Ver publicación (Noldor en la T.E)
Ver tema#1 Respondiendo a: Geredhel
Todos conocemos a los Noldor. Y en la T.E, concretamente, todos conocemos el increible abismo entre los que aún continuan en la TM y los elfos silvanos.
Dejaré a un lado a los Sindar.
Está claro que cada Noldo tiene su particular razón para continuar aún en la TM en esa edad. Entiendo que la m...
Hace unos días releí una carta muy interesante de Tolkien al respecto de su falta de fe en la organización y mecanización, en el liderazgo y en los sistemas de Gobierno, con G mayúscula. Esto se refleja en su obra, siendo en muchos casos el mal, resultado de intentar dirigir, manipular o finalmente dominar, a los seres inteligentes, para adaptarlos a una visión personal del perfecto orden o de una visión sobre cómo obtener la perfección. Sauron y Saruman son claros ejemplos en un principio. Incluso si se me apura, Melko, en un inicio no tiene unas intenciones intrínsecamente malas. Solo quiere alcanzar un orden superior, del que no se salga nadie, para lo que necesita el sometimiento absoluto. Eso, con el paso del tiempo, claro que desemboca en una maldad insondable. Pero es que hasta los tiranos muchas veces han nacido de buenas intenciones. No obstante, se declara anarquista, en el sentido etimológico de la palabra e incrédulo en la capacidad de liderazgo del ser humano, en la inmensa mayoría de los casos.
A lo que voy. La organización entre los Eldar creo que es mucho más "armónica" suele darse que el legítimamente escogido para gobernar, el rey de los elfos, es también el más indicado por dotes. Pero a lo largo de toda la obra de Tolkien, ese derecho a dirigir, está más basado en el liderazgo que en las obligaciones del pueblo. De hecho, en los muchos casos en los que se ha considerado indigno de la posición, no ha habido el menor reparo en rescindir el vasallaje de los súbditos del rey, o incluso, en el caso de Galadriel en Acebeda, de condenar al ostracismo al gobernante que no se muestra en sintonía con los sentimientos de la sociedad.
Por tanto, en primer lugar me gustaría recalcar que pocos elfos y más en la Tercera Edad, podrían conseguir juntar a unos personajes en parte hastiados de Endor, que consideran que su tiempo ha pasado y que no es asunto suyo lo que les suceda a los hombres y que se saben de paso. Sauron no es Morgoth y su mano nunca llegará a Aman, con lo que antes o después escaparán de sus garras.
Por otro lado, Rivendel, Lorien y Lindon existen, por continuar con esa política de falta de activismo bélico. Turgon comenzó con esta filosofía, que le valió ser uno de los últimos reinos élficos en caer. Después de todo, Sauron, como su buen maestro, seguro que apreciaba el hecho de poner la mejilla para llevarse un cachetito, a cambio de que el ratón saliera de la madriguera, para aplastarlo de un bofetón, a las primeras de cambio (que se lo digan a Orodreth y su brillante idea de seguir los consejos militares de Turin en Nargothrond).
La Guerra del Anillo, al igual que las Guerras de Beleriand, estaban perdidas desde el principio. Solo dos milagros podían llevarlas a buen puerto y dos milagros fueron. Porque si en el caso de la Primera Edad, fueron los propios Valar los que tuvieron que intervenir y cortarle las alas a Morgoth, en el caso de la Guerra del Anillo, aún fue más caricaturesco. Frodo estaba condenado al fracaso. Desde el principio se ve incapaz de destruir el anillo. Solo la carambola de Gollum, que personalmente siempre hubiera preferido que terminase con Frodo en el fondo del volcán, consigue que la historia termine bien. Si el libro lo hubiera escrito un español... creo que el final hubiese sido un poco más tétrico y acorde con el presente en el que vivimos.
A lo que voy. La organización entre los Eldar creo que es mucho más "armónica" suele darse que el legítimamente escogido para gobernar, el rey de los elfos, es también el más indicado por dotes. Pero a lo largo de toda la obra de Tolkien, ese derecho a dirigir, está más basado en el liderazgo que en las obligaciones del pueblo. De hecho, en los muchos casos en los que se ha considerado indigno de la posición, no ha habido el menor reparo en rescindir el vasallaje de los súbditos del rey, o incluso, en el caso de Galadriel en Acebeda, de condenar al ostracismo al gobernante que no se muestra en sintonía con los sentimientos de la sociedad.
Por tanto, en primer lugar me gustaría recalcar que pocos elfos y más en la Tercera Edad, podrían conseguir juntar a unos personajes en parte hastiados de Endor, que consideran que su tiempo ha pasado y que no es asunto suyo lo que les suceda a los hombres y que se saben de paso. Sauron no es Morgoth y su mano nunca llegará a Aman, con lo que antes o después escaparán de sus garras.
Por otro lado, Rivendel, Lorien y Lindon existen, por continuar con esa política de falta de activismo bélico. Turgon comenzó con esta filosofía, que le valió ser uno de los últimos reinos élficos en caer. Después de todo, Sauron, como su buen maestro, seguro que apreciaba el hecho de poner la mejilla para llevarse un cachetito, a cambio de que el ratón saliera de la madriguera, para aplastarlo de un bofetón, a las primeras de cambio (que se lo digan a Orodreth y su brillante idea de seguir los consejos militares de Turin en Nargothrond).
La Guerra del Anillo, al igual que las Guerras de Beleriand, estaban perdidas desde el principio. Solo dos milagros podían llevarlas a buen puerto y dos milagros fueron. Porque si en el caso de la Primera Edad, fueron los propios Valar los que tuvieron que intervenir y cortarle las alas a Morgoth, en el caso de la Guerra del Anillo, aún fue más caricaturesco. Frodo estaba condenado al fracaso. Desde el principio se ve incapaz de destruir el anillo. Solo la carambola de Gollum, que personalmente siempre hubiera preferido que terminase con Frodo en el fondo del volcán, consigue que la historia termine bien. Si el libro lo hubiera escrito un español... creo que el final hubiese sido un poco más tétrico y acorde con el presente en el que vivimos.