En el principio estaba Edu, "El Navideño", que en Parda es llamado Joróbatar; y primero hizo a los Vainar, Los Zopencos, que eran bastardos de su pensamiento, y le dieron la brasa antes de que se hiciera alguna otra cosa. Y les habló y les propuso temas de música con el "Simon", aunque, viendo que más de uno entraba en coma por la complejidad del asunto, optaron el Karaoke, amado más tarde en demasía (rayando incluso la estupidez), por los Hombres Orientales. Edu se sintió complacido, pero por mucho tiempo, cada uno cantó solo los grandes éxitos de la historia de la Música: "Mi Carro" de Manolo Escobar, "Europe´s Living a Celebration", de una "artista" innombrable, etcétera; y era así por que cada uno tenía una parte de la estupidez de Edu, y eran muy lentos en comprender el canto de sus hermanos (realmente eran lentos para comprender cualquier cosa).
Y sucedió que Joróbatar convocó a los Vainar, y les comunicó un tema poderoso, descubriendo para ellos cosas todavía más estúpidas que ellos mismos, y fue grande la sorpresa entre ellos por esa revelación, pues tenían la certeza de ser de todo lo creado lo más estúpido. De modo que se inclinaron ante Joróbatar y guardaron silencio.
Entonces les dijo Joróbatar: -Del tema que os he comunicado, quiero que ahora hagáis juntos y en armonía, una Gran Música. Y como os he inflamado con la Llama Impertinente, mostraréis vuestros "poderes" -dijo marcando la palabra con los dedos como si fueran las comillas -en el adorno de este tema mismo, cada cual con sus propios "pensamientos" y "recursos", si así le place. Pero yo me sentaré en mi sillón de mimbre y escucharé, y será de mi agrado que por medio de vosotros una gran "belleza" despierte en canción -dijo reclinándose, satisfecho (había tardado dos semanas en preparar y aprenderse estas líneas), en su sillón, efectivamente, de mimbre. Pero entonces, viendo la cara de perplejidad y estupidez bobina de los Vainar, bufó y, resignado, les dijo: ¡Cantad para mí u os meto a todos en una casa llena de cámaras y retransmito vuestras vidas en todos los planos de existencia! -Y fue que ocurrió, que tan aterrados quedaron los Vainar por la imagen mental de Gran Hermano, que cada uno cogió un instrumento y se puso a cantar cual poseídos por una fuerza aterradora (realmente era así); pero no eran sus voces como arpas y laudes. No, ni mucho menos. Eran estridentes y chirriantes, más irritantes que arañar una pizarra con una tiza, pero a Edu le pareció hermoso y disfrutó con la "Música".
Pero ahora Joróbatar escuchaba sentado, y durante un largo rato le pareció bien. Pero a medida que el tema avanzaba, mas no prosperaba, nació un deseo en el corazón de Penkor: inventar una música propia, fuerte y marchosa allí donde las hubiese. Armose entonces con una chupa de cuero con cadenas y unos pantalones ajustados, se soltó la melena y cantó según tenía previsto: este fue el nacimiento del Heavy Metal. Entonces Joróbatar, como era más folclórico, y para ser justicia a su nombre, se levantó furioso y levantó la mano izquierda, donde tenía una pandereta, y entonó entonces un villancico con el que acalló el resto de los cánticos, aún el de Penkor; pero éste no se rindió y usó un amplificador para su guitarra eléctrica. Entonces Joróbatar levantó la mano derecha y en ella sostenía un megáfono, y cantó el "No Cambie", y todos los Vainar le miraron aterrados. Entonces Penkor, aunque asustado por el extraño tema de Edu, empezó a sacudir su cabeza en amplios círculos una y otra vez, a tropecientas revoluciones, haciendo que la melena se convirtiese en un disco de pelo hipnótico. Entonces Joróbatar, levantó otra cosa que no nombraré, y usó su arma secreta (no, no era lo que había levantado): el "Hola, soy Edu, Feliz Navidad..." que hizo enmudecer a todos los Vainar.
Entonces Joróbatar habló y dijo: -Er... no me miréis así... os aseguro que la canción no es mía, de verdad... Pero bueno, a lo que iba: Estúpidos sois los Vainar, y no es Penkor el menor de ellos, pero que sepan él y todos los Vainar que el más estúpido soy yo. Así que os mostraré las cosas que habéis berreado... digo, cantado, y así veréis qué habéis hecho; y así de paso me dejaréis en paz, que me tenéis hasta los... er... -dijo azorado -esto último era una nota mental, no lo tengáis en cuenta.
Resumiendo: Joróbatar condujo a los Vainar a una sala de exposiciones y les mostró por medio de diapositivas lo que se suponía que habían creado con sus "cantos". Esta creación no era otra cosa que un globo en el Vacío, sospechosamente parecido a un planeta. Y muchas cosas dijo Joróbatar a los Vainar ese día, aunque estos se enteraron de más bien poco.
Los Vainar contemplaron esa habitación puesta en los vastos espacios del Mundo, que los felfos llaman Parda, la Tierra Terrestre de Tierra, y se maravillaron dentro de su estupidez. Les maravillaron las rocas, las nubes, las vastas extensiones desiertas y todas esas cosas que maravillan a los felfos, aunque lo que más les asustó e impresionó fue el Mar (muy seguramente por que ninguno de ellos sabía nadar). Y dicen los Mendas, los felfos, que el eco de la "Música" de los Vainar vive aún en el agua, que flota en ella como una monstruosa y repugnante mancha de fuel-oil; y muchos de los Hijos de Joróbatar escuchan, estúpidos ellos, la "música" encerrada en las olas; y ese es el motivo de que se ahogase tanta gente en las Primeras Edades de Parda.
Ahora bien, y para agilizar las cosas, Joróbatar encomendó a cada Vainar una misión y un elemento (al principio, incluso, entre todos podían invocar al Capitán Planeta). Así fue que ocurrió que a Pulpo le encomendó las aguas; a Mangue los aires; a Fraudë la materia de la Tierra, y así con todos. Y, en un momento de lucidez, Joróbatar dio gran poder a Penkor, y lo hizo Señor de las Sombras, para que así se entretuviesen entre ellos el tiempo suficiente como para que no le molestasen nunca más.
Entonces Joróbatar les llamó a todos y dijo: -Sé lo que vuestras atrofiadas mentes desean... No, nada sexual, como más de uno esta pensando... que aquello que habéis visto sea verdad, no sólo en vuestro pensamiento, sino como vosotros sois, y aún otros. Por tanto, digo ¡Yepä! ¡Que sean estas cosas por la Gloria de mí Madre! Y enviaré al vacío la Llama Impertinente, y se convertirá en el corazón del Mundo. -Y entonces los Vainar vieron como surgía Yepä, el Mundo que Es Mundo Por la Gloria de la Madre de Joróbatar.