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Ver tema#1 Respondiendo a: Anónimo
Hacia tiempo que no escribía; desde hace unos cuantos dias. Y hacía mucho más que no enviaba un mensage raiz; lo menos dos meses
.
Y es que últimamente este foro esta caldeado, y sin ningún motivo aparente. Es por esa razón que he limitado mis apariciones en el foro. Pero aun estoy pendiente de lo...
Bueno, Zaresh, he estado buceando en las Cartas, intentando encontrar referencias sobre el tema. Y es especialmente difícil porque no aparece en ningún índice, logicamente
Había leído hace mucho algo al respecto, concretamente la primera de las dos referencias que aquí te transcribo:
1.)"Auden ha afirmado que para mí "el Norte es una dirección sagrada". Eso no es cierto. El Noroeste de Europa, donde yo (y la mayoría de mis antepasados) he vivido, tiene mi afecto como es propio que lo tenga el hogar de un hombre. Admiro su atmósfera y sé más de sus historias y sus lenguas que de otras partes, pero no es "sagrado" ni agota mis afectos. Por ejemplo, siento especial amor por la lengua latina, y entre sus descendientes, por la española. Que no es verdad en relación con mi historia, debería demostrarlo la mera lectura de las sinopsis. El Norte era el asiento de la fortaleza del Diablo. El avance de la historia culmina con lo que se parece mucho más al restablecimiento de un Sacro Imperio Romano eficaz con su asiento en Roma que a nada que hubiera sido concebido por un "nórdico"."
La segunda referencia es aún más explicita. Habla de sus influencias lingüísticas, especialmente del latín y del griego:
2.) "Hay dos o tres hebras. La fascinación que tenían para mí los nombres galeses, aún cuando los viera sólo en camiones cargados de carbón, incluso desde pequeño es una de ellas; sin embargo, cuando pedía información, la gente solo me daba libros incomprensibles para un niño. No aprendí nada de galés hasta que fui un estudiante y ya mayor, y encontré en él un constante deleite, tanto lingüistico como estético. El español es otra: mi tutor era en parte español, y yo, a comienzos de mi adolescencia, cogía sus libros e intentaba aprender esa única lengua romance que me procura el placer particular del que hablo: no es exactamente lo mismo que la mera percepción de la belleza; siento la belleza, por ejemplo, del italiano, o por lo demás, del inglés moderno (que está muy lejos de mi gusto personal); se parece más bien al apetito que se siente por un alimento necesario. Después del gótico, lo más importante fue el descubrimiento en la biblioteca del Exeter College de una gramática finlandesa. Fue como el descubrimiento de una entera bodega llena del vino más asombroso, de una especie y un sabor nunca degustados antes. me intoxicó por completo; y abandoné el intento de inventar una lengua germánica "no registrada" y mi "propia lengua" -series de lenguas inventadas- se volvió densamente finlandesa, tanto en su estructura como en su fonética".
Me he extendido más de la simple reseña hacia el castellano, porque se muy bien lo que te gustan las lenguas... por cierto, ahora si que no puedes quejarte cuando te toquen hacer deberes de latín...
Un saludete...
(Mensaje original de: Mithr@ndir)

1.)"Auden ha afirmado que para mí "el Norte es una dirección sagrada". Eso no es cierto. El Noroeste de Europa, donde yo (y la mayoría de mis antepasados) he vivido, tiene mi afecto como es propio que lo tenga el hogar de un hombre. Admiro su atmósfera y sé más de sus historias y sus lenguas que de otras partes, pero no es "sagrado" ni agota mis afectos. Por ejemplo, siento especial amor por la lengua latina, y entre sus descendientes, por la española. Que no es verdad en relación con mi historia, debería demostrarlo la mera lectura de las sinopsis. El Norte era el asiento de la fortaleza del Diablo. El avance de la historia culmina con lo que se parece mucho más al restablecimiento de un Sacro Imperio Romano eficaz con su asiento en Roma que a nada que hubiera sido concebido por un "nórdico"."
La segunda referencia es aún más explicita. Habla de sus influencias lingüísticas, especialmente del latín y del griego:
2.) "Hay dos o tres hebras. La fascinación que tenían para mí los nombres galeses, aún cuando los viera sólo en camiones cargados de carbón, incluso desde pequeño es una de ellas; sin embargo, cuando pedía información, la gente solo me daba libros incomprensibles para un niño. No aprendí nada de galés hasta que fui un estudiante y ya mayor, y encontré en él un constante deleite, tanto lingüistico como estético. El español es otra: mi tutor era en parte español, y yo, a comienzos de mi adolescencia, cogía sus libros e intentaba aprender esa única lengua romance que me procura el placer particular del que hablo: no es exactamente lo mismo que la mera percepción de la belleza; siento la belleza, por ejemplo, del italiano, o por lo demás, del inglés moderno (que está muy lejos de mi gusto personal); se parece más bien al apetito que se siente por un alimento necesario. Después del gótico, lo más importante fue el descubrimiento en la biblioteca del Exeter College de una gramática finlandesa. Fue como el descubrimiento de una entera bodega llena del vino más asombroso, de una especie y un sabor nunca degustados antes. me intoxicó por completo; y abandoné el intento de inventar una lengua germánica "no registrada" y mi "propia lengua" -series de lenguas inventadas- se volvió densamente finlandesa, tanto en su estructura como en su fonética".
Me he extendido más de la simple reseña hacia el castellano, porque se muy bien lo que te gustan las lenguas... por cierto, ahora si que no puedes quejarte cuando te toquen hacer deberes de latín...

Un saludete...
(Mensaje original de: Mithr@ndir)