El príncipe del Bosque Negro
Tal y como nos indica su autora, esta historia trata sobre Legolas en el Bosque Negro, antes de salir de Rivendel como miembro de la Compañía del Anillo.

Capitulo I. La emboscada

El oscuro bosque ubicado al norte de la tierra media es hogar y Reino de Thranduil. Desde hace muchos años han vivido en paz y sus vidas han transcurridos sin grandes cambios, sus pobladores viven bajo los árboles y aunque terribles sucesos han ocurrido desde que la oscuridad se asentó en la zona sur del bosque, sus habitantes han logrado combatir y luchar por mantener su querido hogar, sin embargo aun mantienen la alegría propia de su gente, por eso los oscuros acontecimientos no han afectado del todo al Reino, hasta ahora...

- Vamos deja de reírte - dice el elfo que escondido detrás de una gran maleza sostiene firmemente su arco y una flecha lista para ser disparada.

- Es que no puedo creer que tengas tantas ganas de revancha - responde su compañero, un elfo de mirada aguda y que esta en la misma posición que su compañero, aunque no tan tenso.

- Calendor si no dejas de reírte, yo mismo te colgare de la rama más alta del bosque, y apuesto que nadie te encontrara -

- Vamos hermanito no es para tanto aunque lo lograras solo me bastaría gritar para que alguno de nuestros guardias me preste ayuda - sonríe alegremente

- No, si tienes una mordaza en la boca- afirma maliciosamente, mientras ve a su hermano menor poner una cara de auténtica preocupación.

- Esta bien Himlot, pero no tienes que ser tan imaginativo, además recuerda que nuestro hermanito es el preferido de nuestro padre, no quiero recibir ningún castigo ahora que llega el otoño y se acerca el Festival.

- Silencio- Himlot se agazapa jalando a su hermano para que adoptara su misma posición, mientras observaba atentamente hacia el claro de bosque donde dirigen sus miradas.

Ambos elfos guardan un absoluto silencio solo se escuchan las aves que en lo alto de las ramas se llaman las unas con las otras, en ese momento un elfo muy parecido a ellos, se dirige al claro calmadamente, lleva un carcaj lleno de flechas y parece no notar que es observado.

- ¡Ahora!- susurra Himlot, mientras el elfo que camina les da la espalda justo cuando abandona el claro.

Dos flecha salen disparadas en dirección a la aparente víctima, pero en una fracción de segundo el elfo caminante se detiene y con una velocidad única y destreza, gira sobre sí mismo y dispara otras dos flechas  al mismo tiempo las cuales desvían a las que pretendían clavarlo en el árbol que tenia al frente.

- Lo sabía -  ríe abiertamente Calendor

- ¡No puede ser! - tristemente Himlot sale de la maleza.

- Este año definitivamente tampoco vas a ganarme, por que no te das por vencido Himlot -

- Eso si que no, Legolas - afirma amargamente mientras se dirige a su oponente quien sonríe por su gran triunfo frente a su hermano mayor -, he practicado bastante para este año y no permitiré que el menor de los príncipes salga triunfante.

- Vamos, no es para tanto - Legolas se dedica a buscar con su mirada sus flechas, sin prestar mayor atención a su iracundo hermano - Además debes reconocer que hasta necesitaste de la ayuda de Calendor para tratar de sorprenderme- Himlot lo mira con ganas de tumbarlo al suelo y darle una pequeña lección de respeto fraternal.
Y eso hace, tomando a Legolas por los hombros lo tira al suelo y empiezan a darle de golpes.

Calendor no puede dejar de reír mientras ve a sus hermanos rodar por todo el claro del bosque - Ya basta muchachos, es suficiente si siguen así, es a mí a quien van a matar de risa-

En eso los dos elfos en disputa ven a su hermano de feliz de espectador e intercambiando miradas deciden que el también participe de la pequeña pelea

- No ¡esperen! ¿qué pretenden? ¡déjenme! ¡auh! ¡ahora sí van a ver! -

Al cabo de cinco minutos Legolas, Himlot y Calendor se detienen exhaustos y observan el resultado de su disputa, los tres tienen restos de hojas secas incrustadas en sus rubias y desordenadas cabezas, sus vestimentas de color verde y castaño ahora son del color de la tierra, entonces empiezan a reír mientras se levantan del suelo y caminan de regreso a la fortaleza de su padre el Rey del Bosque Negro, Thranduil.

- Pequeño hermano supongo que sabrás porque nuestro querido Himlot desea ganaros con tanta vehemencia este año, aunque sabe que es imposible?

- Cállate Calendor, si no yo le diré porque tu ni siquiera vas a participar del concurso de la flecha, este año ni el siguiente- grita Himlot

- Vamos yo se todos sus motivos sin necesidad de que me los digan, tu Himlot no deseas quedar mal ante la bella hija del Consejero Real Fharthein, Irwen y Calendor apenas puede articular palabras frente a Dolwen-

- Pero como es que sabes... - responden unísonos

Y sus risas empiezan a resonar por todo el bosque, después de todo han terminado con sus labores reales desde un buen rato y la primavera llega a su fin, los árboles empiezan  a tomar un color amarillo rojizo y el aire es fresco, el otoño no solo señala el inicio de las celebraciones por el Festival de la Floresta, si no que también la inspección real a todo el reino, un acontecimiento de suma importancia ya que el rey en persona junto a los príncipes, y capitanes deben recorrer el bosque y tomar conocimiento de las necesidades de las poblaciones y de los peligros que ocurren dentro del bosque (sobre todo de las grandes arañas) y en sus fronteras, que ahora se ven bastante perturbadas por noticias de orcos y wargos. Pero ahora ellos lo han olvidado momentáneamente y solo disfrutan del día que ya empieza a declinar.

En el palacio las doncellas reales y guardias se desplazan velozmente, y los jóvenes príncipes aun no parecen recordar lo olvidado.

- Por Eru que les ha pasado a ustedes tres.- grita a los príncipes una elfo de apariencia estricta.

- Nada Amanthi, solo estábamos practicando para el Festival de la Floresta- responde rápida y nerviosamente Himlot- ahora que las noticias de nuestras fronteras no son tan alarmantes.

- Es posible que de entre todos los habitantes del reino solo a los príncipes se les este prohibido pasar una tarde alegre- pregunta Legolas divertido.

- Vamos querida Amanthi, supongo que no le dirás nada a Thranduil- agrega Calendor

- Mas respeto con tu señor, aunque sea tu padre - reniega Amanthi, quien conoce a los jóvenes príncipes desde que eran aun pequeños príncipes elfos hace ya unos siglos.

- Paz querida nodriza, ya te pareces a un viejo noldor - bromea Calendor.

Amanthi no puede contra los tres príncipes quienes ríen alegremente.

- Legolas, ¿supongo que no olvidaste tu compromiso real junto a tu padre?- Pregunta su antigua nodriza segura de la respuesta del príncipe.

- ¡Oh no! ¡Lo olvidé!- grita mientras veloz como un ciervo corre a las caballerizas de la fortaleza - la ceremonia de despedida era al mediodía ¡¿cómo pude olvidarlo, este es mi fin¡- grita mientras corre a un gran claro del bosque donde soldados algunos montados a caballo y otro a pie lo saludan solemnemente. Los elfos armados con tan solo sus arcos y flechas se encuentran ubicados junto a sus caballos, por la posición y las conversaciones que pudo escuchar, llevaban charlando y esperando su llegada desde mucho tiempo. Legolas debe enfrentar lo inevitable.

- No digas una sola palabra- El Rey esta realmente enfadado con Legolas, quien debió haber llegado a la Ceremonia de despedida de la Guardia Real para la inspección del bosque dos horas antes, en esta ocasión sus hermanos no participarían como era la costumbre, si no que el joven príncipe debía comandar una compañía de elfos para inspeccionar la zona sur del bosque, su tardanza sin duda había decepcionado a su padre.

- Lo siento - dijo en un susurro tristísimo, casi para sí mismo, mientras dos escuderos le imponían la indumentaria de su rango.

- Con sentirlo no ganas nada. Sé que acabas de regresar de la Montañas Nubladas junto con tus hermanos, pero esta tardanza desmerita tus logros, estoy muy decepcionado.

La compañía se pone en marcha y cruzan la parte central del Reino sin mayores contratiempos que algunas cuantas arañas famélicas que caen abatidas por las flechas de los guardias. Cerca  del enclave sur oeste, la compañía de Legolas se separa de la de su padre tomando rumbo sur este  y la del Rey Nor Oeste.

El viaje de inspección dura veinte días, y el joven príncipe ha demostrado nuevamente ser un buen comandante, derrotando sin ninguna perdida que lamentar a todos las criaturas malignas que habitan cerca de Dol Guldur, pero estos actos no han valido de nada ante los ojos de su padre, cuando se encontraron de nuevo en el enclave del bosque.

- ¿No crees que estas siendo muy duro con tu hijo Thranduil?, el solo tiene unos cuantos cientos de años de vida y tú lo has consentido bastante, es un buen muchacho y un gran guerrero- el consejero real Fharthein habla con sumo respeto sobre Legolas ya que podía ver que seria un gran Señor Elfo en el futuro.

- Llegó tarde a la ceremonia de partida, solo ha demostrado su irresponsabilidad- contesto escuetamente el Rey mientras las compañías de Elfos retornaban a la fortaleza real.- Sé que aun es muy joven, pero debe aprender a tomar decisiones y asumir las consecuencias de sus actos - añadió con un poco de ternura al ver detrás de su compañía a su hijo quien tenia una expresión de melancólica tristeza. - Hablare con él mas tarde- dijo al fin.

En la fortaleza real, las doncellas reales y Amanthi la nodriza han realizado los preparativos para la gran fiesta de Bienvenida del Regimiento Real.

- Ya llegan, parece que les fue bien- Calendor busca con la mirada a su hermano

- Que nuevas nos traerán de la zona sur, hace tiempo que no recibimos datos exactos, espero que no hayamos perdido a ningún soldado es esa tierra nefasta- añade Himlot

Los caballos empiezan a ingresar a la fortaleza del Reino y dentro del recinto son ayudados por sus escuderos para que puedan prepararse para la recepción de bienvenida.

 - Feliz encuentro Príncipe Legolas, he sabido que has combatido contra muchas dificultades y a grandes peligros y de todos ellos has salido victorioso- dice Amanthi muy cariñosamente.

- Gracias por tus palabras, pero en verdad no soy merecedor de ellas, por que cometí un grave error al comienzo y aunque después pude siquiera remediarlo, el daño esta hecho y aun lo estoy pagando, puse en vergüenza a mi padre y mis actos no pueden remediar mi falta- Legolas tristemente se desprende de los brazos de su nodriza y se dirige a su cámara real. Amanthi saluda al Rey pero le dirige una mirada acusadora. Thranduil sabe my bien el gran amor que siente la elfo por el menor de sus hijos.

En las profundas habitaciones de los príncipes dentro del palacio de Thranduil, no se siente el ajetreo de la fiesta de bienvenida pronta a iniciar, y no pocos han notado la ausencia de Legolas.

- Vaya, cualquiera diría que no la has pasado bien- dice Calendor con una sonrisa, mientras ve a su hermano tirado sobre su cama con la mirada perdida.

- No estoy de humor para tus burlas, por favor déjame solo

- Eso si que no, allá arriba la fiesta esta en su mejor momento y su Alteza desea veros, príncipe Greenleaf- haciendo una cómica reverencia, Calendor toma de la mano a su hermano y logra hacerlo sentar sobre su cama.

- Tal vez es para llamarme la atención en publico, además no deseo disfrutar de la fiesta, después de lo que sucedió él no me tiene confianza, y esta en la razón, cometí un grave error, pero esa falta aun cuando no sea tan significativa para vosotros lo es para mí. Las grandes empresas nunca serán mías.

- Es verdad- sentencia su hermano

- Calendor- grita Legolas decepcionado

- Vamos todos saben que eres un excelente guerrero, todo el mundo se lo ha dicho al Rey, y el mismo lo ha reconocido, no puedes negar que superas en demasía a Himlot y bueno a mi también, en el arco y con los cuchillos, tienes la mirada más penetrante que ningún otro eres silencioso como las propias arañas negras y además... - bajando la voz y en tono de autentico respeto y misterio- traes a todas las doncellas del bosque loquitas por ti.

- Yo? Debes estar bromeando- disimula Legolas

- Vaya que eres ciego en algunas cosas, no me dirás que no te has dado cuenta como te miran y suspiran todas las jóvenes con quienes te cruzas-

- Bueno si, pero bueno, pero tu también...

- No se qué es lo que tienes, pero las traes rendidas, ahora si vamos a la fiesta para que hagas feliz a algunas de ellas.

Los jóvenes príncipes salen y son recibidos alegremente por todos los elfos de la fiesta, el Rey se siente orgulloso del menor de sus hijos, aunque es duro con él cuando está acompañado. De esta forma brindan por él y por la seguridad del Bosque Verde. Los príncipes pasan alegres momento con sus amigos del bosque, el vino y las frutas son degustadas por todos los comensales hasta muy entrada la noche.



Capitulo II. El Festival de la Floresta

- Tu empiezas Himlot- dice Legolas sonriente, mientras su hermano sostiene su arco apuntando un pequeño trozo de madera roja que se encuentra detrás de ramas que se mecen impulsadas por los ayudantes del organizador del juego, para que la visualización del blanco sea más difícil sumado a esto la enorme distancia entre el blanco y el arquero, dificulta la concentración  haciendo del juego uno de los mas competitivos.

- No creas que vas a ganarme- dice Himlot quien suelta la flecha pero esta va demasiado arriba y se pierde.

- Te gane -

- Aun no has disparado tu flecha- dice su mortificado hermano

- Aquí voy- dice Legolas alegremente mientras apunta firmemente hacia el objetivo, y dispara. La flecha rompe el aire a su paso y da en el centro del blanco.

El publico expectante responde con aplausos y felicitaciones, especialmente por parte de las doncellas.

- Vamos no te vayas a enojar, además he visto entre la multitud a cierta doncella que no dejaba de verte - Legolas intenta alegrar a Himlot

Himlot mira a su hermano y no puede ocultar su enrojecimiento

- Vaya ya te pareces al blanco que no diste- responde Legolas alegremente ante la mirada acusadora.

- Felicidades Legolas - dice una elfo vestida con un hermoso vestido de verde oscuro con ribetes amarillos y una pequeña tiara de Florecillas doradas en el cabello.- Felicidades Himlot lo hiciste muy bien, pocos son los elfos que intentarían desafiar a tu hermano sabiendo que perderán de antemano.

Legolas no puede dejar de reprimir una risa.

- Gracias Irwen, pero sé que algún día lo venceré.

- Sigue soñando hermanito-

Los tres jóvenes empiezan a reír alegremente.

- Pero donde esta Calendor?- pregunta Irwen - Creí que también participaría.

- No; él es más inteligente y prefirió participar en el juego de la subida junto con Mindir y Algoren.- dice Legolas.

- Apuesto a que gana, vamos a ver- propone Irwen.

Y los tres se dirigen ante una gran multitud de elfos parados frente a tres hayas bastante altas y debajo de las cuales se encuentran los amigos de Calendor y el propio Calendor.

- Vamos hermano tu puedes- grita Himlot

- No te caigas cuando llegues a arriba como sucedió el año pasado- grita Legolas - no gana el que caiga primero al suelo - y los observadores rompen en risas

- Gracias Greenleaf por tus consejos, los tomare en cuenta- responde Calendor

- Suerte Mindir, sube con cuidado Algoren - aconseja Legolas

- De nada sirven hoy tus cortesías amigo mío- dice Mindir

- El príncipe Calendor no tiene opción contra mí - dice Algoren seguro de sí mismo

- Los competidores solo pueden usar su brazos y piernas y el primero que logre traer la cinta roja que se encuentra en la rama mas alta y ponerla en el cabello de la primera dama que vean gana - anuncia el juez instruyendo a los participantes, quienes por lo general escogen este juego para dar una señal clara a las jóvenes elfos (que son las elegidas para ser las portadoras de las cintas) de que son las elegidas por el corazón de ellos y esto hace el juego mucho mas emocionante.

- ¡Ahora!- grita el juez del concurso.

- ¡Vamos Calendor!- grita Irwen

- ¡Esa rama no, la otra! - grita Himlot

- Ya llegas... ¡cuidado!- grita una elfo

- ¡No mires a Mindir!- grita Legolas - ¡Cuidado!, esa se ve delgada ¡no la pises! - grita mas fuerte

La rama cruje, se parte y ¡Pumf!

-Te dije que no la pisaras

- No te escuche - dice la adolorida voz de Calendor

- ¡¡El ganador es Algoren!! - grita el juez del juego

-  ¿Te encuentras bien Calendor?- pregunta una hermosa joven de vestido verde azulado que combina con su hermosos ojos verdes.

- Si, no me paso nada Dolwen- Calendor se pone rápidamente de pie y quita la expresión de dolor que tenia hacia un momento.

- Lastima que no fueras el ganador, realmente parecía que ibas a ganar-

-  ¿En verdad?-

- Si- responde la elfo, y los demás amigos se retiran para dejar solos a la pareja.

- Himlot me ayudas a traer un plato que prepare especialmente para esta ocasión, - sonríe Irwen

- Está bien, vamos.-

Legolas iba seguir a su hermano, cuando este le lanzo una mirada de "quédate aquí" entonces se disculpo y dejo solo a su hermano con su joven novia.

Realmente Calendor tenia razón al decir que Legolas era el centro de atención de muchas doncellas elfos, pero tal vez por que estas pensaban que el menor de los Príncipes podría rechazarlas, ninguna siquiera podía acercársele sin ser acompañada por una amiga, tal era la belleza de Legolas que en determinado momento de la fiesta se encontraba solo. Amanthi noto esto y lo llamo a su lado.

- No debería estar el joven príncipe disfrutando del festival como los demás?- pregunta mirándolo tiernamente.

- Si, pero parece que nadie quiere disfrutarlo conmigo-

- No serás tú el que no desea disfrutarlo con alguien-

- Ya sé a donde quieres ir Amanthi , pero debo confesarte que aun no deseo entregar mi corazón a nadie-

- ¿Qué esperas, mi príncipe?- lo interroga dulcemente

- No lo sé - respondió dubitativo - Yo quiero... quiero viajar por la tierra media, como Aragorn. Él es un Edain y aunque yo he vivido muchos años mas que el, él conoce muchas mas cosas que yo, y si yo amase a alguien de aquí, se que nunca podría separarme de esa persona y no podría partir a lugares lejanos sin desear su compañía. Pero al mismo tiempo no deseo abandonar el bosque, siento que aun necesito la sombra de sus hojas, me siento partido en dos.

La antigua nodriza de los príncipe comprende al alegre Príncipe y sabe sin duda que la hora de su separación esta próxima. Ella lo presiente.

Debes saber que aunque creas que tu destino aun es incierto, muchas acontecimientos sucederán y harán que tus dudas y deseos te confronten y no solo un camino se te presentará, pero dependerá de ti decidir cual tomar, y cuando sepas a donde ir, aun solo o en compañía, tu vida nunca será como fue hasta ahora.

- ¿Estas viendo mi futuro Amanthi? - pregunta Legolas -

- No mi querido Legolas, solo te digo mi temor y una incertidumbre que tengo desde que vi en tus ojos algo muy distante y lejano, y es que siento que tu veras mucho más de lo que deseas, y de algún modo nosotros seremos llamados a verlo también, y con eso llegaran nuestro últimos días bajo las hojas de nuestro bosque querido.-

- Por que me dices esas cosas, si bien deseo salir y ver lo que no he visto, también deseo conservar lo que es mío, y no quiero apartar a nadie de lo que quiere y menos de este bosque.- Legolas se siente un tanto preocupado por las palabras videntes de Amanthi

- Algunas cosas suceden, aunque no las queramos - miro a Legolas tiernamente, y con un suspiro le dijo - pero aun no es el tiempo de esto y la noche esta llegando y no has bailado con nadie. Vamos ve.

Legolas no siente muchas ganas de bailar, pero seria tal vez por las risas y las voces dulces de sus amigos, pero toda su inquietud se fue como la tarde que ya daba paso a la noche. El resto de la velada bailaron, cantaron, bebieron y se contaron antiguas historias todas ellas presentes en cada elfo habitante del bosque.

Con el fin de las celebraciones y los banquetes que se celebraron en el bosque, el otoño oficialmente empezaba en el reino, era una época agradable, ya que las arañas no causaban tantos estragos como en otras épocas y por lo tanto los jóvenes elfos podían dar largas caminatas cruzando el bosque de lado a lado sin mayores preocupaciones.

Sin embargo las noticias de que los orcos y wuargos estaban poblando las Montañas Nubladas en mayor numero que antes, hizo que durante el transcurso del invierno los jóvenes príncipes partieran hacia la frontera oeste donde el peligro se presentaba mas inquietantemente.