Bueno, por lo visto soy claro como un libro cerrado. No quiero genealogía de nadie, pues para empezar dudo que sean de origen humano. No creo que sean "fantasmas", pues para empezar tienen la capacidad de realizar hechizos. Más bien me decantaría por que se trata de espíritus de origen dudoso, como los que habitaban en los huargos.

Trataba de hacer un guiño para aquellos que se limitan a catalogar en tres o cuatro grupos los posibles orígenes de los seres que crea Tolkien. El hecho de que poseyeran los cadáveres de los príncipes de Cardolan, se me antoja muy diferente al comportamiento de otros fantásmas, pues no recuerdo el caso de ninguna posesión en el universo de Tolkien.

Solamente Sauron ha sido capaz de entorpecer el camino de un alma rumbo a Mandos, quien por cierto es el único con potestad para intervenir en estos asuntos bajo mandato expreso de Eru. Sauron se la juega no dejando que muera del todo el espectro y manteniéndole a la vez vivo y casi muerto. Pero los fëar humanos no están atados a Arda y tras su muerte, salen de Arda sin saberse a dónde van, estando solamente de tránsito (y breve) en Mandos.

En mi opinión el caso de los montañeses de los Senderos de los Muertos es muy distinto. No creo que fuera la maldición de Isildur quien los "esclavizara" pues dudo que tuviera tal poder per se. Más bien creo que fue el resultado de romper un juramento, lo que en el mundo de Tolkien es imperdonable. Fíjese la advertencia de Frodo a Gollum al advertirle sobre las consecuencias de jurar sobre el Anillo, los resultados del juramento de Fëanor, o la prolongación en el tiempo del de Eorl.

De todas formas, lo divertido que tiene esto es que pese a lo bien enlazada que está casi toda la cosmología de Tolkien, siempre quedarán multitud de resquicios para el debate subjetivo. Yo creo que, tu piensas que... Es curioso. Por tanto, mientras habrá quien esté convencido de que son almas humanas que el Rey Brujo envió al noroeste de Cardolan, yo estaré convencido de que se trata de espíritus de origen por determinar, en absoluto humanos, que desde el reino de Angmar envió tras la Gran Plaga el Rey Brujo.