Ver publicación (Historia conjunta)
Ver tema#26 Respondiendo a: Elarai
Gracias por apoyarla
Es también la primera vez que se me ocurre la idea de la historia conjunta así que no se que decirte, pensaba verlo sobre la marcha, dependiendo de como fuera evolucionando la historia y lo que fuera escribiendo la gente porque como es libre puede estar sujeta a muchos cambios....
Amenazas a la luz del día.
Legolas y Gimli se miraron desconcertados ante la sonrisa de Pedro. Los juegos de palabras no eran lo suyo, y mucho menos si se utilizaban palabras que no comprendían.
Tampoco pudieron saber de dónde procedía ese ruido tan estridente e incómodo. Gimli cogió su hacha dispuesto a defenderse de un Nazgûl; Legolas, en cambio, había comenzado a comprender que en este nuevo mundo los peligros eran distintos y que las cosas no eran lo que parecían.
- Es la puerta - dijo Pedro- tal vez Luna ha olvidado las llaves.
- Espera - murmuró Legolas mientras sujetaba el brazo de Pedro- percibo una perqueña sombra maligna. Algo muy malvado está creciendo, no había tenido esta sensación desde la última batalla ante Modor.
El timbre sonó de nuevo. Los tres guardaron silencio cuando de pronto se escuchó un estruendo y la puerta saltó hecha añicos. Tres figuras vestidas de negro entraban en casa con una rapidez asombrosa, como si supieran perfectamente dónde estaba todo y con qué se encontraría al entrar.
- Vaya vaya, un hombre, un elfo y un enano de nuevo juntos para cambiar el mundo! Qué extraña coincidencia! Lamentablemente el hacha no sirve de nada aquí, maese enano y tu percepción de elfo no puede llegar a ver todo lo que ha cambiado el mundo.
Aquella voz fría y potente, pero a la vez hermosa, provenía del hombre más pequeño de los tres. Una extraña diadema dorada brillaba en su frente, su rostro era bello y no llevaba arma alguna.
- Pobres criaturas de otro tiempo! Mientras vosotros celebrabais la victoria y construíais la paz con vuestro amado rey nosotros preparábamos nuestro regreso. El tiempo se ha cumplido, nos toca instaurar nuestro orden. Tarde, demasiado tarde habeis encontrado a la única persona que podría enfrentarse al poder del amo. Y no creo que volvais a verla. La batalla se está librando ya, aunque estas gentes no lo puedan ver. No, no espereis que los habitantes de este mundo os ayuden, son como enanos avariciosos, preocupados únicamente por las riquezas y las apariencias. Durante años hemos corrompido sus espiritus, ya no pueden sentir la llamada de la naturaleza. Ya no ven nada más que el mundo que ellos se han creado, infelices, en nombre del progreso y la tecnología.
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Legolas y Gimli se miraron desconcertados ante la sonrisa de Pedro. Los juegos de palabras no eran lo suyo, y mucho menos si se utilizaban palabras que no comprendían.
Tampoco pudieron saber de dónde procedía ese ruido tan estridente e incómodo. Gimli cogió su hacha dispuesto a defenderse de un Nazgûl; Legolas, en cambio, había comenzado a comprender que en este nuevo mundo los peligros eran distintos y que las cosas no eran lo que parecían.
- Es la puerta - dijo Pedro- tal vez Luna ha olvidado las llaves.
- Espera - murmuró Legolas mientras sujetaba el brazo de Pedro- percibo una perqueña sombra maligna. Algo muy malvado está creciendo, no había tenido esta sensación desde la última batalla ante Modor.
El timbre sonó de nuevo. Los tres guardaron silencio cuando de pronto se escuchó un estruendo y la puerta saltó hecha añicos. Tres figuras vestidas de negro entraban en casa con una rapidez asombrosa, como si supieran perfectamente dónde estaba todo y con qué se encontraría al entrar.
- Vaya vaya, un hombre, un elfo y un enano de nuevo juntos para cambiar el mundo! Qué extraña coincidencia! Lamentablemente el hacha no sirve de nada aquí, maese enano y tu percepción de elfo no puede llegar a ver todo lo que ha cambiado el mundo.
Aquella voz fría y potente, pero a la vez hermosa, provenía del hombre más pequeño de los tres. Una extraña diadema dorada brillaba en su frente, su rostro era bello y no llevaba arma alguna.
- Pobres criaturas de otro tiempo! Mientras vosotros celebrabais la victoria y construíais la paz con vuestro amado rey nosotros preparábamos nuestro regreso. El tiempo se ha cumplido, nos toca instaurar nuestro orden. Tarde, demasiado tarde habeis encontrado a la única persona que podría enfrentarse al poder del amo. Y no creo que volvais a verla. La batalla se está librando ya, aunque estas gentes no lo puedan ver. No, no espereis que los habitantes de este mundo os ayuden, son como enanos avariciosos, preocupados únicamente por las riquezas y las apariencias. Durante años hemos corrompido sus espiritus, ya no pueden sentir la llamada de la naturaleza. Ya no ven nada más que el mundo que ellos se han creado, infelices, en nombre del progreso y la tecnología.
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