Lo extraño
Relato de considerables influencias lovecraftianas (entre otras) sobre un antiguo libro ocultista que llevará a su dueño a un mundo desconocido.
Desde que el mundo es mundo ,o por lo menos desde que el mundo es mi mundo, necesito y participo de riesgos imposibles.
No me entienda mal el lector, no es que me apasionen las aventuras deportivas que practican las masas. Considero increíble que nadie sienta ningún tipo de estimulo cuando lo arriesgado es el simple y común ser físico. No le impongo al riesgo por el cual me siento atraído el adjetivo "imposible" a la ligera.
El Riesgo , el auténtico riesgo está más allá incluso de las crueles barreras físicas que impiden al ser humano trascender del común del físico para penetrar en lugares y situaciones que sólo son soñadas por los dementes. Hablo de lanzarse al abismo de la muerte, de cruzar el río de la locura por sus salvajes rápidos.
Es por eso que la historia que paso a relatar en este momento, pese a lo extraño de su trama, es totalmente verídica , y ,bien mirado es sólo un acercamiento de lo que puede ser un suceso común en la existencia de un estudioso de lo Oculto.
Tras una tarde nada tranquila , callejeaba nerviosamente por "salsipuedes" ,el área más encantadora y sin duda laberíntica del impresionante barrio gótico ovetense.
Tras un día cansado de búsquedas y desengaños en los mercados y tiendas vetustas , al fin encontré un texto que satisficiera mis ansias de conocimiento y de experiencias submundanas. El libro, un grueso volumen con tapas y lomos de cobrizo (y pesado ) cuero databa del siglo doce . Posiblemente era una compilación de experiencias y hechizos, una suerte de "diario" ,pues la tinta con la que estaba escrito variaba de tono fortuitamente. Lo firmaba Eça de Huidobro ,un ocultista portugués del que se conocen datos desde el siglo octavo y se sabe protagonista de muchos sucesos extraños durante la baja edad media peninsular.
Al sostener en mis manos aquel texto ,poco importaba ya el importe que pude llegar a pagar por el .Los temas del viejo Huidobro eran amplísimos, desde la licantropía y el vampirismo hasta (lo más interesante del volumen) la apertura de puertas y vórtices a lugares inconcebibles de cruel belleza o de bestial maldad.
Me dirigía a la bucólica pensión en la que me hospedaba , acomodada en un viejo edificio modernista ,al lado de la muralla.
Mi alcoba se encontraba en el ático (más bien era el ático entero) y gozaba de un precioso observatorio al que se accedía por unas escaleras de hierro negro. Me dije que trataría de retrasar mi primera lectura para que la bella habitación no sufriera desperfecto alguno,(en la alfombra de mi casa en Barcelona todavía quedan restos de la última invocación sobre ella perpetrada) así que con el cuidado común en un maniático coleccionista, acomodé el libro en uno de los cajones del armario ,entre varios cojines.
Tras esto ,me dirigí al comedor en donde la hostelera me sirvió una castiza y sabrosa cena y me brindó el regalo de su anodino parloteo. Lo más rápido posible me despedí de ella ,quien me advirtió de que si necesitase algo en mi letargo solo habría de encender la luz ,pues ella se quedaría despierta.
Me volteaba sobre la cama ,con las sábanas pegadas al cuerpo por el sudor. Mis párpados permanecía plegados sobre mis ojos ,que miraban nerviosamente a la indescifrable oscuridad. En ese estado entre la vigilia y el sueño, me veía abriendo el armario ,cogiendo el grueso volumen e inclinándome sobre él en cuclillas ,descifrando sus códigos ,forzando sus cerraduras.
Finalmente me incorporé rabiosamente sobre el colchón ,y ,tanteando torpemente en la oscuridad (no interesaba que la locuaz hostelera nos comentase los pormenores de su relación con sus primos carnales) me acerqué al armario .Abrí el cajón y aparté los cojines que guardaban al libro de cualquier golpe no deseado.
La luz de la luna llena asomaba por la claraboya del pequeño observatorio.
Subí por los peldaños metálicos sigilosamente (todo lo sigilosamente que un profesor de paleontología puede hacerlo) con el libro contra mi pecho. La luz de la luna sería perfecta para una lectura primera .Me senté en el suelo de la pequeño mirador circular y puse el lomo sobre mis piernas. Abrí cuidadosamente el cerrojo de latón que mantenía sus tapas cerradas de manera que éstas cayeron sobre mis rodillas enrojecidas. De sus páginas brotó un polvo centenario que subió al cielo en inmensas volutas.
Como un chorro de sabiduría impía ,un torrente de conjuraciones y combinaciones demenciales escupieron su significado en mi mente cuando leí la primera palabra. Durante varios minutos me retorcí en el suelo con palpitaciones monstruosas en mis sienes. Con los ojos cerrados traté de contener el horror en una extraña mueca de autodeterminación .Al abrir los ojos me encontré sentado sobre las plantas de mis pies ,inclinado sobre el libro cerrado . Traté de recordar aquella primera palabra que me había llevado a ese doloroso proceso. Aquella palabra demencial de pronunciación imposible parecía la llave de un sinfín de puertas que se abrían a miles de mundos.
En un trance memorístico mis ojos cerrados ,nerviosos y revoloteantes , se movían de arriba abajo, como si catalogasen y categorizasen datos en un archivo. Miles de palabras, conjuros y realidades se proyectaban en el anverso de mis párpados. Por fín encontré entre significantes innombrables y significados incomprensibles aquel sonido que parecía cambiar de grafía y leguaje cada centésima de segundo. Y vomité aquel conjunto horrendo de sonidos que parecían arrancarse de mi garganta y abrirse paso a dentelladas por mi tráquea.
Sé que hubo una oscuridad vacía. Supongo que me precipité al fondo que las leyes físicas me obligaban a imaginar.
Sólo tengo la certeza del enorme vacío de no luz. Y de los monolitos incólumnes e infinitos que se estiraban hacia el cielo rojo en formas retorcidas de piedra azabache ,y que me amenazaban con su enormidad,en mi incómoda estancia en el suelo. Era imposible ,pero era. El caso es que me hallaba en un lugar no terrestre, pues no sólo el cielo era rojo: uno de sus tres soles lo era también, junto con el verde y el ambar.Tras incorporarme , orgulloso de mi logro ,comencé a caminar por aquella vasta llanura.
Me ardía el pecho de curiosidad malsana. El deseo incontrolable de explorar y conocer se abría el paso a empujones en mi frente. Un mundo, con millones de hectáreas de bosques y junglas surrealistas y mares amarillos o púrpuras ,con vida ,quizá. Vida. Al pensar esto me encontré dando zancadas hacia el final del páramo cobrizo ,dirigiendo mi mirada al horizonte.
Un espectáculo de estelas estalló en el centro del cielo ,desplegando un manto azul , desnudo de estrellas.Al fondo de un vado de vegetación extraña (un sinfín de combinaciones tubulares conformaban arbustos negros y fúxias) un conjunto de lúces purpúreas bailoteaban en el tapiz azul.Una ciudad posiblemente. Corrí .
Extenuado llegué a las puertas enormes y frías de la ciudad.Dentro ,parecía haber una celebración multitudinaria.Dos guardias custodiaban la puerta sobre dos torres cilíndricas.¡Fascinante! Una edad media ultra terrena. Con mis conocimientos físicos, químicos ,geológicos y matemáticos me alzaría como el sabio más influyente,mas con mis saberes ocultos ,sería temido como el más terrible de los nigromantes. Llamé a grandes voces a los guardias ,sin darme cuenta de que el español ,con acento catalán además ,sería bastante difícil para ellos. No tanto su lengua para mí. Uno de los guardias me miraba desafiante . Fue elegido para un...reconocimiento total. Invoqué una serie de palabras prohibidas y abandoné mi cuerpo .El guardia se tambaleó y se encontró con el suelo,de una extraña madera. De pronto ya no era él. Es más ,era yo. Cogí de su mente sus conocimientos lingüísticos asociados a grafías no muy difíciles . Vocabulario ,concordancia y gramática esencialmente . Volví a mi cuerpo y avisé en su extraña lengua de la llegada de un gran mago. La enorme desconfianza del guardia se convirtió en enorme sumisión al chasquear mis dedos. Al pasar por la puerta ,el guardia alquilado por mí anteriormente se convulsionaba gritando palabras en español y recitando la plantilla del Barcelona.
Pregunté a mi guardia el motivo de la celebración ,y éste me contestó una historia increíble.
"Al parecer aquella tierra había estado sometida al oscuro designio de un cruel y déspota hechicero ,casi un dios, durante varios siglos.Los esclavos se contaban por millares ,y morían cruelmente a las órdenes del semidios.Pero la rebeldía del lugar había tramado un plan ,una especie de sacrificio mágico que dependía más del azar que de la pericia de los magos. Abrieron una puerta invisible y contínua sobre el oscuro brujo. Cuando una criatura de otro plano viajase mágicamente a éste ,el ser malévolo sería arrastrado al lugar de procedencia del salvador involuntario ,donde volvería a nacer y a desarrollar una vida paralela a la llevada en este universo, caos ,destrucción dominio y esclavitud incluidos.Sin darme cuenta de la situación pregunté donde había sucedido aquel cambio ,lleno de curiosidad. La respuesta fue como una sentencia: " En el campo de los monolitos ,donde miles de nuestros hermanos murieron en las alturas por los caprichos de ese bastardo."La música pareció pararse derrepente.Mi cabeza empezó a bullir imágenes y sensaciones. Los olores de mi niñez , el jardín de la casa de mis abuelos en Tarragona,el cocido de mi madre soltando sus suculentos vapores,los veranos en Canarias, en Marruecos,toda mi infancia.Los primeros manuscritos encontrados y aprendidos, mi primera novia ,la universidad plagada de caras conocidas y amistosas, mi vida estudiantil,mis viajes en tren por Europa, aquella puta de Amsterdam ,más escritos,y más sabiduría.Mi biblioteca ,cuando aprendí a jugar al mus, la catedral de Burgos,aquel café de Antigua ,Ciudadano Kane, Descartes,el teorema de Thales,el profesor que me lo enseñó.
Mi mundo. No había puesto barreras para su conocimiento total, al cual no había llegado aún. En todos los campos conseguí ser de los mejores.
Aquí sería un Dios.
Sonreí y reconocí la justicia del intercambio. La música continuó.
No me entienda mal el lector, no es que me apasionen las aventuras deportivas que practican las masas. Considero increíble que nadie sienta ningún tipo de estimulo cuando lo arriesgado es el simple y común ser físico. No le impongo al riesgo por el cual me siento atraído el adjetivo "imposible" a la ligera.
El Riesgo , el auténtico riesgo está más allá incluso de las crueles barreras físicas que impiden al ser humano trascender del común del físico para penetrar en lugares y situaciones que sólo son soñadas por los dementes. Hablo de lanzarse al abismo de la muerte, de cruzar el río de la locura por sus salvajes rápidos.
Es por eso que la historia que paso a relatar en este momento, pese a lo extraño de su trama, es totalmente verídica , y ,bien mirado es sólo un acercamiento de lo que puede ser un suceso común en la existencia de un estudioso de lo Oculto.
Tras una tarde nada tranquila , callejeaba nerviosamente por "salsipuedes" ,el área más encantadora y sin duda laberíntica del impresionante barrio gótico ovetense.
Tras un día cansado de búsquedas y desengaños en los mercados y tiendas vetustas , al fin encontré un texto que satisficiera mis ansias de conocimiento y de experiencias submundanas. El libro, un grueso volumen con tapas y lomos de cobrizo (y pesado ) cuero databa del siglo doce . Posiblemente era una compilación de experiencias y hechizos, una suerte de "diario" ,pues la tinta con la que estaba escrito variaba de tono fortuitamente. Lo firmaba Eça de Huidobro ,un ocultista portugués del que se conocen datos desde el siglo octavo y se sabe protagonista de muchos sucesos extraños durante la baja edad media peninsular.
Al sostener en mis manos aquel texto ,poco importaba ya el importe que pude llegar a pagar por el .Los temas del viejo Huidobro eran amplísimos, desde la licantropía y el vampirismo hasta (lo más interesante del volumen) la apertura de puertas y vórtices a lugares inconcebibles de cruel belleza o de bestial maldad.
Me dirigía a la bucólica pensión en la que me hospedaba , acomodada en un viejo edificio modernista ,al lado de la muralla.
Mi alcoba se encontraba en el ático (más bien era el ático entero) y gozaba de un precioso observatorio al que se accedía por unas escaleras de hierro negro. Me dije que trataría de retrasar mi primera lectura para que la bella habitación no sufriera desperfecto alguno,(en la alfombra de mi casa en Barcelona todavía quedan restos de la última invocación sobre ella perpetrada) así que con el cuidado común en un maniático coleccionista, acomodé el libro en uno de los cajones del armario ,entre varios cojines.
Tras esto ,me dirigí al comedor en donde la hostelera me sirvió una castiza y sabrosa cena y me brindó el regalo de su anodino parloteo. Lo más rápido posible me despedí de ella ,quien me advirtió de que si necesitase algo en mi letargo solo habría de encender la luz ,pues ella se quedaría despierta.
Me volteaba sobre la cama ,con las sábanas pegadas al cuerpo por el sudor. Mis párpados permanecía plegados sobre mis ojos ,que miraban nerviosamente a la indescifrable oscuridad. En ese estado entre la vigilia y el sueño, me veía abriendo el armario ,cogiendo el grueso volumen e inclinándome sobre él en cuclillas ,descifrando sus códigos ,forzando sus cerraduras.
Finalmente me incorporé rabiosamente sobre el colchón ,y ,tanteando torpemente en la oscuridad (no interesaba que la locuaz hostelera nos comentase los pormenores de su relación con sus primos carnales) me acerqué al armario .Abrí el cajón y aparté los cojines que guardaban al libro de cualquier golpe no deseado.
La luz de la luna llena asomaba por la claraboya del pequeño observatorio.
Subí por los peldaños metálicos sigilosamente (todo lo sigilosamente que un profesor de paleontología puede hacerlo) con el libro contra mi pecho. La luz de la luna sería perfecta para una lectura primera .Me senté en el suelo de la pequeño mirador circular y puse el lomo sobre mis piernas. Abrí cuidadosamente el cerrojo de latón que mantenía sus tapas cerradas de manera que éstas cayeron sobre mis rodillas enrojecidas. De sus páginas brotó un polvo centenario que subió al cielo en inmensas volutas.
Como un chorro de sabiduría impía ,un torrente de conjuraciones y combinaciones demenciales escupieron su significado en mi mente cuando leí la primera palabra. Durante varios minutos me retorcí en el suelo con palpitaciones monstruosas en mis sienes. Con los ojos cerrados traté de contener el horror en una extraña mueca de autodeterminación .Al abrir los ojos me encontré sentado sobre las plantas de mis pies ,inclinado sobre el libro cerrado . Traté de recordar aquella primera palabra que me había llevado a ese doloroso proceso. Aquella palabra demencial de pronunciación imposible parecía la llave de un sinfín de puertas que se abrían a miles de mundos.
En un trance memorístico mis ojos cerrados ,nerviosos y revoloteantes , se movían de arriba abajo, como si catalogasen y categorizasen datos en un archivo. Miles de palabras, conjuros y realidades se proyectaban en el anverso de mis párpados. Por fín encontré entre significantes innombrables y significados incomprensibles aquel sonido que parecía cambiar de grafía y leguaje cada centésima de segundo. Y vomité aquel conjunto horrendo de sonidos que parecían arrancarse de mi garganta y abrirse paso a dentelladas por mi tráquea.
Sé que hubo una oscuridad vacía. Supongo que me precipité al fondo que las leyes físicas me obligaban a imaginar.
Sólo tengo la certeza del enorme vacío de no luz. Y de los monolitos incólumnes e infinitos que se estiraban hacia el cielo rojo en formas retorcidas de piedra azabache ,y que me amenazaban con su enormidad,en mi incómoda estancia en el suelo. Era imposible ,pero era. El caso es que me hallaba en un lugar no terrestre, pues no sólo el cielo era rojo: uno de sus tres soles lo era también, junto con el verde y el ambar.Tras incorporarme , orgulloso de mi logro ,comencé a caminar por aquella vasta llanura.
Me ardía el pecho de curiosidad malsana. El deseo incontrolable de explorar y conocer se abría el paso a empujones en mi frente. Un mundo, con millones de hectáreas de bosques y junglas surrealistas y mares amarillos o púrpuras ,con vida ,quizá. Vida. Al pensar esto me encontré dando zancadas hacia el final del páramo cobrizo ,dirigiendo mi mirada al horizonte.
Un espectáculo de estelas estalló en el centro del cielo ,desplegando un manto azul , desnudo de estrellas.Al fondo de un vado de vegetación extraña (un sinfín de combinaciones tubulares conformaban arbustos negros y fúxias) un conjunto de lúces purpúreas bailoteaban en el tapiz azul.Una ciudad posiblemente. Corrí .
Extenuado llegué a las puertas enormes y frías de la ciudad.Dentro ,parecía haber una celebración multitudinaria.Dos guardias custodiaban la puerta sobre dos torres cilíndricas.¡Fascinante! Una edad media ultra terrena. Con mis conocimientos físicos, químicos ,geológicos y matemáticos me alzaría como el sabio más influyente,mas con mis saberes ocultos ,sería temido como el más terrible de los nigromantes. Llamé a grandes voces a los guardias ,sin darme cuenta de que el español ,con acento catalán además ,sería bastante difícil para ellos. No tanto su lengua para mí. Uno de los guardias me miraba desafiante . Fue elegido para un...reconocimiento total. Invoqué una serie de palabras prohibidas y abandoné mi cuerpo .El guardia se tambaleó y se encontró con el suelo,de una extraña madera. De pronto ya no era él. Es más ,era yo. Cogí de su mente sus conocimientos lingüísticos asociados a grafías no muy difíciles . Vocabulario ,concordancia y gramática esencialmente . Volví a mi cuerpo y avisé en su extraña lengua de la llegada de un gran mago. La enorme desconfianza del guardia se convirtió en enorme sumisión al chasquear mis dedos. Al pasar por la puerta ,el guardia alquilado por mí anteriormente se convulsionaba gritando palabras en español y recitando la plantilla del Barcelona.
Pregunté a mi guardia el motivo de la celebración ,y éste me contestó una historia increíble.
"Al parecer aquella tierra había estado sometida al oscuro designio de un cruel y déspota hechicero ,casi un dios, durante varios siglos.Los esclavos se contaban por millares ,y morían cruelmente a las órdenes del semidios.Pero la rebeldía del lugar había tramado un plan ,una especie de sacrificio mágico que dependía más del azar que de la pericia de los magos. Abrieron una puerta invisible y contínua sobre el oscuro brujo. Cuando una criatura de otro plano viajase mágicamente a éste ,el ser malévolo sería arrastrado al lugar de procedencia del salvador involuntario ,donde volvería a nacer y a desarrollar una vida paralela a la llevada en este universo, caos ,destrucción dominio y esclavitud incluidos.Sin darme cuenta de la situación pregunté donde había sucedido aquel cambio ,lleno de curiosidad. La respuesta fue como una sentencia: " En el campo de los monolitos ,donde miles de nuestros hermanos murieron en las alturas por los caprichos de ese bastardo."La música pareció pararse derrepente.Mi cabeza empezó a bullir imágenes y sensaciones. Los olores de mi niñez , el jardín de la casa de mis abuelos en Tarragona,el cocido de mi madre soltando sus suculentos vapores,los veranos en Canarias, en Marruecos,toda mi infancia.Los primeros manuscritos encontrados y aprendidos, mi primera novia ,la universidad plagada de caras conocidas y amistosas, mi vida estudiantil,mis viajes en tren por Europa, aquella puta de Amsterdam ,más escritos,y más sabiduría.Mi biblioteca ,cuando aprendí a jugar al mus, la catedral de Burgos,aquel café de Antigua ,Ciudadano Kane, Descartes,el teorema de Thales,el profesor que me lo enseñó.
Mi mundo. No había puesto barreras para su conocimiento total, al cual no había llegado aún. En todos los campos conseguí ser de los mejores.
Aquí sería un Dios.
Sonreí y reconocí la justicia del intercambio. La música continuó.