio del grupo de soldados.
Me volví hacia el montaraz:
[quote]- ¿Gustas tabaco, amigo? Si no te disgusta el que tengo, claro. Es de Morgul, y un poco áspero...[/quote]
Abârmil comenzó a cumplir su turno de guardia con actitud solemne mientras yo ya limpiaba el hornillo de mi pipa y me aprestaba a entregarme al sueño. Mas apenas me volví entre mis mantas oí una voz grave.
[quote] –Hey, Burzumgad... [/quote]
Se trataba de Dimas, quién se sonreía enigmáticamente.
[quote] -¿Que sucede?
-Nada de importancia, gracias a Aulë. Solo para sugerirte... (rió silenciosamente) ¿que tal una bromilla al heroico centinela? [/quote]
El Peregrino Gris se acercó, dado su rango pensé que iba a amonestarnos por nuestra humorada, pero en cambio lo vi sonreír:
[quote]- Apenas para distender en algo el ambiente tenso de esta misión extraña- dijo- tenéis mi aprobación. [/quote]
Entonces Dimas y yo mudamos nuestras voces graves en murmullos atiplados:
[quote]-Abârmil...Abârmiiiiiiil.... [/quote]
El centinela miró a diestra y siniestra, azorado, y lo vimos manotear su arma; ante su cara absorta Dimas no pudo contener la risa, y yo tampoco.
[quote]- Excusa a los amigos, Abârmil- dijo el Peregrino Gris, riendo él también.- y ve a descansar, que ya es hora de la guardia de Inglor. Despertémoslo... [/quote]
Pero el medio-elfo ya se acercaba a nosotros.
[quote]-Ya estoy despierto- dijo, y comenzó a refunfuñar acerca de la poca seriedad de nuestra actitud.
Más la broma (“pesada” al decir de Inglor) había terminado despertando a todos, y eso al fin fue una suerte...
Es que entonces Abârmil dio un grito inarticulado, y miró a un costado, y entonces todos los vimos.
Era una multitud de aspecto doliente y a la vez amenazador, se diría horribles muñecos de rostros pálidos y cadavéricos al tiempo que desbordantes de malicia.
[quote]- ¡Espectros!- gritó alguien, y ya estaban sobre nosotros [/quote]
La batalla se desencadenó, las flechas élficas silbaban, esquivadas ágilmente por los fantasmas. Yo golpeé a uno como para partirlo en dos, pero esa cosa se escurrió como humo de mi filo. De pronto me vi cercado por lo que, clavando mis grandes uñas en el tronco retorcido de un árbol, trepé al mismo.
Desde las alturas pude ver bien a nuestros enemigos: eran centenares, y parecían fluir como miasmas infectas desde un lugar cercano.
Nuestro campamento ya estaba en movimiento: la activa Sárelle distribuía antorchas y todos tomaban sus armas. Pero no era cosa de embestir tan solo con bravura ¿de dónde venían esas criaturas? Agucé la vista y al cabo lo descubrí. De un salto bajé a tierra para decirlo a los míos.
[quote]- Hay una especie de dólmenes de los que están saliendo los espectros. Gandalf, quizás tu magia pueda hacer algo al respecto. [/quote]
La respuesta del mago no se hizo esperar: disparó sobre las construcciones cientos de esferas de fuego coloreado, a cuyo impacto varias piedras rodaron con estrépito ensordecedor.Los fantasmas se dispersaron, ululantes, mas el mago dijo:
[quote]- ¡Yo solo no puedo! ¡Apuntad los que tengáis arcos! En tanto ¡alejad a los espectros con las antorchas! [/quote]
Pues, en efecto, aunque aparentemente inmunes a los aceros, los aparecidos temían a las llamas.
Serke propuso que nos abriésemos paso entre los fantasmas moviéndonos como falange compacta, y así lo hicimos. Los enemigos eran de nuevo multitud, y avanzábamos en medio del aire enrarecido y sulfuroso, pues los seres parecían manar vapores de volcán de entre sus ropas desgarradas.
Metido en la lucha, oí de golpe la voz de Serke:
[quote]-¡Cuidado, maese orco! [/quote]
Giré sobre mí, y he aquí que Serke me libraba del ataque de algunos enemigos que pretendían pescarme a traición. Agradecí con apenas un guiño y una sonrisa, pues nada más se podía. Ya manifestaría yo luego mi consecuencia a aquel valiente soldado de rohan que en un primer momento me mirase tan torcido.
Rúmil disparó una flecha ardiente a los dólmenes, y algo se resquebrajó y cayó, pues la extraña substancia de que estaban hechos parecía sensible al fuego.
Al fin Dimas y Gilford, hachas en alto y dando gritos de guerra en su lengua, alcanzaron a la carrera los dólmenes y comenzaron a golpear los laterales. Los elfos disparaban flechas encendidas, y al fin y con el esfuerzo de todos, las piedras cayeron entre un despliegue de polvo gris y chispas, mas los aparecidos seguían allí, y fue necesaria dura lucha para ponerlos en fuga ya que ultimarlos no parecía posible.
Cuando todo peligro hubo sido conjurado, nos dejamos caer, uno tras otro, extenuados, pues aún los durísimos representantes del pueblo de Durin daban muestras de cansancio.
Yo apoyé mis espaldas en el tronco de un árbol y me deslicé hasta caer sentado en el suelo. A mi lado estaba Abârmil, y más allá descansaban Sárelle y Rúmil; mientras los soldados de rohan daban gritos de victoria con sus voces cansadas. Sólo Peregrino Gris se alzaba, imponente, en medio del grupo de soldados.
Me volví hacia el montaraz:
[quote]- ¿Gustas tabaco, amigo? Si no te disgusta el que tengo, claro. Es de Morgul, y un poco áspero...[/quote]
Umbrías son las montañas, mas la ciudad brilla:Se diría una gran mortaja flotando entre el cielo y la tierra.
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...