"Entonces Rog gritó: -¿Quién temerá ahora a los Balrogs por todos sus horrores? Ante vosotros están los malditos que por años de años han atormentado a los hijos de los Noldoli y que ahora han hecho estallar un incendio a nuestras espaldas con el fuego que han arrojado. Venid vosotros, los de la casa del Martillo Iracundo; los aniquilaremos por su crueldad. -Y levantó el mazo, que tenía una larga empuñadura, y con la furia de su embestida se abrió paso hasta llegar a la puerta capturada; pero toda la hueste del Yunque se abalanzó detrás de él en una cuña, con chispas en los ojos por la violencia de su cólera. Esa embestida fue muy valerosa, como aún se dice en los cantos de los Noldoli, y en ella obligaron a retroceder a muchos Orcos hasta arrojarlos entre las llamas; pero los hombres de Rog se treparon de un salto a las espirales de las serpientes y atacaron a los Balrogs y los destruyeron sin piedad, porque todos llevaban látigos de llamas y tenían tenazas de acero y eran de gran estatura. Los atacaron hasta destruirlos o se apoderaron de sus látigos y los blandieron contra ellos, despedazándolos como ellos mismos habían despedazado antes a los Eldar; fueron tantos los Balrogs que cayeron que el pavor y el asombro se apoderaron de las huestes de Melkor, porque hasta entonces ningún Elfo ni Hombre había dado muerte a un Balrog.
“Entonces Gothmog, Señor de los Balrogs, congregó a todos los demonios que había en la ciudad y les ordenó lo siguiente: algunos de ellos debían dirigirse adonde estaban los del Martillo sin presentar resistencia, pero la mayoría debía precipitarse a lo largo del flanco hasta sus espaldas sobre las colas de los dragones y más cerca de la puerta, para que Rog no pudiera llegar hasta allí sin perder a muchos de los suyos. Pero, al ver esto, Rog no intentó retroceder como se esperaba, sino que se dejó caer con todos sus guerreros sobre los que no debían resistir; y entonces huyeron de él, no porque eso obedeciera a una maniobra sino simplemente para escapar con vida. Los persiguieron hasta el valle y sus chillidos desgarraron los cielos de Tumladen. Entonces los de la casa del Martillo se abalanzaron contra las perplejas bandas de Melkor, golpeando e hiriendo, hasta que finalmente quedaron rodeados por un batallón de Orcos y Balrogs que los superaba en número y que arrojó contra ellos a un dragón de fuego. Allí perecieron en torno a Rog blandiendo sus martillos sin cesar hasta que el hierro y el fuego los dominaron, y aún se dice en los cantos que cada hombre del Martillo Iracundo dio muerte a siete enemigos como precio de su propia vida."

(Mensaje original de: Ereinion Gil-galad)

Con razón

Vaya, en la historia de la Tierra Media hay muchos actor dugnos de valor, pero pocos como el que acabo de leer. Ereinion Gil-Galad, ¿me puedes decir de dónde lo sacate?, ya que no había escuchado de este hecho antes.
Además ésto me recuerda una pregunta que me he estado haciendo hace tiempo: ¿qué tipo de espíritus son los Balrogs? Melkor no es capaz de crear vida, así que deben ser espectros seducidos por él; pero ¿son maiar o son de una casta más baja? Por favor cualquier opinión es bien recibida.

Saludos,

El Caminante

(Mensaje original de: El Caminante)

Son Maiar

Al igual que los Magos o Istar y Sauron.
Un saludo.

Está en..

"La caída de Gondolin" en el Libro de los Cuentos Perdidos II. En la caída hay muchas de esas hazañas, como la de Glorfindel con el Balrog o la de Ecthelion con Gothmog.

Aun así, para embestida poderosa... leed mi mmensaje de firma

Son Maiar

Son maiar seducidos por Morgoth al principio de los tiempos, son todos maiar de fuego.
Arien o algo asi, la que guia al sol, es otra maia de fuego, pero fue de los pocos que resistieron la tentacion de Morgoth.
Faet´Hel

(Mensaje original de: Relding)

Valaraukar

En mi opinión fue la embestida más valerosa de toda la Tierra Media. No sólo por lo peligroso y desesperado de la acción, sino también por el resultado favorable (los del linaje del Martillo Iracundo mataron muchos Balrogs). Para una descripción más detallada de las nobles casas de Gondolin mira mi mensaje "Saludos desde Lindon".
El cuento "La Caída de Gondolin" se relata en Los Cuentos Perdidos II.

Los espíritus Maiar más terribles de entre aquellos que se convirtieron en servidores de Melkor, el Enemigo Oscuro, fueron los que se transformaron en demonios. En el idioma de los Altos elfos se los llamaba los Valaraukar, pero en la Tierra Media los denominaban balrogs, los "Demonios de poder". De todos los siervos de Melkor, ni siquiera los Dragones eran tan poderosos. Enormes y pesados, los Balrogs eran demonios de aspecto humanoide, con crines de fuego y narices por las que brotaban llamas. Parecían moverse dentro de nubes de sombras negras y sus miembros tenían el poder constrictor de las serpientes. El arma principal del balrog era el látigo de fuego de múltiples colas y, aunque también llevaban la maza, el hacha y la espada flamígera, era el látigo lo que más temían sus enemigos. Esta arma era tan terrible que el vasto mal de Ungoliant, la Gran Araña que ni siquiera los Valar pudieron destruir, fue expulsado del reino de Melkor por sus feroces latigazos. El más infame de la raza de los balrogs era Gothmog, Señor de los balrogs y Gran Capitán de Angband. En las Guerras de Beleriand fueron tres los grandes señores elfos que cayeron bajo su látigo y su negra hacha. En cada uno de los alzamientos de Melkor y en cada una de sus batallas, los balrogs se encontraban entre sus principales campeones, y así, cuando el holocausto de la Guerra de la Ira puso fin para siempre al reino de Melkor, también acabó casi por completo con los balrogs como raza.

(Mensaje original de: Ereinion Gil-galad)