Ya sigo que no he podido antes

El teniente Castillo y el Doctor Winsteiker salieron de la sala de exposiciones sin hablar y no pronunciaron palabra alguna hasta que entraron en el coche negro con chofer que los esperaba en la esquina.

-Yo creo que miente-dijo el doctor Winsteiker con su claro acento inglés.-Parecía nerviosa, yo creo que nos esconde algo.

-Yo también opino que esconde algo pero no esperaba que colaborara de buenas a primeras ni que se creyera del todo lo que le hemos dicho, aunque la hemos dejado confusa, con un poco de suerte tal vez llame.

-No lo creo- repuso su compañero- es suspicaz, sospecha algo así que no creo que llame sino que tratará de advertirles, si como creo, sabe donde están escondidos el elfo y el enano.

-Entonces habrá que vigilarla bien. Ella nos llevará hasta donde están escondidos estos.

-Sí y cuando llegue el momento oportuno, actuaremos. Nadie impedirá el retorno de Saurón.

Mientras tanto Luna paseaba preocupada por su despacho pensando si a Gimli y a Legolas les había pasado algo grave porque no contestaban al teléfono, o si simplemente habían acabado con este. Empezaba a dudar sobre la verdadera identidad de estos, pero recordaba la historia del mendigo y se decía que a no ser que lo hubiera soñado o estuviera drogada y sufriendo alucinaciones, cosa que no era el caso; ellos eran en verdad dos miembros de la Compañía que por alguna extraña razón le habían tocado en suerte y quienes preguntaban por ellos, no creía que tuvieran intenciones de ayudarles.

La llegada de un grupo cortó sus reflexiones, ante todo su trabajo era su trabajo y no podía pasarlo por alto pues ahora en su casa eran tres bocas que alimentar y una de ellas, la del enano, al parecer sin fondo.

Ajenos a todo esto Gimli y Legolas descubrían las delicias que la casa de Luna podía ofrecerles, como la televisión, la cual habían encendido y estaba en medio de un programa del corazón en el que discutían sobre el caso Malaya y Julián Muñoz que observaban interesados y sorprendidos.

- A ese Julián Muñoz yo le darrría un hachazo y acabarrría así con todos esos problemas que no entiendo.

-Tal vez pero recuerda que este no es nuestro mundo y aquí las cosas se hacen de forma distinta, a mi parecer más enrevesadas pero yo no soy quien lo he creado, yo al igual que tú lo arreglaría pronto de un flechazo.

-Oye Orrrejas Picudas.¿Tú crrres que esta planta se podrrrrá fumarrrr?

-No parece hierba para pipa ni entiendo esa manía pero yo pienso que no debes tocarla, aunque estaría mejor salvaje creo que a Luna no le gustaría.

De pronto un ruido en la puerta les sobresaltó y prepararon sus armas antes de que se abriera la puerta y revelara a un joven muy parecido a Luna que levantó las manos asustado.

-¡Perdonen! Ya, ya me voy. ¿No está Luna en casa?

-¿Conoces a Luna?-preguntó Legolas.

-Sí- contestó asustado- soy su hermano.¿Por qué esta el teléfono destrozado?

Luna acababa de terminar de guiar a una visita cuando le sonó el movil, sobresaltada lo cogió pero se tranquilizó al ver que era su hermano.

-Hola Pedro- le saludo-¿Qué quieres que me llamas al trabajo?

-¡Hermana.!¿Tú conoces a los tipos estos que están en tu casa y dicen ser Legolas y Gimli?

-¡Ay Dios santo! Estás en casa. Es dificil de explicar pero son los verdaderos, cuida de ellos y no dejes que nadie desconocido entre a casa, por favor.

-¿Incluida tú?

-¡Esto es serio, Pedro! ¡No es broma! Alguien quiere instaurar a Saurón aqui, por eso han venido. Dos hombres sospechosos ya me han preguntado por ellos. ¿Están bien? Les he llamado pero no me han cogido el teléfono.

- No me extraña- contestó Pedro- Te lo han destrozado de un hachazo...
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Continuará....

Por favor que alguien la siga, una historia conjunta no es solo que escribo yo y alguien más de vez en cuando. Por favor, espero vuestra colaboración y agradezco todo lo que habeis escrito y escribireis porque está quedando magnifica.

Un saludo: Elarai.