La verdad detrás de los elfos en el Abismo de Helm
Pequeño fragmento cómico que explica las razones que llevaron a Elrond a mandar a sus elfos a la batalla del Abismo de Helm (estamos hablando obviamente de la película, claro ;-) ).
En el idílico valle de Rivendel, mientras el resto de los Elfos hacían maletas, el señor Elrond miraba consternado un par de talonarios atados con una liga que yacían sobre una mesa de madera bellamente labrada, un regalo de antiguo de no recordaba quién, pero no era ese el problema, sino que al parecer alguien había omitido un cero en los datos del censo que se le enviaron a Cirdan, y como resultado, o faltaban boletos o sobraban Elfos.
Elrond cavilaba sobre el asunto, cuando de pronto, por ese tan simpático telefonito telepático le llegó un mensaje de Galadriel:
- I amar prestar aen, han mathon ne nen, han mathon ne chae a han nostan ned gwilith.
- ¡Ay, mi suegra! - exclamó, dando un brinco por la sorpresa.
Así, pues, Elrond tuvo noticia del ataque que Saruman efectuaba sobre Rohan y una idea para resolver su problema comenzó a tomar forma en su mente. Después de agradecer a la Dama del Bosque Dorado y mandarle saludos a Celeborn, salió a reunir a los Elfos de Rivendel y les dio un conmovedor discurso sobre las antiguas alianzas entre ellos y los Hombres, deslizando sutilmente una petición voluntarios que ayudaran a rohirrim y obteniendo una respuesta mejor que la esperada; decenas de Elfos fueron de inmediato por sus arcos, espadas, armaduras y demás trinches y salieron de inmediato hacia Rohan, programando en su itinerario una breve escala en Lothlórien.
Una vez que la partida salió del valle, al hacer una nueva cuenta, se descubrió que ahora sobraba un boleto.
- ¡Qué bien! - comentó Arwen cuando se enteró - Ese boleto podría ser para...
Presa del pánico, Elrond atajó de inmediato:
- ¡Para Bilbo! ¡Sí, eso! Ese hobbit tan simpático, ya me encariñé con él y seguro lo extrañaría mucho - salió corriendo, boleto en mano - ¡Bilbo! ¡Bilbo! ¿No te gustaría dar una vueltita en barco?
Elrond cavilaba sobre el asunto, cuando de pronto, por ese tan simpático telefonito telepático le llegó un mensaje de Galadriel:
- I amar prestar aen, han mathon ne nen, han mathon ne chae a han nostan ned gwilith.
- ¡Ay, mi suegra! - exclamó, dando un brinco por la sorpresa.
Así, pues, Elrond tuvo noticia del ataque que Saruman efectuaba sobre Rohan y una idea para resolver su problema comenzó a tomar forma en su mente. Después de agradecer a la Dama del Bosque Dorado y mandarle saludos a Celeborn, salió a reunir a los Elfos de Rivendel y les dio un conmovedor discurso sobre las antiguas alianzas entre ellos y los Hombres, deslizando sutilmente una petición voluntarios que ayudaran a rohirrim y obteniendo una respuesta mejor que la esperada; decenas de Elfos fueron de inmediato por sus arcos, espadas, armaduras y demás trinches y salieron de inmediato hacia Rohan, programando en su itinerario una breve escala en Lothlórien.
Una vez que la partida salió del valle, al hacer una nueva cuenta, se descubrió que ahora sobraba un boleto.
- ¡Qué bien! - comentó Arwen cuando se enteró - Ese boleto podría ser para...
Presa del pánico, Elrond atajó de inmediato:
- ¡Para Bilbo! ¡Sí, eso! Ese hobbit tan simpático, ya me encariñé con él y seguro lo extrañaría mucho - salió corriendo, boleto en mano - ¡Bilbo! ¡Bilbo! ¿No te gustaría dar una vueltita en barco?