Ver publicación (Entrevista a Christopher Tolkien en Le Monde)

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Arbedain
Arbedain
Desde: 07/07/2007

#1 Respondiendo a: Anónimo

Por primera vez en cuarenta años, Christopher Tolkien, hijo de JRR Tolkien y el mayor guardián, defensor y difusor de la obra de su padre (entre ellas, de El Silmarillion, Los Hijos de Húrin, Cuentos Inconclusos y la Historia de la Tierra Media), rompió el pasado 9 de julio de 2012 su silencio mediá...

A ver, esto es como todo, hay lectores y lectores. Habrá quien cuando lea tal libro esté en cierto modo "contaminado" por todo lo visto en las películas y quien se abstraiga de todo y se deje llevar por la estética Tolkien pura y dura. Pero vamos, sí comparto la opinión que hasta el más tonto sabe diferenciar un libro de una película y que cada uno tiene un lenguaje y un tiempo diferentes.

Yo creo que el resentimiento de Christopher viene porque, como dijo Tom Shippey, ahora hay dos formas de adentrarse en la Tierra Media. Una es a través de PJ y la otra es a través del propio Tolkien. Mi opinión es que la obra original siempre estará muy por encima de la visión de nadie, pero también es cierto que el cine llega a más gente, de una forma más directa y, a veces, con ciertas infidelidades muy polémicas. Si no lo digo reviento, ja, ja.

Pero no critiquéis a su hijo por vender, porque fue el mismísimo Tolkien el que vendió los derechos de ESdlA y El Hobbit. Christopher es el más purista entre los puristas. Si por él hubiera sido, nunca se hubieran hecho las películas. Y ya era millonario antes de las películas, no creo que sea precisamente una persona que se mueva por dinero, sino por preservar la obra de su padre de la forma más celosa posible. Por eso, ahora, es imposible hacer nada con El Silmarillion, porque los derechos de este libro no los ha vendido ni piensa hacerlo. Quizá cuando él muera, cambie la política de la Tolkien Estate...
Many that live deserve death. And some that die deserve life. Can you give it to them? Then do not be too eager to deal out death in judgement. For even the very wise cannot see all ends.