Primero fue la oscuridad, luego vino el pensamiento y con él, el odio. Después de incontables milenios Sauron tomó forma de nuevo.
Su primer pensamiento fue para los que lo habían derrotado, Elfos y hombres:
"Pensaron que me habían derrotado, a mí, Sauron el Maia, Señor de Arda. Ahora que no hay Anillo mi fuerza vuelve a ser mía y solo mía."
Su primera acción fue buscar la tierra de Mordor, donde ya antaño había morado. Le pareció que al norte se extendía una oscuridad y hacia allí fue, pensando que se trataría del monte del Destino. Solo encontró una ciudad cuyas fabricas despedían vapores que ni Barad-Dûr las había despedido tan negros y nocivos.
"Aquí encontraré a mis enemigos los Señores de Gondor" pensó Sauron.
Pero lo único que encontró fue una ciudad llena de mendigos, prostitutas y basura.
"Al bosque, iré al bosque y allí encontraré a los malditos Elfos y Magos. Se arrepentirán de haberme desafiado"
Después de mucho viajar encontró un bosque que se extendía leguas y leguas alrededor de un río de enorme caudal. Buscó y buscó pero lo que encontró fueron leñadores que con sus enormes maquinas devoraban el bosque con increible rapidez.
Un ligero temblor al norte llamó su atención y allí se dirigió. Había una enorme nube en forma de hongo que se elevaba en el cielo azul, abajo unas pequeñas islas habían dejado de existir.
Al fin lo comprendió
"He ganado" habló por primera vez. "Por fin después de tantos años he ganado"
Muy satisfecho de sí mismo Sauron el Maia volvió a la nada de la que había salido.