Accion

Tras comprobar que el desconocido es un elfo destenso el arco y guardo de nuevo la flecha en el carcaj. Sin embargo, no parece molesto y Ulbar es el primero en invitarle a sentarse a la hoguera junto con nosotros. De algún lugar viene un gruñido que me resulta familiar:

-¡Elfos!.-¡Argh! Están por todas partes...

Sin duda se trata de la voz de Ibaldoin, miro al elfo que se había sentado por si había escuchado el comentario del enano, pero al parecer no lo había oído o lo ignoró. El elfo se presentó como Amorth Ciryatar, y comenzó a relatarnos su historia y cómo nos había encontrado.

-¿No les molestaria que fuera en su compañia,.. ? –sugiere el elfo, ante lo que yo me encojo de hombros, ya que no me parece mal la idea.

-¡A mi sí!.-dice el enano en voz completamente audible para todos. Estaba a mi lado y le suelto un codazo disimulado.

-No lo decía en serio- digo, intentando que nuestro nuevo compañero no se incomode.

-Como que... ¡AY!.-sigue diciendo el enano, pero le propino otro codazo viendo que el elfo no está mirando, con esto el enano parece calmarse, de momento, aunque sigue gruñendo entre dientes.

De otro lado oigo la voz de Aravir:

-…no creo que nos apuñale mientras dormimos- el rostro del elfo torna un poco mas serio, -digo, es decir... si resultara que en realidad...- Aravir intenta resolver la situación, pero todos suponemos que la falta de alcohol ha afectado a todos de alguna manera , aunque tras unas miradas reprobatorias de Namsis a Aravir la situación se calma.

A la mañana siguiente nos ponemos en marcha con los caballos, y seguimos avanzando un buen trecho, Gondor no debe estar lejos ya, me digo. Pero a simple vista el camino sigue serpenteando y las Montañas Blancas que nos flanquean parecen no tener fin, y el ritmo cansino del trote del caballo sigue y sigue, mientras el aire frío de la mañana me golpea la cara. Aunque peor habria sido tener que hacer este camino solo, pensé, oyendo las bromas y comentarios de los compañeros, que mataban el tiempo.