Ver publicación (NUEVO ''PLAY BY POST'')

Ver tema

Abârmil
Abârmil
Desde: 17/09/2003

#465 Respondiendo a: Serke

Acción

Nos encontrábamos en la oscura sala escuchando los ruidos de un ejército cuando Burzumgad nos gritó algo desde arriba.[quote]¡Subid, rápido! ¡He encontrado un túnel!-[/quote] En seguida subimos todo lo rápido que pudimos para salvar la vida, era evidente que ningún grupo que pudiéramos derro...

Acción

Seguía con la mayor destreza posible la escalada del orco que se deslizaba ágil como una serpiente, el rugido era atronador en la sala y el miedo disparaba la adrenalina en los músculos. Miré hacia abajo comprobando que todos estaban escalando con presteza y continué con la fatigosa subida. Al fin Burzumgad dio con una salida que ya creía imposible. Nos adentramos rápidamente en la negrura, avanzando a trompicones, caídas y rasguños continuos, pero sin detenerse, sin descansar, casi sin respirar, toda energía debía orientarse hacia el bombeo de las piernas, con el corazón en vilo y el sudor rezumando por toda la frente con desbordante caudal anegando los ojos, mirando sin ver hacia el lúgubre frente con los oídos saturados por los atronadores vítores de guerra orcos.

Tal era la oscuridad, que el propio orco caminaba dificultosamente, bruno túnel que parecía conducir a la mismísima cárcel de Melkor, el pecho se me agito inconscientemente al concebir este pensamiento. Ya sea por eso o porque me había quedado momentáneamente sordo, no me di cuenta de que Burzumgad había echo notar que debíamos agacharnos ante un saliente de roca del techo. El impacto fue brutal contra mi rostro. Caí redondo hacia atrás cayendo en un pozo onírico giratorio, unos segundos eternos que arrastraron mi conciencia hacia lugares ignotos. Al despertar Inglor y Gandalf estaban hablándome.

[quote]- Ya estoy bien compañeros, ayudadme a levantarme, no hay tiempo que perder - dije intentando mostrar fortaleza.[/quote]

Inglor me ofreció su hombro para apoyar mi mano y así proseguir por el túnel. Todavía me daba la vuelta a cabeza cuando la luz cegó nuestros ojos, augusto sol que nos saludaba en nuestra vuelta al mundo. En ese momento nos dimos cuenta de que el sonido del ejército enemigo no provenía de la barriga de la montaña, sino de sus faldas. Nos asomamos desorientados a un mirador artificial y vimos un gigantesco campamento orco. Arrobados por el espectáculo nos quedamos peligrosamente enhiestos en aquel alto desprotegido. Un goteo continuo me sacó del trance, ¡era mi propia sangre mezclada con el sudor de mi frente! Un río rojo recorría mi cara y mi cuello manchando toda mi verdosa camisa

[quote]- ¡Abârmil, tienes el rostro bañado en sangre! - dijo Dimas preocupado.
- No me gusta el aspecto de esa herida - comentó Rúmil-, estás perdiendo demasiada sangre.
- Pero no podemos curarte ahora, ¡Deprisa! ¡Volvamos al túnel! ¡Si nos ven estamos perdidos!- dijo Serke rápidamente al tiempo que tomaba mi brazo izquierdo y se lo ponía sobre sus hombros.[/quote]

Nos dirigimos de nuevo hacia la anterior montaña para reiniciar la marcha allí donde la ventisca y los elementos nos habían puesto en apuros unos minutos antes, que ya parecían días. Arrastrado hasta allí Inglor y Rúmil intentaron cerrarme la herida.

Mis ojos se encontraban cerrados, el cuerpo exangüe y la mente inutilizada, mi pulso apenas podía detectarse y la lividez había conquistado mi piel. Una lejana voz me llamaba con delicadeza, una voz que creí reconocer, una voz que hace tiempo llenaba mi corazón, una voz que hace tiempo era el sonido de mi felicidad, una voz cuyo silencio llevó la lobreguez a mi ánima, viva mas realmente muerta, la voz que otrora escapaba de unos labios que me daban la vida al besarlos y que al soltar su postrero estertor me entregaron el último átomo de oxígeno que entró en mis pulmones, pues desde entonces sólo respiran amargos aromas de soledad.

Los métodos elfos pronto dieron cierto fruto, noté un renovado hálito en mi interior y pude incorporarme trabajosamente. Serke y Maelor me ataron una cuerda a la cintura y se apostaron junto a mí para comenzar la nueva escalada que esta vez encabezaban Burzumgad e Inglor.
All that is gold does not glitter,
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...